CAPITULO XV


De los remedios para los vehementes dolores y piedras de la bexiga y para los males de los genitales y asiento y de las ingles


Para los intensos y grandes dolores de la bexiga y de sus piedras es provechosa la orina del javalí, y su misma bexiga tomada por alimento, y es más eficaz si primero se cura y macera lo uno y lo otro al humo. Conviene comer la bexiga cozida, y que la muger coma la de puerca, hembra. Hállanse en sus hígados unas pedrezillas o, si no lo son, semejantes a ellas en la dureza, blancas, como en el puerco ordinario, con las quales, molidas y bevidas en vino, dizen que se expelen las piedras. Esle al javalí tan grave y embarazosa su misma orina que, si no la despide, no puede suficientemente huir y le oprime, como si fuera atado. Dizen que con ella se abrasan. Los riñones de la liebre añejados, bevidos en vino, expelen las piedras. En la lunada del puerco diximos haver unos artejos, de los quales el caldo de su cozimiemo es provechoso a la orina. Los riñones del asno, guardados añejos y molidos, y dados en vino puro, curan la bexiga. Los empeynes o líchenes del cavallo, bevidos en vino o en mulso quarenta días, expelen las piedras. Aprovecha también la ceniza de la uña del caballo, en vino o en agua. También el estiércol de las cabras, en mulso, y más eficazmente el de las cabras silvestres. También la ceniza del pelo de cabras. El cerebro del javalí o del puerco doméstico y su sangre aprovecha a los carbuncos de las partes vergonzosas, pero su hígado quemado principalmente con leña de enebro. Con hojas de p:tpel y arrhénico1 sana los males que van cundiendo en la misma parte. Para lo mismo la ceniza de su estiércol y la hiel de vaca con alumbre egipcio y salmuera, reduzido a espesura y grueso de miel, y puesta encima azelga cozida en vino y también su carne. Y el sebo cozido en vino con médula de ternera, o el de cabra con miel, y zumo de zarza, sana las llagas que manan: y si van cundiendo, dizen que también aprovecha el estiércol con miel o con vinagre, y la manteca sola por sí. El tumor de los testículos se mitiga con sebo de ternera mezclado con nitro, o con estiércol de la misma cozido en vinagre. La bexiga del javalí, si se come asada, cura al que no puede detener la orina, y la ceniza de las uñas del javalí o puerco doméstico esparcida en la bevida, y la bexiga de la puerca doméstica quemada y bevida. También la bexiga o pulmón del cabrito y el cerebro de la liebre en vino y los testículos de la misma tostados, o su quajo con enjundia de ansar en polcada. Los riñones de jumento, triturados en vino puro y bevidos. Los magos enseñan que, haviendo bevido la ceniza del genital del berraco en vino dulce, orinen en la estancia o aposento del perro, y añadir estas palabras: Que no haga el orina, como el perro, en su aposento. La bexiga del puerco, si no huviere tocado a la tierra, puesta sobre el empeine, mueve la orina. La hiel del oso, con su enjundia, aprovecha excelentemente a los males del suelo. Algunos añaden espuma de plata y incienso. Aprovecha también con enjundia de ansar y azeite rosado. El modo y consistencia que han de tener, las mismas cosas lo muestran, que sean fáciles para aplicarse en linimento. La hiel de toro, aplicada embevida en unos liencezicos, cura bonísimamente, y las crietas del mismo las cierra y cicatriza. El sebo del becerro, principalmente quitado de las ingles y mezclado con ruda, aprovecha a las inflamaciones de aquella parte. A los demás vicios medicina la sangre de cabra con polcada. También la hiel de la cabra sola por sí aprovecha a los tumores del asiento, llamados condiloma. También la hiel del lobo, desatada en vino. La sangre de oso resuelve los tumores planos y apostemas en qualquiera parte. También la de toro, seca y molida. Pero el principal remedio dizen que está en la piedra del onagro o asno montés, el qua! dizen que, quando le matan, despide la orina más líquida al principio, pero que después en la tierra se va espesando y endureciendo. Esta piedra, ligada al muslo por dedentro, resuelve todo ímpetu de corrimientos y libra de toda supuración. Es rara y dificultosa de hallar, y no en qualquiera onagro, pero es célebre remedio. Aprovecha también la orina del asno con melanthio y la ceniza de la uñuela de cavallo, hecha untura con azeite y agua. La sangre del cavallo, principalmente del que se echa para padre, y la sangre de buey, también la hiel. También la carne aplicada caliente haze los mismos efetos, y la ceniza de las uñuelas de los corbejones, desatada en agua o miel. La orina de las cabras y las carnes de los cabrones, cozidas en agua, o el estiércol déstas cozido con miel, la hiel de oso o de berraco. La orina de puercos aplicada en lana. Cosa es cierta que de andar a cavallo se desuellan y inflaman las ingles, y para todos los males que proceden deseas causas aprovecha untarse con la espuma de la boca y ingles del cavallo. También se hinchan las ingles por causa de algunas llagas, y son su remedio tres cerdas de cavallo ligadas con otros tantos nudos dentro de la llaga.


EL INTERPRETE

1(Arrhénico). Otros leen “con papel armeniaco”; yo entiendo ser uno y otro error y que se ha de leer arsénico.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a