CAPITULO III


De las olivas, hojas de oliva,

flor y ceniza suya.

Iten de las azeitunas blancas y

negras y del azeite y alpechín



Entiéndese pertenecer a las olivas la cercana autoridad. Aprietan en gran manera sus hojas, limpian y detienen. Ansí que curan las llagas y los dolores de cabeza mascadas y aplicadas con azeite. Su cocimiento con miel se pone a los que son cauterizados de los cirujanos. Iten en las inflamaciones de las encías, panadizos y llagas sucias que se van extendiendo. Refrena con miel el flujo de sangre de las partes nerviosas, y su zumo las llagas de a par de los ojos que son de naturaleza de carbuncos. Y es eficaz contra las pequeñas apostemas y relaxación de la niña del ojo, y ansí se mezcla en los alcoholes, porque cura las lágrimas antiguas y corrosiones de los párpados. Saca sedo majando las hojas y rociándolas con vino y agua llovediza su zumo y déste, seco, se hazen trociscos que detienen la regla aplicados en lana a la natura de la muger. Y son muy provechosos a los miembros que destilan materias. Iten, a las almorranas ciegas, apostemas del asiento que vierten sangre, fuego de Santantón, llagas que van cundiendo, granos que salen a las noches.

Los mismos efectos tiene su flor. Quémanse sus pimpollos cuando florecen y sirve su ceniza de spondio. Estos, rociados con vino, se tornan otra vez a quemar y unctan con esta ceniza las supuraciones y secas o con las hojas majadas con miel, y los ojos con polenta. El liquor que se destila de su leña verde en el fuego sana los empeines, caspa y llagas que manan, y es de admirar hallarse algunos que dizen se únete con la lágrima que della destila, y principalmente de la ethiópica, los dientes, afirmando ser ponzoña, y que se deve ésta también buscar en el azebuche.

La corteza de la raíz de la oliva muy negra, gustada muchas vezes en miel, cura a los que escupen sangre o materias. Cura la ceniza de la misma oliva, con enjundia, las hinchazones; quita el daño de las fístulas y las sana.

Son las azeitunas blancas más provechosas al estómago y menos al vientre. Tienen un provecho notable, antes que las adoben, comidas por sí en lugar de mantenimiento, y es que curan la orina que se expele con arenas. Iten, los dientes que han recebido golpe o se andan. Las negras no son tan provechosas al estómago aunque facilitan más el vientre, y no convienen ni a la cabeza ni a los ojos. La una y la otra aprovechan a las quemaduras, majadas y unctadas, pero la negra, mascada y puesta luego desde la boca, impide la generación de las pústulas. Purgan las colymbades1 las llagas sucias y son inútiles a la dificultad de la orina.

Del alpechín pudiera aparescer haverse dicho lo que bastaba, siguiendo a Catón. Pero dévese cumplir también con la medicina. Socorre con grande eficacia a las encías, llagas de boca y firmeza de los dientes. Iten, puesto en el fuego de Santantón y llagas que van cundiendo. Para los sabañones es más provechoso el alpechín de las azeitunas negras y también para unctar los niños, y el de las blancas se aplica en lana a la natura de las mugeres y es muy más eficaz el alpechín cocido. Cuécese en vaso de cobre hasta venir a punto de miel. Usase con vinagre o vino añejo o clarea, según lo pidiere la enfermedad, en los males de boca, dientes, oídos y llagas que manan, y en los miembros genitales y grietas del asiento. Aplícase a las llagas en lienzos o hilas, a los huesos desconcertados en lanas, y es de grandísimo provecho esta medecina cuando se añeja porque sana las fístulas, e infunde en las llagas del asiento, miembros genitales y de la natura de las mugeres. Unctanse con ello los que comienzan a sentir gota en los pies o cualquiera otro mal de juncturas y, si se torna a cocer con azeite omphancino hasta tomar punto de miel, saca los dientes que están para caerse y cura la sarna de las bestias como por milagro, con cocimiento de atramuzes y cardo ajonjolí. Y es cosa de gran utilidad unctar con alpechín crudo los pies gotosos.



EL INTERPRETE


1(Colymbades). Muchas maneras huvo antiguamente y hay en nuestros tiempos de adobar las azeitunas, haziéndose más agradable su gusto añadidos agenos sabores. En Grecia se llaman unas colymbades, que nadavan en su solo azeite o liquor, porque ϰολύμβος, acerca de los griegos, es orinarse o nadar debaxo del agua. Los mismos las llamaron alcanadas {sic}, por la sal; creería yo ser éstas las que hoy se adoban con sola salmuera.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2