CAPITULO VII


Del minio o bermellón y de quánta autoridad fue entre los romanos, y de su invención y del modo de usar el cinabaris en las pinturas y medicina. De las diferencias de minio y del orden de marlo en las pinturas


También se halla en las minas de la plata el bermellón, y aora es tenido para la pintura en grande estima. Y antiguamente, entre los romanos, no sólo era de grandísima autoridad, sino venerado como cosa sagrada. Verrio haze relación de autores, a los quales se deve dar crédito, los quales dizen que el rostro de la estatua del mismo Júpiter, era costumbre bañarle con bermellón los días de las fiestas y los cuerpos de los que triunfavan, y haver triunfado desea suerte Camilo. Y con esta religión añadirse también hasta aora en los ungüentos de la cena triunfal, y primeramente poner los censores en su lugar la estatua de Júpiter para teñirla de bermellón. Y, cierto, a mí me admira la causa desto, aunque también es cierto que se usa hasta hoy en los pueblos de los ethíopes, y que se tiñen con ello todos los hombres principales y que este color es allí el que se da a las imágenes o estatuas de los dioses. Por lo qua! proseguiremos todas las cosas que hay que dezir dello con más diligencia. Teophrasto dize que, noventa años antes de Praxíbulo, magistrado de los athenienses (el qual tiempo viene a ser dozientos y quarenta y nueve años de la fundación de Roma, nuestra ciudad), fue inventor del minio Calia, atheniense, esperando al principio poder sacar oro de la arena colorada en las minas de la plata, y que éste fue su origen. Pero que ya se hallava en España, aunque duro y arenoso. Y también en tierra de Colcos, en una peña inaccesible, de la qual lo derribavan los tiradores con las saetas, y que esto era adúltero, pero lo perfectísimo se hallava sobre Epheso, en los campos Cilbianos, y que su arena tenía color de grana, y que ésta se muele y después de hecha polvo se lava, y lo que se asienta abaxo se torna a lavar. Y estar la diferencia del arte en que unos hazen el bermellón con la primera lavadura y otros lavado dos vezes: pero lo mejor es lo de la segunda lavadura. No me admiro que este color haya tenido estimación, porque ya en tiempo de las guerras de Troya era estimada la tierra roxa, como afirma Homero, el qua! la loa para las naos: y fuera desto era raro su color para las pinturas y tintas. Los griegos llaman, al bermellón, milton, y algunos cinabaris. De donde ha nacido error con el nombre indiano del cinabaris, porque así llaman ellos el humor del dragón, que rebienta con el peso del elephante, que cae muerto sobre él, mezclada la sangre de entrambos como diximos. Y no hay otro color que en las pinturas le dé propio de sangre. Aquella cinabaris es utilísima para los antídotos y medicamentos: pero los médicos, por llamarse cinabaris, usan por ella desee bermellón, el qua! poco adelante mostraremos ser veneno. Los antiguos pintavan con cinabaris aquellas pinturas que aún hasta aora llaman monochrómatas.1 También pintaron con el bermellón de Epheso, lo qual fue dexado por ser de mucho trabajo el prepararlo. Fuera desto se tiene uno y otro por demasiado áspero. Y por esto comenzaron a usar la tierra roxa2 y sinópide, de las quales trataremos en sus lugares. Adultérase el cinabaris con sangre de cabra o sernas trituradas. El precio de la verdadera es cincuenta dineros. Juba escrive que el bermellón nace también en Carmanla, y Hermógenes dize también que en Ethiopía. Pero de ninguno destos lugares se trae a Italia, ni casi de otra alguna parte sino de España, y es excelentísimo el de la Provincia Sisaponense, en la Andaluzía, y no se pone más diligente guarda que en las mineras del bermellón o minio, por la renta que da al pueblo romano. Y esto no es lícito perficionarlo allí y cozerlo, sino llévase a Roma, sellada la vena, casi diez mil libras cada año y lávase en Roma, donde está por ley estamydo su precio, para que no puedan exceder de setenta dineros por libra. Pero falséase de muchas maneras, de donde coge su robo y presa la compañía de los tratantes; porque hay otro género dello casi en todas las minas de plata, y también en las del metal de plomo, lo qual se haze de una piedra quemada, mezclada con las venas, no de aquella de quien llamamos, al humor que despide, azogue (porque ésta también se cueze para piara), sino de otras piedras que se hallan juntas con ella. También se hallan estériles de plomo, y tienen su color, y no roxean sino en los hornos, y quemadas se muelen y se hazen polvo. Y éste es el bermellón segundo, conocido de muy pocos, muy inferior a aquellas naturales arenas. Este bermellón, pues, es el que se adultera y falsifica en las minas de los socios,3 y también con el scýrico. De qué manera se haga el scyrico diremos en su lugar. Pero una breve razón muestra que el bermellón está bañado por debaxo con scyrico. De otra manera es también oportuno al hurto de los pintores, lavando los pinzeles llenos del color, porque haze asiento en el agua y queda allí para los que lo hurtan. El que no está adulterado, sino puro y verdadero, ha de tener vistoso color de grana. Pero el lustre del segundo siente en las paredes humedad. Aunque esto es cierto moho del metal. Pero, en las venas de minio de los sisaponenses, la arena de su vena se cueze sin plata: pruévase a manera de oro. El adulterado, siendo tocado con oro encendido, se ennegrece; el sincero y puro retiene su color. También hallo que se adultera con cal, y conócese luego, si no huviere oro para hazer la prueva, tocándolo de la misma suerte con una lámina de hierro encendida. Sonle dañosos los rayos del Sol y de la Luna; el remedio es que, estando seca la pared, se bañe, con una brocha, con cera cartaginense derretida en azeite muy caliente y después, llegando unas brasas de agalla, se le dé fuego hasta que sude. Después se refriegue con candelas y después con lienzos limpios, como se bruñen y da lustre a los mármoles. Los que preparan y labran el minio en las oficinas, se ligan al rostro unas bexigas blandas y delgadas para no atraer por la respiración aquel polvo pernicioso y poder ver por ellas. También se usa el bermellón para la escritura de los libros, y haze más claras letras en el oro o en el mármol, y también en los sepulcros.


EL INTERPRETE

1(Monochrómatas). Pinturas con sólo un color. 2(Tierra roxa). Rúbrica. 3(Los socios). A los pueblos de la Bética llamavan los romanos, con particular nombre, socios.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a