CAPITULO XVI


De cosas admirables de algunas bestias


Las demás cosas maravillosas que diximos de los animales son: No ser ladrado de perro el que tuviere consigo tela o membrana de las pares de perra o estiércol o pelos de liebre. En el género de mosquitos, no vivir los muliones1 más de un día. Aquellos que tuvieren el pico de la ave llamada pito de los árboles, y fueren a sacar miel de las colmenas, no ser tocados de las abejas; y seguir los puercos a aquellos de quien huvieren recebido en alguna puche los sesos de cuervo; y mitigar los ardores del amor, esparciendo en el cuerpo el polvo en que se huviere rebolcado una mula. Ahuyentarse los ratones, si se dexa yr suelto uno castrado; y estar buenos todo el año los bueyes, triturando un día una piel de culebra y sal y farro, con serpillo, y echándoselo con vino en las fauzes quando madura la uba, o dándolos tres pollos de golondrinos en tres puchecillas; y tornar a los colmenares las abejas que andan esparcidas recogido el polvo del rastro de las culebras; y atado el testículo derecho del carnero, no engendrarse sino ovejas. No cansarse en algún trabajo los que tuvieren consigo los nervios de las alas y piernas de las grullas. No tirar cozes las mulas, haviendo bevido vino. Y es cosa digna de memoria no haverse hallado otra alguna materia que no fuese roída del veneno del agua stygia,2 quando Antipatro lo embió para darlo a Alexandro Magno, sino solamente las uñas de las mulas, imaginado con harta infamia de Aristóteles. Aora tornaremos a los animales de agua.


EL INTERPRETE

1(Muliones). Llamados así por ser perseguidores de las mulas. 2(Agua stigia). De una fuente de Arcadia, que nace entre piedras junto a Nonacri, tan venenosa que, bevida, luego mata por su frialdad, y con ella dizen que mató Antipatro a Alexandro, por consejo de Aristóteles. Désta, Virgilio, Aeneida, 6.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a