CAPITULO XVIII


Medicinas del plomo y de la escoria del plomo, de la molibdena o galena, del psimmythio y sandaracha


El uso del plomo solo por sí en medicina es reprimir las cicatrizes y, ligándose planchas de plomo en la parte de los riñones y lomos, con su fría naturaleza reprime los ímpetus de la Venus. Y dízese que Calvo, orador, con estas láminas de plomo se libró de los venéreos sueños y poluciones nocturnas, que le havían puesto en enfermedad, y conservó las fuerzas del cuerpo para el trabajo de los estudios. Nerón (porque lo quisieron así los dioses), emperador, poniéndose una lámina de plomo en el pecho, cantava levantando la voz, y así enseñó el modo de conservarla. Cuézese para uso de medicina en vasos de barro, echado debaxo azufre menudo y puestas encima láminas delgadas, y cubiertas con el mismo azufre y mezcladas con hierro. Quando se cueze, conviene tapar la boca y agugeros por donde pueda evaporar: de otra suerte el vapor del plomo que sale de las hornazas se siente dañoso y pestilente y prestísimo para los perros, y el que sale de todos los metales lo es para las moscas y mosquitos y así no se hallan estos fastidios en las mineras de metal. Algunos, quando se cueze, mezclan las limaduras del plomo con azufre: otros antes mezclan albayalde que azufre. También se haze su lavadura de mucho provecho en medicina, quando por sí solo se tritura en morteros de plomo añadiendo agua llovida hasta que se condense y espese. Después el agua que nada encima se quita con esponjas y la parte que allí queda más gruesa después de seco se divide y haze pastillas. Algunos muelen desta manera el plomo limado. Algunos mezclan también la plúmbago.1 Pero otros mezclan vinagre; otros, vino; otros, enjundia, y otros, rosa. Otros quieren más pistarlo en mortero de piedra, y principalmente thebayco, con la mano de plomo, y desta suerte se haze más blanco el medicamento. Pero, aquel plomo que se ha quemado, se lava como el estivio y la cadmia. Puede estriñir, detener y encoger las cicatrizes. Usase de lo mismo en los medicamentos de los ojos, y principalmente contra sus excrecencias y encogimientos y contra la carne crecida de las llagas. Y contra las crietas del asiento o almorranas o condylomas. Para estas cosas aprovecha mucho la lavadura del plomo, y la ceniza del plomo quemado para las llagas que van cundiendo o están sucias, y úsase para aprovechar con el mismo orden que del papel quemado. Pero quémase en unas cazuelas hecho menudas láminas, con azufre, rebolviéndolo con varas de hierro o de cañaherla, hasta tanto que el licor se haga ceniza. Después, en haviéndose enfriado, se muele y haze polvo. Otros toman las limaduras y cuézeolas en hornazas, echadas en vasos crudos de barro, hasta que éstos quedan cozidos. Otros mezclan igual cantidad de albayalde o cevada y muélenlo, como del crudo se ha dicho, y el plomo así triturado le prefieren al spodio cyprio. También se usa de la escoria del plomo y es la mejor la que llega a tener color amarillo, sin reliquias de plomo o specie de azufre, y que carece de tierra. Lávase esta escoria desmenuzada en morteros, hasta tanto que el agua tenga color amarillo, y múdase en un vaso limpio, y esto se haze muchas vezes, hasta que se asienta abajo, lo que es utilísimo, y haze los mismos efetos quel plomo, pero con más vigor. Házeme admirar, la experiencia de la humana vida, que aún no ha dexado por intentar de tantas maneras, para su utilidad, la hez de las cosas y la inmundicia de los excrememos. Házese también el espodio del plomo de la misma suerte que diximos hazerse del cobre. Lávase en unos lienzos ralos en agua llovida y apártase lo terrestre trasegándolo, y pasado por cedazo se muele. Algunos quieren más quitar el polvo con unas plumas y pistarlo en vino oloroso. Hay también la molíbdena, a la qua! llamamos en otra parte galena, que es vena común de plata y de plomo. Es mejor, ésta, quanto más dorado tiene el color y quanto menos plomosa es, fácil de quebrar y moderadamente grave. Cozida con azeite toma color de hígado. Pégase a las hornazas del oro y de la plata. Y a ésta llaman metálica. Es loadísima la que se haze en Zephirio. Es aprovada la que de ninguna manera tiene tierra ni es pedregosa: cuézese y lávase a manera de escoria. Usase en unos medicamentos llamados líparas, para mitigar y refrescar las llagas. Y en los emplastos, que no se ponen ligados sino como linimentos en los cuerpos tiernos y en las partes muy blandas, las cicatrizan. Su composición es tomando de ésta tres libras y de cera una libra y de azeite tres héminas, lo qua! se aplica en el cuerpo que es viejo con hezes de azeite. Tiémplase también con espuma de plata y escoria de plomo, y aplícase en fomento caliente para la disensemería y pujo.

También las oficinas del plomo dan el psimmithio, esto es, el albayalde. Es loadísimo el de Rhodas. Házese con delgadísimas raeduras de plomo puestas sobre un vaso de vinagre fortísimo, y así se distila. Lo que desto cayó en el mismo vinagre, después de seco, se muele y se cierne, y tornándolo a mezclar con vinagre se divide en pastillas y se seca al sol en el estío. Házese también de otra manera: échase el plomo en vasos de vinagre y ciérranse por diez días y, raído lo que está como hecho moho, se torna a echar en el vinagre hasta que todo el plomo se consume. Todo lo que se ha raído se muele y se cierne y se cueze en unas cazuelas, y menéanlo con unas espátulas, hasta que se pone roxo y se haze semejante a sandaracha. Después se lava con agua dulce, hasta que se quitan todas sus manchas. Sécase después de la misma manera y divídese en pastillas. Tiene esto la misma virtud que lo sobredicho, y es más liviano que todos los demás albayaldes: y fuera desto es para ponerse blancas las mugeres. Pero bevido es mortal, como la espuma de la plata. Después, si se cueze el mismo albayalde, se pone roxo.

También se ha mostrado ya la naturaleza de la sandaracha y hállase en las minas del oro y de la plata, es mejor quamo más roxa y quanto peor olor tiene, y que sea pura y fácil de quebrantar y moler. Tiene virtud de limpiar, de retener, calentar y roer. Pero su mayor virtud es llagar y podrecer. Hecha linimento con vinagre, llena de cabello las manchas peladas de la cabeza. Mézclase en los medicamentos de los ojos. Tomada con miel limpia las fauces, hazen dulce y sonora la voz. Tomada en manjar con resina de therebinto, cura agradablemente sin pesadumbre a los asmáticos y a los que padecen tos. También aplicada en perfume, con cedro, los cura con el mismo olor.

El arsénico es de la misma materia. Es el mejor el de más excelente color, también como en el oro: pero el que es más pálido o más semejante a sandaracba es tenido por el peor. Hay también otra tercera especie con que a la sandaracha se le mezcla un color dorado. Estos dos, uno y otro son escamosos, pero aquél es seco y puro y que se hiende con delgado discurso de venas. Tiene la misma virtud que se ha dicho arriba, pero más fuerte. Así se añade en los medicamentos cáusticos y en los que desnudan el pelo. Quita también los pterigios o carnes crecidas de entre las uñas de los dedos, y las carnes crecidas en las narizes y los tumores del asiento llamados condilomas y qualquiera crecimiento carnoso. Quémase para que tenga mayor vigor, en una olla nueva, hasta tanto que muda el color.


EL INTERPRETE

1(La plúmbago). Dioscórides, lib. 5, cap. 57; Mathiolo, en el mismo.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a