CAPITULO XI


Del perejil, torongil; del apio, apiastro o heleoselino y oreoselino


Caído ha, acerca del vulgo, el perejil en gracia, porque andan largas porciones de él nadando por encima de los potages y da en los guisados contento particular. Fuera desto, aplicado a los ojos con miel, de manera que se fomenten muchas vezes con el zumo cálido de su cozimiento, y a otras epíphoras o inflamaciones de los miembros, molido por sí o puesto con pan o polenta, es de admirable remedio. Los pesces también, cuando enferman en los estanques, se recrean con perejil verde, y no hay acerca de los hombres de letras cosa que se arranque de la tierra en que haya más variedad de pareceres.

Distínguenle en macho y hembra. Chrisipo afirma ser la hembra de más crespas hojas y más duras, y de vástagos gruesos de sabor agudo y muy caliente, y Dionisio que es más negra, de raíz más corta y que engendra gusanos, y ambos a dos que ni el macho ni la hembra se deben admitir en los manjares, antes ser esto totalmente maldad, por estar dedicados a los mantenimientos funerales de los defunctos y ser contrarios a la claridad de la vista, y que en el vástago de la hembra se engendran gusanos y, por tanto, los que lo comen, ora sean varones, ora sean hembras, se hazen estériles. Y que en los partos incurren en gota coral las criaturas que maman al pecho de quien le ha comido poco antes, pero que el macho es de menos daño, y ésta es la causa por que no se condena entre las matas descomulgadas. Sus hojas, aplicadas, ablandan las durezas de los pechos, y cozido en el agua la haze más suave de beber y mitiga especialmente con el zumo de su raíz, mezclada con vino, los dolores de los lomos, y destilado en los oídos su cocimiento remedia la graveza del oír. Mueve con su simiente la urina, regla y pares y la fomentación del cozimiento de su simiente vuelve los cardenales a su natural color; aplicado con clara de huevo o cozido en agua y bebido, cura los males de los riñones, y desleído en agua fría las llagas de boca. Su simiente con vino o la raíz con vino añejo quiebra las piedras de la vexiga. Dase también su simiente a los que están enfermos de ictericia, en vino blanco.

Higinio llama al apiastro o torongil melis sophilo, aunque el de Cerdeña se tiene por ponzoñoso. {Hablo de esta planta} porque se han de eslabonar todas las plantas de un mismo nombre que se originan de los griegos.

El olusatro que llaman hypposelino, o apio grande, es contrario a los escorpiones. Su simiente, bebida, cura los dolores de tripas y la misma, cozida y bebida en aguamiel, la dificultad de la urina. Su raíz cozida en vino expele las piedras y los dolores de los lomos y costados. Y cura bebido o unctado las mordeduras de los perros rabiosos, calienta su zumo y tiempla las bebidas frías.

Un cuarto género hazen algunos al oreose lino, cuya mata es de tamaño de un palmo, derecha, y su simiente es semejante a cominos. Es eficaz en provocar orina y la flor de las mugeres.

Tiene el heleoselino fuerza particular contra las arañas, y púrganse las mugeres con apio montano y vino.



EL INTERPRETE


En el libro pasado referimos todas las especies de apio y allí también hablamos del perejil, que es el apio hortense de los antiguos. Ansimismo del apiastro o torongil que llaman los griegos melissophilo y melissoboto, y de otras muchas maneras.





TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2