CAPITULO V


Remedios que se toman del sebo del abestruz, del perro rabioso y del lagarto, y ansares y palomas y comadrejas


Pero así de paso quede dicho haver vendido también enronces el sebo de abestruz por ochenta sextercios,1 el qual es de más eficaz efeto para todas las cosas que la enjundia de ansar. Ya diximos arriba algunas especies que hay de miel venenosa, contra la qual usan de miel en que se hayan muerto avejas. La misma, bevida en vino, es remedio de los males que se causan de comer peces. En la mordedura del perro rabioso aprovecha para no venir a temer el agua la ceniza de la cabeza de perro, aplicada por linimento en la herida. Pero conviene quemar todas las cosas de una misma manera, para que lo digamos de una vez, en un vaso de barro nuevo y cerrado bien alrededor con arzilla y puesto así en el horno. La misma ceniza aprovecha también en la bevida. Algunos por esta causa la dieron a comer. Algunos también ligaron un gusano del cadáver de perro al hombre mordido, o pusieron debaxo del vaso2 un paño bañado con la sangre del menstruo o metieron dentro3 de la herida los pelos de la misma cola quemados. Del hombre que trae consigo un corazón de perro, huyen los perros. Pero no le ladran trayendo en el calzado, debaxo del dedo grueso, la lengua de un perro o a los que tienen consigo la cola de una comadreja que, después de havérsela cortado, la hayan dexado libre. Hay un cieno de saliva debaxo de la lengua del perro rabioso que, dado a bever, no dexa que los mordidos se hagan hidrófobos,4 pero utilísimamente se da el hígado de aquel perro que ha mordido con rabia, si es posible hazer que le coman crudo, y si no cozido de qualquiera manera, o el caldo cozidas sus carnes. Hay u n gusanillo, en la lengua de los perros, llamado de los griegos litra,5 y quitado éste de los perrillos quando son pequeños ni se hazen rabiosos ni sienten fastidio. Este mismo, traído eres vezes al rededor del fuego, se da a los mordidos de perro rabioso para que no rabien. Y también se ocurre a esto con el cerebro de la gallina. Pero comido éste sólo aprovecha para aquel año. También dizen que se pone eficazmente sobre la mordedura la cresta del gallo pistada y la enjundia del ansar con miel También se salan las carnes de los perros que rabiaron, y se dan en manjar para los mismos remedios. También se ahogan luego los cachorrillos en agua, según es el sexo del que fuere mordido, para que se trague su hígado crudo. Aprovecha también el estiércol de gallinas, pero solamente el roxo, puesto con vinagre sobre la mordedura. Y la ceniza de la cola del muaraño, de suerte que aquel a quien se la huvieren cortado se dexe ir vivo. La tierra del nido de golondrinas, hecha linimento con vinagre, o los pollos de la golondrina quemados. La membrana o vejez de las culebras desnudada en la primavera, triturada con un cangrejo macho. Y también, guardada por sí en las arcas o cajones, mata las polillas. Es tan grande la fuerza desee mal de rabia que, aun pisada, la orina del perro rabioso daña, principalmente a los que tienen llagas. Es remedio el estiércol de cavallo esparcido con vinagre y caliente puesto encima con un higo. Menos se maravillará deseo el que imaginare que la piedra mordida del perro ha llegado a ser proverbio de discordia.6 El que huviere echado su orina sobre la del perro, se d.ize que siente entorpecimiento en los lomos. El lagarto, al qual llaman unos sepa y otros chalcídice, bevido en vino sana sus mordeduras. A los venéficos maleficios hechos de la comadreja silvestre es contrario el caldo de gallo viejo bevido en gran cantidad, y particularmente contra el acónito: conviene añadir un poco de sal. El estiércol de gallinas, solamente el que es blanco cozido en hisopo o en vino mulso, refrena el veneno de los hongos y boletos. También las inflaciones y ahogamientos, lo qual nos haze admirar viendo que si otro animal huviere gustado aquel estiércol padece torcijones y inflaciones de tripas. La sangre del ansar vale contra las liebres marinas mezclada con igual cantidad de azeite. También contra todos los malos medicamentos se guarda con tierra lemnia y zumo de espina blanca, y hechas cinco dragmas de pastillas, se han de bever en tres ciathos de agua. También el cachorrillo de la comadreja, preparado como diximos arriba.7 También el quajo del cordero tiene grande virtud contra todos los malos medicamentos. También la sangre de las ánades pónticas, y por esto se guarda e pesada y se desata con vino. Algunos entienden ser mejor la de ánade hembra. De la misma suerte tiene virtud contra todos los venenos el ventriculo de las cigueñas y el quajo de las ovejas. El caldo de la berza, cozida con carne de carnero, particularmente aprovecha contra las cantáridas. También la leche de las ovejas caliente, si no es a aquellos que huvieren bevido el bupreste o el acónito. El estiércol de las palomas silvestres, particularmente, aprovecha contra la bevida de azogue, y la comadreja común añejada, beviendo della cantidad de dos dragmas, contra los tóxigos.


EL INTERPRETE

1(Ochenta sextercios). Entiéndese cada libra, como anotó Dalechamp. 2(Del vaso). Otros leen: “del carcañal”, etc. 3(O mecieron dentro). Otros leen “o pusieron encima”, etc. 4(Hidrófobos). Quando llegan a temer el agua. 5(Litra). Llámanle en Castilla la ruin, porque no dexa medrar a los perrillos hasta sacarle.

6(Proverbio de discordia). Canis in lapidem saeviens, dízese por aquellos que la causa del daño no la vengan en su autor. Platón, De República, lib. 5; Pacuvio y Erasmo. 7(Como diximos arriba). Quemado en un vaso nuevo de barro.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a