CAPITULO XIV


De la miel que no tocan las moxcas, de las colmenas, y cómo deven procurarse si sienten hambre las abejas y cómo se haga la cera


Otra cosa maravillosa se halla de la miel de Candía. Hay allí un monte llamado Carina, de 9 mil pasos de ámbito, dentro del cual término no se hallan moxcas; en ninguna parte que estén tocan a la miel que allí se crió y por causa desta experiencia se elige por maravillosa para las medicinas.

Conviene que miren las colmenas al oriente equinoccial, eviten el aquilón y no menos el favonio. Las mejores de todas son las de corcho, luego las de férula y, las postreras de todas, de vimbre. Y muchos las han hecho de yeso de espejuelo por ver las abejas que dentro dellas andan trabajando. Es cosa muy provechosa abarrar los corchos a la redonda con estiércol de bueyes, y que sea movible la cobertura que encima tuvieren para que se meta dentro si fuere grande la colmena o estéril la obra y ansí no dexen con desesperación las abejas su labor y trabajo, y se pueda tirar a fuerza cuando, por el contrario, lo pidiere el aumento de la obra.

Conviene también cubrir por el himbierno las colmenas con hierbas secas y darles muchas vezes humazos, mayormente con boñigas, que es conveniente a su naturaleza y mata los animales porque nacen en ellas. Iten las arañas, mariposas y carcomas y despierta las mismas abejas. La destruición de las arañas es más fácil y mayor la pestilencia de las mariposas. Quítase ésta cuando madura la malva de noche, en la coniuncción de la Luna estando el cielo sereno, encendida lumbre delante de los corchos, porque se van a la llama, donde se queman.

Si se piensa que falta bastimento a las abejas, conviene ponerles a la piquera uvas pasadas o secas e higos majados. Iten, copos de lana rociados con vino de pasas o con arrope o con aguamiel o carne gruda de gallinas. Y aun en algunos estíos se les deven dar los mismos mantenimientos, conviene a saber, en los tiempos en que la sequedad continuada de las flores les quitare la sustentación. Cuando se saca la miel conviene barrar la piquera con torongil o yñesta molida o asarla por medio con nueza porque no se huyan las abejas.

Los vasos de la miel o panares mandan lavar con agua y cozida ésta se haze un muy saludable vinagre. La cera se haze exprimidos los panares, pero haviéndolos primero lavado y limpiado con agua y secado por espacio de tres días a lo escuro, derritiéndolos al tercero, al fuego, en ollas nuevas de barro con agua que cubra los panares y colándolos entonces en una espuerta. Cuézese en la misma olla otra vez la cera con la misma agua y recíbese en otra fría en vasos emellados. Es la mejor la que llaman púnica; tras ésta la muy roxa y de olor de miel, limpia y de nación póntica, la cual me espanto ser ansí como la miel sea venenosa, y después la crética porque tiene mucha propolis, de la cual hablamos tractando de la naturaleza de las abejas. Después de todas éstas creen que la de Córcega, porque se haze de box, tiene cierta virtud medicinal. La púnica se haze desta manera: Aviéntase en lugar descubierto muchas vezes la cera roxa, luego pónese a hervir en agua marina trahída de lo hondo del mar y añadido salitre. Después sacan la flor en espátulas, quiero dezir todo lo que está blanquísimo, y échanlo en otro vaso que tenga un poco de agua fría y tórnanlo a cozer otra vez en agua marina aparte y tras esto refrigeran el vaso y, haviendo hecho tres vezes estas cosas, sécanlo en lugar descubierto en esteras de juncos al sol y a la luna, porque ésta le es causa de blancura y el sol lo deseca.1 Cúbrenlo, porque no se derrita, con un lienzo muy delgado y házense blanquísimas y la tornan a cozer después de haver estado al sol. La púnica es la que sirve más a los médicos. Házese negra la cera añadida ceniza de chartas,2 como también se torna bermexa añadida anchusa, y aún se haze de otros mil colores, según las cosas que le mezclaren, para fingir diversas semejanzas y usos innumerables de los hombres y tutela de las paredes y de las armas.

Lo demás que toca a la miel y a las abejas se dixo tractando de su naturaleza y desta manera queda dicho todo casi lo que pertenece a la lavor de los huertos.



EL INTERPRETE


1(Y el sol lo deseca). Porque leo sol siccat, etc. 2(Chartas). Qué sea la carta y cómo se haga se podrá ver en el capítulo XII del libro tredécimo deste mismo libro.

De los géneros de miel y de abejas que en esa Nueva Hespaña se hallan, que son muchos y de grande admiración, se dirá mediante Dios en el volumen que de sus cosas naturales les tractare.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2