CAPITULO XXIII


De los hongos, sylphio y lasser


Es la naturaleza de los hongos más lienta y muchos sus géneros, pero su origen no es otra que la flegma de los árboles. Los más seguros son aquellos cuya sustancia es bermeja, aunque la bermejura es menos deslavada que la de los boletos. Después, los blancos con pezones notables, y parecidos a los penachos de los flamines o sacerdotes de Júpiter. El tercero género es el suillo, muy aparejado para las ponzoñas. Poco ha que mataron familias enteras y todos los combidados, y entre ellos a Aeneo Sereno, adelantado de los vigiles de Nerón, tribunos y centuriones. ¿Qué deleite tan grande es el que se toma en un mantenimiento tan dubdoso?

Algunos los distinguen por los géneros de árboles en que nacen, como es la higuera, cañaheja y otros que llevan goma. Y nosotros, como diximos, por la haya o roble y aciprés, pero ¿quién lo asegurara en los que se venden? El color de todos es amoretado. Aquellos carecerán de señal de ponzoña que fueren más semejantes al árbol de la higuera y aunque entre éstos dezimos y diremos remedios pero hay también en ellos algunos. Tiene Glaucias los boletos por buenos para el estómago; sécanse los que llaman suillos, ensartados y colgados en juncos, y ansí los trahen de Bithinia. Estos curan los corrimientos del vientre que llaman reumatismos y la carne superflua que crece en el asiento, porque la disminuyen y consumen por tiempo. Iten las pecas y fealdades de las mugeres. Lávanse ni más ni menos que el plomo para las medicinas de los ojos. Aplícanse a las llagas suzias con agua, iten a los granos de la cabeza y mordeduras de perros. Agora me agrada dar en todo este género algunos avisos comunes de cozerlos, pues los mismos deleites preparan con sus manos este solo manjar y se apacientan aun antes en el pensamiento, acompañándole navajas de ámbar o aparato de plata. Serán dañosos los hongos que, mientras más se cuezen, se paran más duros. Y más sin daño los que se cozieren con salitre, si se acabaren de cozer, y haranse más seguros cozidos con carne o con pezones de peras. Aprovechan también las peras tomadas luego tras ellos; véncelos también la naturaleza del vinagre que les es contraria.

Nacen todas estas cosas en tiempo de agua, como también el sylphio. Vino éste la primera vez de Cyrene, según que lo havemos dicho, y agora se trahe por la mayor parte de Syria, menos bueno que el párthico pero mejor que el de Media, perdido ya todo, como tenemos dicho, lo de Cyrene. Gástase el sylphio en medicina porque se cuezen las hojas para limpiar la madre y expeler las criaturas muertas, en vino blanco oloroso, y se beve medida de un acetábulo después de haver salido del baño. Aprovecha la raíz a la aspereza de la arteria y aplícase a los recogimientos de sangre, pero cuézese entre los manjares con dificultad. Haze inflaciones y regüeldos y es también malo para la urina. Sirve contra los cardenales aplicado con vino y azeite y con cera en los lamparones. Las verrugas del asiento se caen si se sahúman muchas vezes con él.

El láser que destila del sylphio de la suerte que diximos, referido entre los más notables dones de Naturaleza, se mezcla en varios compuestos y por sí calienta los resfriados y, bevido, adelgaza los daños de los nervios. Dase en vino a las mugeres y aplícase a su natura en lana carmenada para provocar regla. Saca los clavos de los pies, saxándolos a la redonda con hierro mezclado con cera. Provoca urina desleído en quantidad de un garvanzo. Andreas certifica que tomado en mayor quantidad no hincha y aprovecha mucho a la digestión de viejos y mugeres, más en el himbierno que no en el estío y más aún a los que beven agua. Hase de mirar que no tenga el que lo tomare alguna llaga interior. Es muy eficaz en los manjares para convalecer de cualquiera enfermedad, porque dado con tiempo tiene fuerza de cauterio y es más útil a los acostumbrados que no a los demás, y causa evidentísimos bienes en las partes exteriores del cuerpo. Quita la fuerza a la ponzoña de las saetas y serpientes, bevido, y aplícase en agua a la redonda destas heridas, y cura solamente las llagas de los scorpiones en azeite y a las que no se maduran con harina de cevada o higos secos; a los carbuncos con ruda o con miel y por sí unctado para que se apegue sobre liga y ansí también sirve contra las mordeduras de los perros y, cozido en vinagre con cortezas de granadas, a las cosas que crecen a par del asiento; a los clavos de los pies, que vulgarmente llaman morticinos, amasado primero con salitre. Cría carne con vino y azafrán o pimienta, o estiércol de ratones con vinagre. Cura los savañones con vino y pónese cozido en azeite. Ansí también se aplica a los cabellos. Es ansimismo de notable utilidad a los clavos de los pies, haviéndose primero raído por cima. Es de notable provecho contra las malas aguas y regiones o días pestilentes. Iten contra la tose, campanilla, ictericia antigua, hidropesía y ronquera, porque alimpia luego la garganta y buelve la voz. Mitiga la gota, desleído en agua y vinagre y puesto con alguna spongia. Dase a los que padecen dolor de costado en lugar de vino por lamedor, y en los espasmos y opistótonos, quantidad de un garvanzo cubierto con cera, y gargarizase en la esquinancia; dase en vinagre a los faltos de aliento y con puerros contra la tose antigua. Dase ansimismo en vinagre a los que han sorbido el cuajo de la leche y aun contra los males de las entrañas y enflaquecimientos y gota coral, en vino. En aguamiel contra la perlesía de la lengua. En la sciàtica y dolores de lomos le aplican con miel cozida.

No terná por bueno lo que aconsejan los autores, conviene a saber, que se meta en las mellas de las muelas cuando padecen dolor, con gran experiencia de un hombre que por esta causa se despeñó de un lugar alto, aliende que sabemos encender los toros puesto en sus narizes y aun mezclado con vino haze rebentar las serpientes que son dello muy amigas. Y por tanto ni aun aconsejaría que se unctase con miel de la región de Athenas, aunque se manda hazer. Qué bienes haga, mezclado con otras medicinas, cosa sería muy larga de contar y nosotros vamos tractando las medicinas simples porque en éstas parece consistir la virtud, y en las compuestas suele ser la coniectura las más vezes engañosa, por no guardarse de una natura, en todas las más tierras, la concordia y repugnancia de Naturaleza y por esta ocasión añadiremos agora muchas cosas.



EL INTERPRETE


Del sylphio y lasser havemos ya dicho cuanto a mi parecer podrá bastar.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2