CAPITULO XIII


De la yerva equiseto, nimphea, peucedano, siderite y de otras muchas útiles para detener la sangre, y de la stephanomele y erisithal, y contra los gusanos


El equiseto, llamado de los griegos hippuris, y vituperadas de nosotros para los prados (porque es pelo de la tietra semejante a las cerdas de los cavallos), coúda en una olla nueva hasta gastar la tercia paree de lo que cupiere el vaso, y bevida tres días, cada vez una hémina, consume el bazo de los que cotren, y védase que un día antes no usen de alimentos untados con cosas pingües; varia es la opinión de los griegos acerca desra yerva. Unos dan el mesmo nombre a una yerva que es semejante en las hojas al pino, la qual negrea, y cuentan della una admirable virtud, que restaña los profluvios de sangre sólo con tocar al hombre que los padece. Otros la llaman hippurin, otros ephedrón, y otros anabasin, y dizen que nace junto a los árboles y que, subiendo por ellos, cuelga pendiente con unas madejas de muchos juncos negros como es la cola de los cavallos, con los ramos nudosos, y que tiene pocas hojas, delgadas y pequeñas. La simiente es redonda, semejante al culantro. La raíz leñosa, y principalmente nace entre matorrales. Su virtud y facultad es de condensar y apretar los cuerpos. Su zumo echado en las narices restaña el fluxo de sangre que sale dellas: también el vientre. Bevido en vino dulce cantidad de tres ciathos, cura las disenterías. Mueve la orina, sana la ros y ortophnea. También las roturas y las llagas que van cundiendo. Las hojas se beven para fortalecer los intestinos y la bexiga, guarece la hernia intestinallamada enterocele. Ponen también otra hippuri, con más cortas y más blandas comas o cabelladas borlas, y más blancas, grandemente útil para las ceáticas y para las llagas puesta sobre ellas con vinagre para restañar la sangre; también la nimphea triturada se pone sobre las llagas. El peucedano se beve con simiente de ciprés, si se ha echado sangre por la boca y cotrió de partes inferiores. La sideritis tiene tan grande fuerza que ligada a la herida, aunque sea reciente, en dándola al gladiador cietra y detiene la sangre. Lo qual haze también la ceniza de la cañaherla o el carbón, pero mucho más eficaz es el hongo que nace junto a su raíz. Pero quando cotre la sangre por las narices se tiene por eficaz la simiente de la cicuta triturada con agua, y echada dentro en ellas. También la srephanomeles en agua. La harina de la verónica bevida en leche de cabras restaña la sangre que cotre de la teta de la muger, y también el llantén pistado. El zumo del mesmo se da a los que vomitan sangre, pero para la sangre etrática es aprovada la raíz de la persolata hecha lenimento con enjundia añeja. Para las roturas y convulsiones y caydas de alto, la centaura mayor, la raíz de la genciana triturada o cozida, o el zumo de la verónica, y esto ap rovecha más en la roturas del pulmón hechas por contenciones de vozes o luchas. El panaz, scordio, la aristolochia bevida y el agárico. También aprovecha a las contusiones y torcimientos bevido hasta cantidad de dos óbolos, en tres ciathos de mulso, o si huviere calentura en aguamiel. El gordolobo cuya flor es semejante al oro, la raíz del acoro, toda especie de siempreviva, pero el zumo de la mayor eficacísimamcnre. También el cozimiento de la raíz del symphito. El dauco crudo. El erisírhalo tiene la flor amarilla, las hojas de acantho; bévese en vino. También la chamerope, y el yrio en caldo, sorbido, o el llantén de rodas maneras. También para la enfermedad de piojos, de la qual fue consumido el dictador Syla (que en la mesma sangre del hombre nacen animales que consumen y despedazan el cuerpo), se haze resistencia con el zumo de la uba tamínea o del veratro, con azeite, untándose el cuerpo. También cozida en vinagre, la tamínea, libra las vestiduras desee fastidio.

TOMO Va. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2a