CAPITULO VI


De los males del pulmón y del hígado y de las eructaciones de sangre


También curan los males del pulmón los ratones, principalmente los africanos, quitado el pellejo y cozidos en azeite y sal y tomados en manjar. Esto mismo cura a los que escupen materia o sangre. Pero principalmente cura el estómago la comida de caracoles; conviene darlos un hervor en agua, sin tocar a su cuerpo, luego tostarlos en las brasas sin añadirlos nada, y así tomarlos en vino y garo,1 principalmente los africanos. Poco ha que se ha visco aprovechar esto a muchos. También observan esto: que se tomen en número desigual, pero su jugo y humor haze grave y molesto aliento. Aprovechan también a los que escupen sangre, quitada la cond1a y triturados en la bevida de agua. Son loadísiroos los africanos y después déstos los solitanos. Los astipaleicos y sicilianos han de ser pequeños, porque la grandeza los haze duros y sin jugo; los baleáricos, a los quales llaman caváticos, porque nacen en cuevas. También son loados los de las islas Caprearias pero ningunos son agradables, ni añejos ni frescos para manjar. Los de río y blancos tienen mal olor; también los silvestres son inútiles al estómago, ablandan el vientre. También todos los que son menudos. Al contrario, los marinos son más provechosos al estómago y eficacísimos contra su dolor. Son más loados qualesquiera vivos, tragados con vinagre. Fuera déstos, hay los que se llaman aceratos anchos, y que nacen de muchas maneras, de cuyo uso diremos en sus lugares.

La membrana de la molleja de los pollos de gallinas, seca, añeja y esparcida en la bevida, ablanda las distilaciones del pecho y la tos húmeda, o tostada si fuere reciente y fresca. Los caracoles crudos, triturados con tres ciathos de agua tibia, sorbidos, mitigan la tos. También el cuero de perro, rodeado a qualquiera dedo, mitiga las distilaciones. Con el caldo de perdizes se recrea el estómago. La comadreja silvestre, comida, cura los dolores del hígado, o su mismo hígado tomado en la comida. También el hurón, asado a manera de lechoncillo. Para los suspiriosos o asmáticos aprovechan los multipiés, desatando veinte y uno dellos en miel ártica y beviéndolos por una caña: porque qualquiera vaso que tocan le dexan negro con su tocamiento. Algunos tuestan un sextario déstos es una cazuela, hasta tanto que se ponen blancos, y entonces los mezclan coa miel. Otros los llaman cientopiés y los mandan dar en agua caliente.

Los caracoles aprovechan dados a comer a aquellos que se desmayan o a los que pierden el juyzio o a los que padecen vertígines o vaguidos, triturado cada uno con su concha en tres ciathos de vino dulce y dados a bever calientes nueve días a lo más largo. Algunos dieron el primer día uno y el segundo dos y el tercero tres y el quarto dos y el quinto uno. Así también enmiendan los suspiros y las vómicas o apostemas del estómago. Hay un animal, semejante a langosta sin alas, al qual llaman los griegos tryxalis; no tiene nombre latino, según entienden algunos, y no son pocos los que entienden ser el grillo. Déstos mandan tostar veinte, y beverlos en vino mulso contra las orthophneas2 y para los que escupen sangre. Hay quien infunde sobre los caracoles, sin lavarlos, protropo3 o agua marina, y cozido así los toma en el manjar; o si triturados con sus conchas los toman con el protropo: también así curan la tos. Particularmente sana las vómicas la miel, en la qual se han muerto abejas, y el pulmón del buytre quemado con sarmientos de vid y mezclado con flor de granado por mitad; y también con flor de membrillos y de lirios en las mismas cantidades, bevido por la mañana y por la tarde es vino, no haviendo calentura; y si la huviere, en agua en que se hayan cozido membrillos, sana a los que escupen sangre. El bazo sacado fresco de la oveja, según preceptos de los magos, se estiende sobre el bazo que duele, diziendo el que le cura que él haze remedio para el bazo. Después desto mandan que le encierren en la pared de su dormitorio o en el techo, y señalarle con el anillo y dezir veinte y siete vezes el verso del encanto.4 El bazo del perro, si se saca estando vivo y se toma por alimento, libra de aquel mal. Algunos, estando fresco, le aplican ligado encima. Otros dan el de un perrillo de dos días en vinagre scilítico, sin que lo sepa el enfermo, o el bazo del erizo. También la ceniza de los caracoles con simiente de lino y de hortiga mezclado con miel, continuándolo hasta que sane. También libra de aquel dolor el lagarto verde colgado vivo en una olla antes de entrar en el aposento del dormitorio de aquel que se cura, de suerte que saliendo y entrando la toque con la mano. También la ceniza de la cabeza del búho, con ungüento; la miel en que han muerto avejas; la araña, y principalmente la que se llama lycos. El corazón de la abubilla es dado en los dolores del lado, y la ceniza de los caracoles cozidos en pthisana, los quales se aplican también solos por sí en linimento. La ceniza de la calavera del perro rabioso se esparce en la bevida. Para el dolor de los lomos el estelión transmarino, quitada la cabeza y los intestinos, cozido en vino con peso de medio denario de adormidera negra, se beve con aquel jugo. Los lagartos verdes, cortados los pies y la cabeza, se toman en el manjar. Tres caracoles, triturados con sus conchas y cocidos en vino con quinze granos de pimienta. Los pies del águila se cortan al contrario de la corva, de suerte que el derecho se ligue a los dolores de la parte derecha y el izquierdo a la izquierda. También en el multipiés, al qua! llamamos onisco, bevido peso de un denario en dos ciathos de vino, cura estos dolores. Mandan los magos que, puesto el gusano o lombriz de la tierra en una escudilla de madera, antes hendida y atada con hierro, se bañe echando en ella agua y que se sotierre adonde se havía cabado, y después se beva el agua con la escudilla, y afirman que admirablemente aprovecha a los que padecen ceática.


EL INTERPRETE

1(Garo). Salsa o salmuera de pezes. 2(Orthophneas). Especie de asma. 3(Protropo). Es el mosto que corre de las ubas antes de pisarlas. 4(EI verso del encanto). Ridícula vanidad de los magos.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a