CAPITULO XXIX

De las medicinas del anthalio

Del anthalio1 que comen los egipcios no he hallado otro algún uso.

Hay también otra hierba que llaman anthyllion,2 que otros dizen anticellion, de dos géneros, una semejante en ramos y hoja a lenteja, altura de un palmo, y que nace en lugares abrigados y arenosos y es algo salada al gusto, y otra semejante a iva árctica, más corta y más vellosa, de flor morada, olor grave y que nace en lugares pedregosos. La primera es muy provechosa a la madre y también a las llagas, aplicada a ellas con azeite rosado y leche. Bévese en deficultad de orina y dolor de riñones en quantidad de tres dragmas. La otra se beve contra la dureza de la madre, dolores de tripas y gota coral, con miel y vinagre, quantidad de cuatro dragmas.

EL INTERPRETE

1(Del anthalio). Fruto es del cual no hallo qué dezir más de lo que Plinio y Theophrasto refieren. 2(Anthillio). Esta es la primera especie de anthillis, de Dioscórides; qué sea la una y la otra se dubda. Algunos tienen ser la sosa o cali de árabes; otros lo niegan por no conocer más que una especie de cali. Yo que he visto muchas, y entre otras una que totalmente conviene con la descripción de los antiguos, téngolo por certísimo porque aliende de la vulgar sosa que Mathiolo da pintada, he yo visto en esta Nueva Hespaña especies, de las cuales todas se haze vidro, que tenemos ya debuxadas para publicarlas entre las demás desta región. La una, de hojas pingües de verdolaga, más grandes y flor blanca en las puntas, semejante a la del scorpiuros, especie de heliotropio, y otra de las mismas hojas pero de flor morada acerca de los nacimientos de las hojas, y otra de hojas de vermicular, aunque algo menores y mas delgadas. Fuera de estas vi en Canaria otras dos, la una de las cuales tenía las hojas gordillas, como las del vermicular pero tan grandes cada una como un buen piñón, y la otra de la misma manera aunque no tan grandes como ésta, ni tan pequeñas como la postrera de las tres que dixe. Y finalmente la que digo que totalmente a la anthilis primera de Dioscórides, de que aquí haze Plinio mención, en sabor y forma correspondía, de que, si fuere Dios servido, entre las plantas mexicanas más largamente hablaremos.