CAPITULO III


Remedios del hombre contra los magos


Tratando de las cosas portentosas de las gentes, diximos las monstruosas naturalezas de los hombres y sus venenosos aspectos y muchas propiedades de los animales, que repetirlas sería superfluo. De algunos hombres aprovecha todo el cuerpo, como los de aquellas familias que son terror y asombro a las serpientes; con sólo su rocamienro, o chupando ligeramenee, alivian a los heridos dellas.1 De cuyo género son los Psilos y Marsos, y los que en la isla de Cipro son llamados Ophiogenes. De cuya familia haviendo venido por embaxador a Roma uno llamado Exagon, por hazer experiencia, fue metido, con orden de los cónsules, en una tinaja de serpientes, y dio admiración viendo que mansamente le lamía n alrededor con las lenguas. La señal de aquella familia, si acaso dura hasta aora, es que en tiempo de verano despiden de sí mal olor, y no solamente curava su saliva, sino también el sudor. Los que nacen en Tentire, isla del Nilo, espantan y atemorizan tanto a los crocodilos que aun huyen también de su voz. La presencia de todos estos géneros de hombres también es cierto curar con su natural repugnancia: como vemos al contrario agravarse las heridas con la llegada de aquellos que algún tiempo fueron ofendidos con la mordedura de serpiente o perro. Estos mismos dafian a los huevos sobre que están echadas las gallinas, engorándolos, y a las crías de los ganados con aborto. Queda tanto de ponzoña, una vez recebido el mal, que se hazen venenosos los que han padecido venenos. El remedio es lavar primero las manos de aquellos tales, y roziar con aquella agua a los que curares. También los que alguna vez han sido heridos de alacrán, nunca después son ofendidos de távanos, abispas ni abejas. Y menos se admire desto el que supiere no tocar polilla a la vestidura que huviere estado en morruorio, y que las serpientes se sacan con dificulrad, si no es con la mano izquierda.


EL INTERPRETE

1(A los heridos dellas). Otros leen, por suctumodico, suctumedico, id est medicato et valido.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a