CAPITULO VIII


Del hidrargiro y del dorar la plata, y de las piedras de toque en los géneros de plata y de sus experimentos


Del segundo minio se halló también el hidrargiro, en lugar de azogue, poco ames conocido. Házese de dos maneras, triturado el minio con almireces y manos de metal en vinagre, o puesto en cazuelas de barro, en una concha de hierro cubierta con un vaso y cerradas las junturas por encima con tierra arcillosa y después encendido con fuelles con fuego continuo debaxo de los vasos, y así recogen el sudor del vaso, el qual es de color de plata y líquido como agua. Este mismo es fácil a dividirse en gotas, y corre como humor líquido. Y siendo común opinión que es veneno, tengo por temeridad todas las cosas que se escriven en uso de medicina del minio, excepto por ventura que, aplicado por linimento a la cabeza y al vientre, restaña la sangre, como no penetre algo a las entrañas o toque a alguna herida. De otra suerte no juzgaré ser conveniente usar dello. Dórase la plata al presente solamente con el hidrargiro, y de la misma manera se deve dorar el cobre. Pero el mismo engaño y fraude, que es ingeniosísimo en todas las partes de la vida, ha hallado otra materia más vil, como hemos enseñado. Al tratado del oro y de la plata acompaña una piedra, a la qual llaman corícula, que antiguamente no se solía hallar sino en el río Tmolo, como escrive Teophrasto. Aora se halla a cada paso, a la qual llaman algunos heraclio y otros lydio. Pero estas piedras son pequeñas, que no exceden de quatro onzas de largo y dos de ancho. La parte que en éstas estuvo hazia el Sol es mejor que la que estuvo hazia la tierra. Los peritos y diestros en esta arte, haviendo hecho experiencia con estas piedras de la vena, como con lima, dizen luego quánto hay en ella de oro y quánto de plata o de cobre, hasta un escrúpulo de diferencia, con admirable cuenta, sin engañarse. Hay dos diferencias de plata. Puestos sus ramentos sobre planchas de hierro hechas asquas, lo qtle permanece blanco es lo aprovado, cercano en bondad es lo roxo y, quedando negro, es malo. Pero también en la experiencia se halla engaño, porque teñidas aquellas planchas de hierro en orina de hombres, toman los ramenros mientras se encienden tal color que parece estar muy blancos. Hay otro experimento en la pulida y lisa: si suda y se humedece con el aliento del hombre y luego aquella nube se resuelve.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a