CAPITULO Vlll


Medicinas de animales peregrinos, del elefante, león, camello, hiena, crocodilo, chamaleón, scinco, hippopótamo y linces


Estas son las cosas que se pueden haver dicho, y muchas dellas no se dixeran sino por salvar nuestro honor.1 las demás, como destestables y indignas de dezirse, para no detenernos, basta dezir que deve huir dellas el hombre. En las otras cosas seguiremos las excelencias de los animales, o de sus obras.

La sangre del elefante, principalmente siendo macho, detiene todas las fluxiones, a las quales llaman reumatismos; con las raeduras del marfil mezcladas con miel de Athenas (como dizen) se quitan las manchas del rostro, y con las aserraduras los panarizos. Con el tocamiento de su trompa se alivia el dolor de cabeza, y más eficazmente si con esco estornuda. la parte derecha de la trompa, ligada con la tierra lemnia, mueve y estimula los ímpetus de luxuria. la sangre aprovecha también a los tábidos y consumidos, y el hígado a los que padecen alferecía.

El unto de león, con azeite rosado, conserva la tez del rostro sin daño y guarda la blancura. Sana también las partes quemadas con las nieves y los rumores de los artejos. la vanidad de los magos promete a los que se han untado con aquella gordura más fácil gracia acerca de los reyes o de los pueblos, principalmente con aquel graso o unto que estuviere entre el sobrecejo, a donde no puede haver alguno. Otras cosas semejantes prometieron del diente, y principalmente de la parte derecha, y del vello del labio inferior. Su hiel, mezclada con agua, aclara la vista de los ojos untados con ella. Y con la gordura del mismo se quita la goracoral, gustando muy poco dello, y al momento los que lo han tomado lo han de digerir corriendo. Su corazón, comado en la comida, cura las quartanas; la gordura, con azeite rosado, las calenturas cotidianas. las bestias huyen de los que se han untado con ello: y parece resistir también a las asechanzas y cautelas.

El cerebro del camello, seco y bevido en vinagre, dizen ser remedio que cura el mal caduco o gotacoral, y también la hiel bevida con miel, y ésta aprovecha también a la esquinancia. Con la cola seca dizen que se ablanda y mueve el vientre, y que con la ceniza de su estiércol, desatada con azeite, se encrespa el cabello. Y aplicada por linimento, esta ceniza aprovecha a las disenterías. Y, bevida la cantidad que se pueda tomar con tres dedos, aprovecha también a la alferecía o gotacoral. La orina dizen ser utilísima para los tintoreros y también para las llagas que manan. Es cosa cierta que los bárbaros la guardan cinco años y, beviendo una hémina, mueven el vientre. las cerdas de la cola, torcidas y ligadas al brazo izquierdo, dizen que curan las quartanas.

A la hiena pusieron los magos en grandísima admiración sobre todos los animales, como a aquella a quien ellos atribuyen las artes mágicas. Y la fuerza con que atrae a sí los hombres privados del encendimiento. Ya diximos la mudanza que cada año haze de sexo y las demás cosas de su monstruosa naturaleza. Aora seguiremos todas las que dizen ser para medicinas. Principalmente, cuentan causar tan gran terror y espanto a las onzas, que aun no procuran hazer resistencia y al que tiene alguna cosa de su cuero no le apetecen. Y es cosa para dezirse admirable que, si se cuelgan las pieles deseos dos animales, contrarias una de otra, se caen los pelos de la piel de la onza. Quando huyen del cazador, buelven hazia la mano derecha para ocupar las pisadas del hombre que pasó adelante, lo qua! si sucede dizen que pierde el juizio, y cae el hombre del cavallo. Pero si tuerce la carrera hazia la mano izquierda, es indicio de faltada el ánimo y que será cogida con presteza. Y que se ase más fácilmente si el cazador ata sus cintos y el azote que manda al cavallo con siete nudos. Después, como es astuta la vanidad de los magos, con sus embustes mandan que se haga quando la Luna pasa por el signo de Géminis, y que se guarden casi todos sus pelos, y que aprovecha al dolor de cabeza, ligando a ella el cuero de la suya, y la hiel aplicada por linimento en la frente para la ceguera y lagañas, o para que de todo punto no padezca este mal, cozida con tres ciathos de miel ática, y una onza de azafrán aplicada por linimento, y quitarse así también las nieblas y sufusiones, y aclararse mejor la vista, añejado el medicamento, y guardarse en un vaso de cobre, y sanarse con el mismo las manchas blancas, asperezas y carne crecida en los ojos, y también las cicatrices. Y con la sangraza que sale del hígado reciente y fresco, asado, mezclada con miel espumada, quitar los males de los ojos untados con ello. Aprovechar sus dientes con su tocamiento, para los dolores de dientes, o ligados a ellos por orden, y los hombros para el dolor de los hombros y de los brazos. Los dientes del mismo, siendo arrancados de la parte izquierda de la boca, ligados en piel de oveja o de cabra, a los dolores de estómago. Los pulmones, tomados en la. comida, a las cámaras celiacas. Su ceniza, hecha linimento con azeite, a los estómagos flacos; las médulas del lomo, con azeite añejo y hiel, a los nervios. El hígado, gustado tres vezes antes de las accesiones, a las quartanas. La ceniza del espinazo, con la lengua y pie derecho del becerro marino, y mezclada hiel de toro, cozido todo igualmente y hecho linimento con piel de hiena, a la gota de los pies. Y aprovechar también, en la misma enfermedad, la hiel con la piedra asia. A los que padecen temblores y pasmos, y están tábidos, y a los que el corazón palpita, darlos a comer algo del corazón, de suerte que la ceniza de la otra parte se haga linimento con cerebro o sesos de hiena. También dizen quitarse los pelos untándose con esta composición, o con la hiel sola por sí, quitando primero aquellos que no quieren que tornen a nacer. De la misma suerte quitar los que son inútiles en las pestañas. Y para los dolores de los lomos, comer las carnes de sus lomos y hazer dellas linimento con azeite. Su ojo, comido con orozuz y eneldo, dizen quitar la esterilidad de las mugeres, y prometen que dentro de tres días concebirá. Contra los temores nocturnos y terror y espanto de las sombras, dizen que socorre uno de los dientes grandes, ligado con un paño de lino. A los furiosos mandan perfumar con lo mismo, y fajarse alrededor del pecho con el sebo de los riñones o con el hígado o la piel. La carne blanca del pecho de la hiena y siete pelos, y el genital del ciervo, ligado en pellejo de dorcade, y colgado al cuello de la muger preñada, prometen contener los partos. Provocar la Venus, tomando el genital de su sexo en miel, aunque los hombres hayan aborrecido los ayuntamientos de mugeres. Y dizen más, que toda la casa tendrá concordia con el mismo genital y un artejo del espinazo guardado junto, asido a su cuero, al qua! artejo o nudo de la espina llaman athlancio, y es el primero. También tienen éste entre los remedios de la gotacoral. Encendida su gordura, dizen que se ahuyentan las serpientes, y que molida una parte de su mexilla con anís, y tomada en el manjar, mitiga los horrores. Y con el mismo sahumerio mover los meses de las mugeres. Y es tan grande su vanidad, que afirman que, ligándose al brazo un diente de la mexilla alta de la parte derecha, no errarán los tiradores a la cosa que tiran. Su paladar seco y calentado con alumbre de Egipto, y mudado tres vezes en la boca, dizen enmendarse las llagas y mal olor de la boca. Y aquellos que truxeren la lengua en el calzado debaxo del pie, no ser ladrados de los perros. Untada la nariz con la parte izquierda de los sesos, mitigarse las enfermedades malignas y perniciosas, así de los hombres como de los quadrúpedes. Y el cuero de la frente resistir a la fascinación o mal de ojo. Las carnes de la cerviz, comiéndose o beviéndose secas, a los dolores de los lomos. Y sahumando con los nervios de la espalda y hombros, los dolores de los nervios. Los pelos del hozico, llegados a los labios de las mugeres, tener fuerza de hazer amar. El hígado, bevido, curar los torcijones y piedras. El corazón, tomado en comida o bevida, favorecer contra todos los dolores del cuerpo. El bazo a los bazos; el omento, con azeite, a las inflamaciones de las llagas. Los tuétanos, a los dolores del espinazo y nervios, y al cansancio de los riñones. Bevidos los nervios en vino, con incienso, restituir la fecundidad quitada con hechizos. La bulva, dada a bever con la corteza de granada, dizen aprovechar a la bulva de las mugeres. Con el sebo de los lomos perfumar a las que paren dificultosamente, y parir al momento. Traer ligada la médula del espinazo, ayudar contra las vanas imaginaciones. El sahumerio con el genital del macho, a los que padecen pasmo. También, guardados sus pies, con su tocamiento hazer provecho a los cegajosos y roturas, y contra las inflamaciones. Los izquierdos a las partes derechas, y los derechos a las izquierdas. El pie izquierdo, puesto sobre la muger que está de parto, dizen ser mortal y, puesto el derecho, le facilita. La membrana que contiene la hiel, bevida en vino o tornada en la comida, socorrer a las cardialgias, y la bexiga, bevida en vino, contra la incontinencia de la orina. Pero la orina que se halla en la bexiga, añadiendo con ella azeite, alegría y miel, dizen aprovechar a la acrimonia y mordacidad antigua de orina. El perfume de la primera y orava de sus costillas ser saludable para las costillas quebradas, y los huesos del espinazo a las mugeres que están pariendo. Tomada su sangre con poleadas, a los torcijones del vientre. Tocando con la misma sangre las portadas, impedirse adonde quiera las artes de los magos. No atraerse los dioses llamados, ni responder a las preguntas, aunque los tienten y procuren, o con luzes encendidas, o con vazía o agua o pelota, o de qualquiera otra manera. Si comen sus carnes, dizen ser eficaces contra las. mordeduras del perro rabioso: pero mucho más eficaz el hígado. Las carnes o huesos de hombre, si se hallan algunos en el estómago de la que han muerto, ser provechoso sahumerio para los gotosos. Y si entre éstos se hallan uñas, significar muerte de alguno de los cazadores que la cogieron. Los excrementos o huesos que despide quando la matan, dizen tener grande virtud contra los embustes y azechanzas mágicas. El estiércol que se hallare en los intestinos, seco, tener virtud bevido contra las disenterías y, hecho linimento, con enjundia de ansar, favorecer a los que con mal medicamento fueron ofendidos en todo el cuerpo. Y a los mordidos de perro, aplicada su gordura por linimento y puesto encima el cuero. También dizeo que, cozida la ceniza del talón izquierdo con sangre de comadreja, los que se untaren con ello vienen a ser aborrecidos de todos, y que lo mismo sucede con el ojo cozido. Pero a todas las demás cosas excede dezir que, si alguno trae consigo la última fistula del intestino, está seguro de las maldades de los príncipes y potentados, y tiene feliz suceso en las demandas y en los juizios y pleyros. La caverna del mismo intestino, si alguno la trae ligada al brazo izquierdo, dizen ser tao presemáoeo remedio para hazer amar que, si mira a una muger, al momento le sigue. La ceniza de los pelos del mismo lugar, hecha linimento con azeite y untándose con él los hombres, aunque sean muy lascivos, no solamente dizen que los haze honestos y cascos, pero que los infunde costumbres graves y severas.

Próximamente es fabuloso también el crocodilo para aquel ingenio de los magos, el qual pasa comúnmente la vida en el agua y tierra. Hay déscos dos especies: de aquel primero, los dientes de la quijada derecha ligados al brazo derecho (si se puede creer) provocan y estimulan a luxuria. Sus colmillos, llenos por de dentro de incienso (porque es cierto ser huecos), quitan las calenturas que tienen circuitos, aplicándolos de suerte que el enfermo no vea al que los huviere ligado en cinco días. Los mismos magos dizen tener fuerza y virtud las piedrezillas sacadas del vientre,2 contra los horrores y fríos que vienen en las calenturas. Por la misma causa untan también los egipcios sus enfermos con aquella enjundia. Hay otro crocodilo semejante a él, muy inferior a su grandeza, que solamente vive en la tierra,3 y con olorosísirnas flores. Por esto se buscan diligentemente sus excrementos,4 por estar llenos de agradable olor, llámanlos crocodilea, utilísimos para los males de los ojos, aplicados en untura con zumo de puerro y contra las sufusiones y nieblas. También, hecho linimento con azeite ciprino, quita las cosas molestas que nacen en el rostro, y desatado en agua quita todas las enfermedades cuya naturaleza es salir a la cara, y la aclara y pone lustrosa. Quita las pecas y alvarazos y todas las manchas, y contra la gotacoral se beve en vino mulso hasta en cantidad de dos óbolos. Aplicada abaxo mueve los meses. Es bonísima crocodilea la blanquísima y que fácilmente se desmenuza, y de ninguna manera pesada: y que cuando se muele, se fermenta y haze masa entre los dedos. Lávase como el albayalde. Adultéraola con almidón o con tierra cimolia, pero principalmente la falsean los que sustentan a los que han cogido solamente con oriza.5 Afirman no haver cosa más útil contra las sufusiones que untar los ojos con su hiel mezclada con miel. Dizen ser saludable, para las que padecen mal de madre, sahumadas con los intestinos y con lo demás de su cuerpo. También rebolver al vientre vellones de lana que hayan recebido su vapor. La ceniza del cuero del uno y del otro, desatada en vinagre y untando aquellas partes que es necesario cortarlas, o recibiendo el olor del cuero quemado, quita de todo punto el sentimiento del cud1illo o navaja. La sangre de uno y otro crocodilo adara la vista a los que se untan con ella, y enmienda las cicatrices de los ojos. El mismo cuerpo, excepto la cabeza y los pies, se come cozido para la ceática y sana la tos antigua principalmente en los muchachos; también los dolores de los lomos. Tienen también gordura, con que, tocado el pelo, se cae. Esta gordura defiende de los crocodilos a los que se han untado con ella, y se instila en sus mordeduras. El corazón, ligado en lana de oveja negra, en la qual no haya otro color, y que sea engendrada en el primer parto, se dize que quita las quartanas.

Juntaremos a ellos otros animales que les son muy semejantes, y igualmente estrangeros y peregrinos, y primeramente el chamaleón,6 reputado de Demócrico por digno de libro particular, y desmenuzado por cada miembro, no sin grande gusto y deleyte nuestro, conocidas y descubiertas las mentiras de la griega vanidad. Este es semejante también en la grandeza al sobredicho crocodilo; sólo difiere en tener más aguda la encorvadura de su espina y en la anchura de su cola. Enciéndese no haver animal más tímido, y que por esto se muda de muchos colores. Es grandísima la fuerza que tiene contra la generación de los gavilanes. Dízese que trae de por fuerza a sí al que huela por cima dél, y le entriega voluntariamente a los demás animales para que le despedacen. Su cabeza y tragadero, si se queman con leña de roble, dize Demócrito hazer concurso de lluvias y truenos, y también el hígado quemado en tejuelas. Las demás cosas que dize pertenecientes a hechizos para matar, aunque entendemos ser falsas, las dexaremos, no diziendo si no es lo que con escarnio y risa le contradixéremos. Dize que si le sacan el ojo derecho, estando vivo, quita las nuves de los ojos mezclado con leche de cabras, y su lengua, ligada a la muger preñada, los peligros del parto, y ser saludable el mismo estando en casa para las paridas, pero dañosísimo si es llevado a ella. La lengua, siendo sacada estando vivo, tener virtud para los buenos sucesos de los pleitos. El corazón, liado en lana negra del primer desquilo, contra las quartanas. El pie derecho de los primeros ligado al brazo derecho, embuelto en piel de hiena, tener virtud contra los hurtos y temores nocturnos. Y también la tetilla derecha contra los espantos y pavores. El pie izquierdo dize que se ha de quemar en un horno con la yerva llamada también camaleón y, añadido ungüento, hazerlo pastillas, y éstas, encerradas en un vaso de madera, al que le tiene consigo (si lo queremos creer) hazeo que no sea visco de Otros. La espalda derecha dize tener virtud de hazer vencer los contrarios o enemigos, mayormente si, arrojados los nervios del mismo, los huviere pisado. A qué monstruos se consagre el hombro izquierdo, y de qué manera se embíen los sueños que quisieres, y a quien quisieres, avergüenza dezirlo, y todas aquellas cosas dize resolverse con el pie derecho, como con el lado izquierdo los letargos o profundos sueños que huviere hecho el derecho. Dize sanarse los dolores de cabeza roziándola con el vino en que se huviere macerado o tenido en remojo uno de sus lados. Si a la ceniza del muslo o pie izquierdo se mezcla leche de puerca, untando los pies con ello, hazerse gotosos. Con la hiel se cree corregirse los males de ojos, llamados glaucomas, y sufusiones, untándolos tres días; ahuyentar las serpientes, instilándola en el fuego; echada en agua, juntarse las comadrejas, y untando el cuerpo quitar los pelos. El mismo efeto dizen hazer el hígado, hecho linimento con el pulmón de la rana rubeta. Fuera desto, dizen que con el hígado se disuelven y deshazen las cosas que hazen amar, y que se sanan los melancólicos beviendo el zumo del cuero de la yerva camaleonte. Sus tripas y estiércol, aunque este animal no vive con algún alimento, mezclados con orina de simia y untando con ello las puertas de los enemigos, dizen conciliar el odio de todos los hombres; con la cola refrenar las corrientes de los ríos y ímpetus de las aguas, y adormecer las serpientes. Con la misma cola, aderezada o medicinada con cedro y mirrha y ligada a un ramo doblado de palma, hiriendo con él el agua, dizen que se abre de suerte que se ven todas las cosas que están demro. Oxalá fuera tocado con aquel ramo Demócrito7 porque él prometió impedir con él el demasiado hablar. Y es cierto que este hombre, siendo en otras cosas sagaz y utilísimo a la vida, por demasiado cuidado de ayudar a los mortales cayó en estos errores.

De la misma forma y semejanza es el scinco, el qua!dixeron algunos ser crocodilo de la tierra, sólo diferente en ser más blanco y de más delgado cuero, aunque la principal diferencia con que se distingue del crocodilo es tener sus escamas bueltas desde la cola hazia la cabeza. El mayor de todos es el indico y después el de Arabia; tráense salados. Su hozico y pies, bevidos en vino, encienden el apetito de Venus, y mézclanse con satirión y simiente de oruga, una dragma de cada cosa y dos de pimiema, y hecho pastillas se beve dellas una dragma. Dadas por sí las carnes de los lados, cantidad de dos óbolos, con mirrha y pimienta, y bevido de la misma manera, se tienen por más eficaces para lo mismo. Aprovecha también contra el veneno de las saetas, como escrive Apeles, tornado ames y después. Añádese también en los antídotos principales. Sextio afirma que, beviendo en una hémina de vino más que el peso de una dragma, causa gravísimo daño. Fuera desto, el caldo de su mismo cozimiento, tomado con miel, dize impedir y refrenar la Venus.

Tiene el crocodilo cierta cognación o parentesco con hippopótamo, criándose en un mismo río, y sustentándose en el agua y en la tierra.8 Este fue inventor, como diximos, de evacuar la sangre. Hay muchos más arriba de la prefectura saytica. La ceniza del cuero déste, hecha linimento con agua, sana los tumores planos. El sebo o gordura las calenturas frías, y también su estiércol en sahumerio o perfume. Los dientes de la parte izquierda, los dolores de los dientes, sajando las encías. El pellejo de la parte izquierda de su frente, ligado a las ingles, reprime la Venus. La ceniza del mismo, llena de cabello las alopecias o pelonas. Una dragma de su testículo se beve en agua contra las serpientes. De su sangre usan los pintores.

También son animales peregrinos los linces, los quales tienen más aguda y daca vista que todos los animales de quatro pies. Dizen que en la isla de Cárpatho queman todas sus uñas con el cuero, y son de eficacísima virtud. Bevida esta ceniza, refrena el miembro de los varones y, esparcida la misma, el apetito venéreo de las mugeres; también la comezón de los cuerpos. La orina refrena el estilicidio de la bexiga. Pero dízese que, al momento que la despide, la cubre de tierra con los pies. También dizen ser remedio para el dolor de los hombros.

Hasta aquí hemos tratado de animales estrangeros, aora tornaremos a nuestro orbe. Y primeramente diremos los remedios comunes de los animales, y los más excelentes.


EL INTERPRETE

1(Salvar nuestro honor). Escúsase Plinio de haver referido algunas cosas vanas y detestables, y por tales con razón las refuta y condena. 2(Las piedrezillas sacadas del vientre). Estas piedras nos traen de la India y algunos las venden por bezaares. 3(Vive en la tierra). Al crocodilo terrestre llamamos lagarto. 4(Sus excrementos). Por intestinos se lee excrementos, a quien llamamos hienda de lagartos y en las oficinas crocodilea. 5(Con oriza). Tiene Plinio por adulterino el estiércol del lagarto, cogido y criado en casa, por no ser de la fuerza que el que se cría y sustenta en los campos.

6(El chamaleón). Es, como ya diximos en el libro 8, de grandeza de lagarto. Vimos, en casa de Diego Cortavila, a quien truxeron quatro de Orán y por morírsele uno llevó los demás a su jardín, donde estuvieron algunos días, y en uno vieron una cosa notable, con que se prueva no vivir sin comer, como muchos fabulosamente afirman, porque subido en la más alta rama de un árbol, pasando por encima dél una mariposa, atrayendo el ayre abierta la boca hazia sí, la truxo a ella con tanta presteza y violencia como si se arrojara con ímpetu a su garganta. Y, teniéndolos en una jaula, se vio que despedían excrementos, prueva clara de sustentarse con algún manjar. 7(Demócrito). Contra Demócrito y su demasiado hablar, diziendo locas vanidades. 8(En la tierra). Tierra de Egipto.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a