CAPITULO II


De las especies de la magia y detestación de Nerón y de los magos


Las especies de la magia, como contó Osthanes, son muchas, porque del agua y de las espheras y del ayre y de las estrellas y luzes y vazías o vasijas y de los segures y de otros muchos modos promete cosas divinas. Fuera deseo promete coloquios, hablas y respuestas de las sombras y espíritus infernales; rodas las quales cosas en nuestra edad conoció el emperador Nerón1 ser vanas y falsas, porque es cierto que no tuvo él mayor voluntad y deleite de tañer la cítara y cantar trágicos versos que tuvo desea arte, trayendo la suma fortuna de las cosas humanas en los profundos vicios de su ánimo, y primeramente deseó mucho mandar a los dioses y ninguna cosa quiso más generosamente. Ninguno jamás favoreció a alguna de las arces con más vigor. Para estas cosas no le faltaron riquezas, no fuerzas, no ingenio para aprender, ni otras cosas, no sufriéndolo el mundo. Inmenso y indubitable exemplo es de ser arte falsa, haviéndola dexado y menospreciado Nerón. Y oxalá e aconsejara y comunicara con los espíritus infernales y otros qualesquiera dioses de sus superscitiones, antes que remitir aquellas inquisiciones a los burdeles y lugares deshonestos: porque es cierto que no huviera sacrificios algunos, aunque ricos bárbaros y fieros, que no fueran más suaves que sus pensamientos. Mas cruelmente nos llenó así de sombras. Tienen los magos algunas escusas, como dezir que no obedecen las deidades a aquellos que tienen pecas, como si no se pudiesen mirar. Acaso huvo esto en él. No faltó cosa en sus miembros y tenía libertad de elegir los días acomodados, y también le era fácil escoger los ganados que no tuviesen otro color sino negro. También le era muy agradable sacrificar hombres. Havía venido a verle un mago, llamado Tirídates, trayéndole de sí el armeniaco triumpho, y por esto era odioso a las provincias. No havía querido navegar, porque escupir en los mares y violar con otras necesidades de los mortales aquella naturaleza no lo tienen los magos por lícito. Havía traído consigo otros magos, y también le havía ya comenzado a enseñar con las mágicas cenas. Pero aunque le dava el reyno de Armenia, no pudo recebir dél esta arte. Por tanto quedé así persuadido ser instable, írrita y vana: pero que sólo tiene algunas sombras de verdad, y en éstas tener poder las artes venéficas o encantamentos, no las mágicas. Pregunte alguno qué cosas han mentido los magos antiguos. Siendo cierto que, siendo yo mancebo, vi a Apión, profesor del arte de gramática, el qual dixo que la yerva cinocefalia, que en Egipto se llarnava osirites, era divina y contra toda hechicería, pero que si ésta era arrancada, aquel que la arrancava al momento se moría. Y que él havía evocado las sombras de los difuntos, para preguntarlas de qué patria y de qué padres havía sido hijo Homero, pero que no se atrevía a dezir lo que le havían respondido.


EL INTERPRETE

1(El emperador Nerón). Prueva Plinio la vanidad de la magia y de todas sus especies, con exemplo de Nerón, vergüenza y confusión del christiano que las admite, honra para la historia de Plinio, que las refuta y condena, y desengaño de aquellos que, por no comprehendido, le tuvieron por fabuloso.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a