CAPITULO XVII


De la piperitis, orégano onitis, prasio, tragorégano, heracliotis, lepidio, gith o melanthio y anís


El piperitis, que llamamos también siliquastro,1 se bebe contra la gota coral. Cástor le describe de otra manera diziendo que tiene el vástago bermexo, largo y muy ñudoso, hojas de laurel, simiente blanca y delgada y gusto de pimienta, y que es provechoso a las encías, dientes, mal olor de la boca y regüeldos.

El orégano, que es en sabor semejante a la cunila, tiene, según diximos, en medicina muchos géneros; llaman onitis2 o prasio uno que no es desemejante a hysopo, y úsase particularmente contra las corrosiones del estómago y crudezas, en agua tibia; contra las arañas y escorpiones en vino blanco, y contra los desconciertos y golpes con vinagre, lana y azeite.

El tragorégano es más semejante al serpol silvestre. Provoca orina, desbarata las hinchazones y es muy eficaz contra las heridas de las víboras, ponzoña de la liga y sirve contra los regüeldos acedos y a las entrañas. Dase también a los que tosen, con miel, y a los que tienen dolor de costado y apostema del pulmón.

Tiene también el {orégano} heracliotis géneros. Uno, más negro y de hojas más anchas y pegajoso; otro, de más delgadas y más blando, no desemejante a saúco, el cual llaman algunos prasio, y el tercero es mediano entre éstos, menos eficazes que los demás. El mejor de todos es el crético porque es de muy suave olor, después el de Smyrna y, tras éste, el he racleótico, más provechoso para beber, que llaman onitis. El provecho común de todos es ahuyentar las serpientes y curar, cozido, a los heridos {de ellas}. Provoca la urina. Cura con la raíz del panax las quebraduras y espasmos, y los hydrópicos con higos e hysopos, cozido en medida de un acetábulo hasta quedar en la sexta parte. Iten la sarna, comezón y psora cuando se desciende al baño; échase su zumo con leche en los oídos, cura las agallas y campanilla y las llagas de la cabeza. Apaga, cozido, la ponzoña del yeso y opio, bebiéndose en vino con ceniza; ablanda en quantidad de un acetábulo el vientre. Unctase en los cardenales; iten en el dolor de los dientes, los cuales también blanquea con salitre y miel. Detiene la sangre de las narices; cuézese con harina de cevada para los apostemas detrás de las orejas y muelas; con agallas y miel contra la aspereza de las arterias, y las hojas para el bazo con miel y sal. Adelgaza, cozido con vinagre y sal y tomado poco a poco, la flegma salada. Infúndese en la ictericia, molido con azeite, en las narices. {Es provechoso en fricciones a las personas} cansadas, de manera que no se toque el vientre. Sana los granos que salen a las noches, con pez. Abre los diviesos majado con higos, y los lamparones con azeite, vinagre y harina de cevada. Los dolores de costado unctado en higos, y los fluxos de sangre de los miembros genitales, majado y aplicado con vinagre, y expele las reliquias que quedan de la purgación después de haver parido las mugeres.

Tiénese el lepidio3 por una de las plantas cáusticas, y ansí enmienda el cuero de la cara, llagándole, pero de manera que se sana fácilmente con azeite rosado y cera. Ansí también cura las lepras4 y psora con grande facilidad y {las} señales de las llagas, escriven que atado al brazo. En dolor de dientes le aplaca aplicado por la parte del dolor.

Llaman al gith5 o axenuz, algunos griegos, melanthio y otros melaspermon. El mejor es el de más agudo sabor y más negro. Cura las llagas de las serpientes y de los escorpiones y hallo que se uñeta con vinagre y miel y que se ahuyentan con él, echado en las brasas, las serpientes; bébese una dracma contra las arañas; cura el corrimiento de las narices, majado y olido en un pañico; quita el dolor de la cabeza olido con vinagre y echado en las narices, y desbarata con azeite de lirio las inflamaciones de los ojos y otros apostemas; los dolores de los dientes cozido en vinagre, las llagas de la boca molido o mascado con vinagre la lepra y pecas, y bebido con salitre la dificultad del haliento, unctado las durezas e hinchazones antiguas y apostemas con materia. Tomado a la continua augmenta la leche de las mugeres. Cógese su zumo como el del veleño, y tomado en mayor quantidad es ponzoña, lo cual es de maravillar {puesto que} su semilla se mezcla agradablemente con el pan. Limpia ansimismo los ojos, provoca orina y regla y hallo atraher también las pares sólo 30 granos atados en un lienzo. Y aún se dize que cura los clavos o espolones de los pies, molido y deshecho en orines, y que mata las moscas y mosquitos su sahumerio.

Bébese también el anísa contra los escorpiones, en vino, entre pocas plantas alabadas por Pithágoras, crudo o cozido, verde o seco, y deseado para todas las cosas que se adoban o comen en sopas, y para ponerlo en la corteza baxa del pan; mézclase en las mangas {para filtrar} y da, con almendras amargas, buen sabor al vino. Haze buen olor de boca y quita el hedor, comido con smyrnio y un poco de miel por las mañanas y después; lavado con vino haze el rostro más fresco. Alivia los entresueños, colgado de los colchones, para que le huelan los que duermen en ellos. Haze gana de comer; porque esto hizieron también los regalos, entre otros artificios, cuando el apetito no viene del trabaxo. Por estas causas lo llamaron algunos aniceto.b

Lo más alabado de todos es el {anís} crético y luego el egiptio; sirve éste de ligústico en los guisados. Sahumado por las narices alivia el dolor de la cabeza. Iolas pone en las inflamaciones de los ojos su raíz majada con vino, y a él, con igual peso de azafrán y de vino, o molido por sí con polenta contra los grandes corrimientos y para sacar lo que acaso cayó en los ojos. Y unctado consume el cáncer de las narices. Aplaca con miel e hisopo las esqui nancias, gargarizado con vinagre. Echase en los oídos con azeite rosado. Limpia, tostado, las flegmas del pecho, y mejor tomado con miel.

Muélese contra la tose con un acetábulo de anís y 50 almendras amargas mondadas en miel. Y mézclase muy fácilmente tres dragmas de anís y dos de dormideras con quantidad de una haba de miel y témanse por tres días. Pero aprovecha principalmente contra los regüeldos y ansí cura las inflamaciones del estómago y retorcijones de las tripas y afectos celiacos. Y refrena, cozido y bebido, el zollipo y olfacto. Digiere, con las hojas cozidas, las crudezas; refrena, su cozimiento, olido con apio, los estornudos. Bebido provoca sueño, expele las piedras y sosiega los vómitos y los apostemas de las entrañas. Y es muy provechoso a los males del pecho y nervios con que está el cuerpo ceñido. Aprovecha también destilar en las narices su zumo después de haverle cozido en vinagre contra los dolores de cabeza. Y creen no haver otra cosa más saludable al vientre y tripas y por esto se da tostado a los que padecen cámaras de sangre o pujo. Algunos añaden también opio a tres píldoras cada día, de tamaño de altramuzes, deshechas en un cyatho de vino.

Dieuches usó también de su zumo contra los dolores de los lomos, y dio su simiente, molida, a los hidrópicos y caélicos, con hierbabuena en vino, y la raíz contra el mal de los riñones.

Dalión, herbóreo, ponía a las que estaban de parto cataplasma hecha de él, con apio. Iten en el dolor de la madre. Y diolo con eneldo a beber a las que parían. Unctan ansi mismo a los frenéticos con ellos fresco y con polenta, y de la misma manera a las criaturas que sienten alfilezc o espasmos.

Praxágoras niega incurrir en gota coral los que le tienen en la mano, y dize que por esta razón se debe sembrar con cuidado en casa, y que paren con más facilidad las que le huelen y que luego, en haviendo parido, se debe dar a beber despolvoreada harina de cevada tostada.

Sosímenes usó de él contra todo género de durezas, en vinagre, y contra el cansancio, co ziéndole en azeite y añadido salitre. Bebida su simiente aprometió a los caminantes remedio del cansancio.

Heráclides la dio a beber en clarea, contra las inflamaciones del estómago, lo que cabe en tres dedos de su simiente con dos óbolos de castóreo, y de la misma manera contra las hinchazones del vientre o de las tripas y a los ortóphnicos, que no pueden respirar sino estando derechos, lo que se puede asir con tres dedos de su simiente con otro tanto de veleño en leche de borrica. Muchos mandan beber, al tiempo de la comida, a los que han de vomitar, un acetábulo de anís y diez hojas de laurel majadas y desleídas en agua. Refrena el mal de madre si se come o uñeta caliente o si se bebe con castóreo en vinagre y miel. Desbarata los vaguidos que quedan después del parto con medida igual de simiente de cogombros y linaza, lo que cupiere en tres dedos, desleído en tres cyathos de vino blanco.

Tlepolemo usó contra las cuartanas lo que podía asirse con tres dedos en vinagre y un cyatho de miel. Ablanda los males de las junc turas unctado con almendras amargas. Algunos piensan contradezir su naturaleza a la ponzoña de las áspides. Provoca orina, mitiga la sed, da gana de hazer cámara y haze con vino sudar blandamente, y defiende de polilla las vestiduras. Es siempre lo fresco más eficaz, y lo más negro, aunque es malo para el estómago si no es cuando estuviere hinchado.



a. Pimpinela anisum L.

b. ανίϰατος, invicto.

c. Por gota coral.



EL INTERPRETE


1(Siliquastro). Algunos quieren sea el que llaman gi en Santo Domingo y chile en México, pero yo creo ser planta diversa y que nunca se vide el chile antes del descubrimiento de las Indias Occidentales en esas partes. Ansí, por lo que Plinio dize del si liquastro, no lo veo cabal en ningún cabo, como por no haverse jamás visto fuera de las Indias y de donde se ha llevado dellas. 2(Llaman onitis). En tres géneros distingue Dioscórides el orégano, conviene a saber: el silvestre que es el usual, y el heraclio, y el onitis, los cuales todos me acuerdo haver visto en los montes cercanos a Guadalupe en Hespaña, en el tiempo que residía. En algún lugar, el silvestre parece llamar al presente Plinio origanum y el onitis, onite prassio, y al heraclio con su mismo nombre y divide en tres especies. También haze mención del tragorégano, cuyas dos especies, una falsa y otra verdadera, conocí en Hespaña, según que más largo en otra parte mostraremos. 3(Lepidio).d Esta planta se cree ser la iberis de Dioscórides que todos conocen en Hespaña; yo conozco en la Nueva Hespaña una planta muy semejante a la iberis nuestra, aunque en la forma algún tanto diferente, que creo ser el verdadero lepidio, la cual daremos entre las plantas índicas pintada. El lepidio que Plinio entiende es de mayores hojas, de do se cree ser el grande de que Paulo Gineta haze mención y llaman vulgarmente piperite por su vehementia, el cual es muy familiar a Hespaña, de hojas anchas, flor blanca, sabor de mastuerzo pero como digo muy acre y vehemente. 4(Lepra). Cuán semejantes pústulas sean lepra, psora y scabies y en qué difieran diremos largamente en otras partes. 5(Gith).e Del melanthio o axenuz hay silvestre, acerca de Dioscórides, y doméstico, aunque en Hespaña que yo sepa se conoce una sola especie. Pero el anís es una plantilla tan conocida que sería cosa superflua trabajarnos agora en darla de nuevo a entender.





d. Mastuerzo.

e. Nigella sativa L.: comino negro.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2