CAPITULO IX


Del sauze, amerino, vitiles o ataduras y del berezo


Vase el fructo de los sauces, antes que se madure, en arañas. Mas, si se coge primero, aprovecha a los que escupen sangre; la ceniza de la corteza de los primeros ramos sana, con agua, los clavos y callos; enmienda las fealdades del cuero en el rostro, y más mezclado su zumo. Es éste de tres géneros: uno expele por sudor el mismo árbol, a manera de goma; otro mana en la llaga, cuando florece, cortada la corteza por espacio de tres dedos. Vale éste para limpiar todo lo que haze embarazo a los ojos; iten para espesar lo que conviene y provocar urina, y para sacar todos los allegamientos de humores de dentro del cuerpo. El tercero zumo es el que destila después de haverse podado los ramos. Alguno, pues, de éstos, calentado con azeite rosado en una cáxcara de granada, se echa en los oídos, o se ponen las hojas cocidas y molidas con cera; iten a los podágricos. Es cosa de muy grande provecho fomentar los nervios con las cortezas y hojas cocidas en vino. La flor molida con las hojas limpia los salvados de la cara. Las hojas, majadas y bebidas, refrenan la destemplanza de la luxuria y totalmente quitan su uso tomadas muchas vezes.

La simiente de la amerina negra con almártaga, en igual peso, unctada después del baño, haze caer los pelos.

No dista mucho la vítex o agnocasto del sauce en el uso de las ataduras, y también en la vista de las hojas, si no fuese de más agradable olor. Llámanla los griegos lygon y otros agnon, porque las matronas, en los thesmophorios o fiestas de Athenas, para conservarse en castidad, hazen las camas de sus hojas. Hay dos linajes de él: el mayor se levanta en grandeza de árbol, a manera del sauce, y el menor es ramoso, de hojas más blancas y llenas de flueco; el primero lleva la flor blanca que tira algo a morada y llámase también blanco. Y el negro, moradas solamente. Nacen en los campos aguanosos. Su simiente, bebida, tiene cierto sabor de vino y dizen que quita las calenturas, y unctándose con ella mezclada con azeite provoca sudor y quita el cansancio. Provocan regla y urina. Tientan, a manera del vino, la cabeza, porque el olor es también semejante. Expelen abaxo las inflaciones, detienen el vientre y son muy provechosas a los hidrópicos y bazo. Hazen abundancia de leche, contradizen al veneno de las serpientes y mayormente a las que causan frío.

El menor es más eficaz contra las serpientes: bébese una dragma de su simiente en vino o en agua y vinagre, o dos dragmas de sus más tiernas hojas. Unctanse ambas especies contra las mordeduras de las arañas y ahuyentan los animales venenosos, aplicada solamente o con su sahumerio o desparcidas por el aposento. Refrenan los ímpetus venéreos y por esto, principalmente, son contrarias a las arañas cuyas mordeduras provocan luxuria. Su flor y tallos tiernos aplacan, con azeite rosado, el dolor de la cabeza, causado del vino. El cocimiento de su simiente, fomentado, desbarata el dolor grande de la cabeza, y limpia la madre, aplicado el mismo en vaho, y el vientre bebido con poleo o miel. Ablanda los encordios y apostemas interiores que se cuecen con dificultad, con harina de cebada, y su simiente los empeines y pecas, con espuma de salitre y vinagre. Y las llagas de boca y granos, con miel. Y el daño de los testículos, sus hojas, con mantecas de vacas. Las grietas del asiento, unctado con agua. Los desencaxamientos, con sal nitro y cera; añádese la simiente {a las hojas}, y las hojas entran en los malagmas de los nervios y podagras. La simiente se destila cocida en azeite en frenesía y lethargia. El que tuviere su vara en la mano o ceñida se dize no sentir descocimientos.

Llaman los griegos erizea o berezo una mata no muy desemejante altura y de color de romero, y casi de la misma hoja. Esta dizen ser contraria a las serpientes.

También da la nestab uso de atadura. Son sus flores muy agradables a las abejas. Dubdo si es ésta la que llaman los griegos spartho, como hayan enseñado hazer entre ellos della sedales para pescar, o si por ventura haya hablado désta Homero cuando dixo haverse desatado los espartos de los navios, porque no estar entonces en uso el espartho africano o de España es cosa cierta y, también, como se cosiesen entonces los navios, savemos haverse hecho con lino siempre y no con esparto. Su simiente, que nombran los griegos con el mismo nombre, que nace en vainillas, a manera de los frijoles, purga como el eléboro, dragma y media bebida en cuatro cyathos de aguamiel en ayunas. Los ramos, juntamente con sus hojas remojadas en vinagre por muchos días y majadas, dan un zumo provechoso a los que tienen ciática, bebida en quantidad de un cyatho. Algunos tienen por mejor que se remoje en agua de la mar y se eche por melecina. Unctase con el mismo zumo los ischiádicos,c añadido azeite. Algunos usan de su simiente contra la estrangula.

Sana la hiniesta, majada con enjundia, el dolor de las rodillas.

La mírice o tarai, que también llama tamarix Lenaeo, dize ser semejante a las escobas amerinas y que se sana con él el cáncer cociéndole en vino, majándole y unctándole. Creen algunos ser ésta la tamarix, pero es notable para el bazo, si se bebe su zumo exprimido en vino. Y dizen ser tan admirable la antipatía o contrariedad que tiene con sólo este miembro inferior, que afirman que si se hazen de él pilas do beban los puercos los hallan sin bazo. Y por tanto dan a los esplenéticos su bebida y manjar en vasos hechos desta mata. Un varón grave en medicina afirma que una vara que de él se quite no tocándola con hierro, ni llegando a la tierra, aplaca los dolores del vientre puesta encima, de manera que esté aplicada como camisa o ceñidos al cuerpo. Llama el vulgo este árbol “desdichado”, según lo tenemos dicho, por no llevar cosa ni sembrarse jamás.

Corintho y la región a él cercana llama bryonia a cierta planta y haze dos géneros della: una silvestre, y de ningún fructo, y otra más doméstica. Lleva ésta, en Egipto y Syria, abundantemente un fructo lignoso, mayor que agallas, de gusto áspero, de que usan los médicos en lugar de agallas y en las composiciones que llaman antheras o floridas. Y aplícase el palo, flor, hojas y corteza para los mismos usos a que son más remisos. Dase la corteza molida a los que escupen sangre, y contra la sangre lluvia de las mugeres, y también a los caeliacos; la misma, molida y aplicada, refrena todos los recogimientos de humores que llaman collectiones. Exprímese de las hojas zumo provechoso para esto mismo, y cuécense en vino. Y ellas mismas, añadida miel, se unctan en las gangrenas o partes que comienzan a corromperse y aplácalas su cocimiento bebido en vino o puesto con azeite rosado y cera. Y ansí también sana las epiníctidas y es saludable su cocimiento para el dolor de muelas y oídos. Lo mismo haze la raíz y sus hojas. Pónense éstas, aliende de lo sobredicho, con polenta, contra las llagas que serpejan. Bébese su peso de una dragma de su simiente contra los phalangios y arañas y pónese los diviesos con enjundia de gallinas. Es, ansimismo, eficaz contra las heridas de las serpientes, sacando las de las áspides, y aprovecha su cocimiento, infundido, contra la ictericia y piojos y liendres, y detiene la abundancia de regla de las mugeres. Aprovecha para lo mismo la ceniza de su árbol; dizen que si se mezcla a la orina de buey castrado en el mantenimiento o bebida de alguno se acaba la luxuria. Y que si una ascua deste género apagada en la misma se guarda a la sombra también la acabará, pero de manera que tornada a encender tornará, como de primero, la luxuria. Los magos enseñan hazerse esto mismo de la orina de cualquier hombre castrado.



a. Erica sp.: brezo.

b. Genista sp.: retama, hiniesta.

c. Ciáticos.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2