CAPITULO III


Quándo fue la primera vez que se pusieron escudos de imágenes en público y quándo se pusieron en las casas, y de los principios de la pintura, del monochrómato y de los primeros pintores y de la antigüedad de la pintura en Italia


Esto dio Varrón también a los estrangeros. Pero (según yo hallo) Apio Claudio, el qua! fue cónsul con Servilio, año dozienros y quarenca y nueve de la fundación de Roma, fue el primero que instituyó particularmente dedicar escudos de los de su familia en lugar sagrado o en público. Porque puso en el templo de Belona a sus mayores y quiso que fuesen mirados en alto y se leyesen los títulos de sus honras. Cosa ilustre y honrosa, si la turba y muchedumbre de los hijos con pequeñas imágenes muestra juntamente como un nido de su progenie: los quales escudos no hay alguno que los mire que no se huelgue y los favorezca. Después del M. Emilio, compañero en el consulado de Qu. Lucracio, no solamente los puso en el Palacio o Basílica Emilia, sino también en su casa y esto fue también con exemplo de Marcio. Porque en los escudos, que eran como aquellos con que se peleó en Troya, esravan pintadas las imágenes, de donde los dieron el nombre de clípeos, no, como quiso la perversa sutileza de los gramáticos, de cluendo. Su origen llena de virtud fue que se pusiese en el escudo el verdadero retrato de aquel que le huviese usado trayéndole en las batallas. Los cartaginenses usaron hazer los escudos y sus imágenes de oro, y los llevavan consigo en los reales. Y es cierto que tal fue el escudo de Asdrúbal, el qual haviéndolos vencido halló Qu. Marcio, vengador de los Scipiones en España, y este escudo estuvo fixado sobre las puertas del templo del Capitolio, hasta su primer incendio. Y nótase en esto ser rama la seguridad de nuestros mayores que, siendo cónsules L. Manlio y Q. Fulvio, año quinientos y setenta y cinco de la fundación de Roma, M. Aufidio, recuperador de la tu tela del Capitolio, mostró a los padres del Senado que eran de plata los escudos, que ya por muchos lustros y edades eran tenidos por de cobre.

De los principios de la pintura, es incierta y fuera del propós ito de nuestra obra la averiguación. Los egipcios afirman haverse inventado entre ellos seis mil años antes que pasase a Grecia, pero con vana ostentación, como es claro. Pero, los griegos, unos dizen que fue hallada en Sición, otros que en Corintho y codos concuerdan que fue rayando al rededor la sombra del hombre. Y que esta tal fue la primera. La segunda fue de un color solo y llamose monochrómaton, después que se halló ser de más obra y trabajo, y esta tal aún dura hasta aora. La pintura de líneas dizen que fue inventada de Philocle, egipcio, o de Cleante, corinthio. Los primeros que la exercitaron fueron Ardices, corinthio, y Teléphanes, sicionio, sin usar hasta entonces de color alguno, pero esparciendo ya líneas por dedentro, y así se instituyó escrivir también los nombres a los que pintavan. El primero que halló colorir las pinturas con teja (como dizen) molida fue Cleofanto, corintio. Este o otro del mismo nombre enseñaremos después haver sido el que cuenta Cornelio Nepos, que siguió hasta Italia a Demarato, padre de Tarquino Prisco, rey de Roma que venía huyendo de Corintho, las injurias de Cypselo, tirano. Porque ya entonces estava también en perfección la pintura en Italia. Y es cierro que duran hoy en Ardea pinturas más antiguas que en Roma en templos sagrados, y de ningunas me admiro tanto como déstas, viendo que han durado tan largo tiempo, estando sin cubierta de techo, como si fueran nuevas. De la misma suerte han durado en Lanuvio, donde están juntas Atalanta y Helena, pintadas desnudas de mano de un mismo artífice, una y otra de figura hermosísima, pero la una como virgen, y es cierro que no se han movido ni maltratado con las ruinas del templo. Poncio, legado del emperador Cayo, procuró quitarlas y llevárselas encendido de luxuria, si lo permitiera la naturaleza del asiento en que estavan pintadas. Duran también en Cere otras pinturas que aún son más antiguas. Y qualquiera que las considerare diligentemente confesará que ninguna de las artes ha llegado a tener perfección en menos tiempo, pues se halla no haver uso della en tiempos de los troyanos.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a