CAPITULO IX


De la berza lampsana, berza marina, cebolla albarrana; de los bulbos y búlbine


Larga cosa sería contar las alabanzas de las coles como Chrysippo, médico, haya escripto un entero volumen dellas, repartido por cada uno de los miembros del hombre, y Dieuches y, antes de todos, Pythágoras y Catón las hayan no menos celebrado, por lo cual es razón se prosiga su parecer con mayor diligencia para que se entienda de qué modo de medicinas usó el pueblo romano a los 600 años de su fundación.

Dividiéronlas en tres especies los griegos más antiguos, de los cuales una es crespa,a que llaman selinada por la semejanza que tiene con las hojas del apio {σέλινον}, provechosa al estómago y que ablanda medianamente el vientre, y otras leab o lisa, de hojas anchas que salen de su vástago, de donde la llamaron algunos caulode, de ningún provecho en cosas de medicina. Y la tercera se llama propriamente crambe,d de hojas más delgadas y sencillas y muy espesas, más amarga pero muy eficaz.

Catón aprueba ante todas la crespa, y después la lisa de grandes hojas y vástago. Dize aprovechar contra los dolores de cabeza, obscuridad de la vista y centelleguear de los ojos y que tomada por la mañana, cruda, quanti dad de dos acetábulos con vinagre, miel, culantro, ruda, hierbabuena y raíz de láser, aprovecha a las entrañas y estómago, y es de tanta fuerza que el que muele estas cosas se siente mejorado en fortaleza, ansí que, o se deve beber molida o mezclada con los sobredichos, o se ha de tomar con este escabeche. Y que se aplica hecho ungüento en las enfermedades de las juncturas y podagras con ruda, culantro, sal y harina de cevada. Y que ayuda admirablemente el agua de su cocimiento a los nervios, juncturas y llagas viejas o frescas aunque sean canceradas e inobedientes a toda otra medicina. Manda también {Catón} que se mojen primero con agua caliente y se ponga encima mojada dos vezes al día, y que ansí también se curan las fístulas, desencajamientos y los apostemas y todo lo demás que ha menester resolverse, y quita, cocidas, las vigilias y entresueños, comiéndose de ella mucho con azeite y sal en ayunas. Quita ansimismo los dolores de tripas si cocida se tomare otra vez, a cocer añadida sal, azeite, cominos y harina de cevada tostada y si se toma desta manera sin pan es aún más provechosa. Y entre las demás cosas se purga la cholera {bilis} con ella bebiéndola en vino tinto, y aun la orina de los que comieren berzas muchas vezes se guarda, y caliente es admirable medicina de los nervios. Porné aquí sus mismas palabras para que se entienda claramente su parecer: “Si lavares —dize— con esta urina los muchachos pequeños no se harán delicados. Aconseja, también, echar en los oídos el zumo de las coles, tibio y mezclado con vino, y afirma aprovechar a la tardeza del oír y que sanan con la misma los empeines que están sin llaga.

Y conviene se pongan los pareceres de los griegos por causa de Catón, y solamente acerca de aquellas cosas en que él no dexó nada escripto. Poco cocida créese evacuar cholera, y purgar ansimismo el vientre, y que la misma le detiene si está muy cocida; que es contraria al vino, como enemiga de las vides, y que comida al principio de los manjares estorba la borrachez, y tomada después quita la que ya se hizo y la crudeza y efectos dellas, que aprovecha mucho su manjar a la vista y el zumo de la cruda, tocadas solamente con él los lagrimales si se mezclare con el miel ática; que se digiere con facilidad y se purifican con manjar semejante los sentidos.

La escuela de Erasístrato dize algunas vezes que no hay cosa más provechosa a los nervios y estómago, y por tanto la manda dar a los paralíticos y que padecen en sus miembros temblores, y a los que echan sangre por la boca.

Hippócrates dize aprovechar a los coélicos y disentéricos muy cocida con sal. Iten, al pujo y causas de los riñones, juzgando que también augmenta este manjar la leche a las paridas y la purgación a otras mugeres. Si se come crudo su vástago, expele las criaturas que están muertas en el cuerpo.

A Apollodoro le parece que se beba su simiente o zumo contra la ponzoña de los hongos. Philistio manda dar a los opistotónicos su zumo, con leche de cabras, sal y miel, y halló haverse librado algunos de la gota de los pies comiéndola y bebiendo su cocimiento, y que lo mismo haze cuando se da a los epilépticos y cardiacos, añadida sal; iten a los esplenéticos, en vino blanco por 40 días. Muestra {Philistio} haver de gargarizar y beber el zumo de su raíz cruda los que padecen ectericia y fre nesía, y los que tienen zollipo, con culantro en ella y miel, pimienta y vinagre, y que aprovecha aplicada contra las hinchazones del estómago; iten a las mordeduras de las serpientes y llagas sucias y viejas su sola agua con harina de cevada y su zumo con vinagre o con alholvas, y ansí lo aplican algunos a las junc turas y gota de los pies. Alivia aplicada a las epinictidas y cualquiera otra cosa que cunda por el cuerpo; iten la ceguera repentina y ésta, mascándola solamente con vinagre, y aun los cardinales y otros amoratamientos, unctándo los con ella sola, y la lepra y sarna con alumbre redondo y vinagre, y ansí detienen los cabellos que se pelan.

Epicharmo afirma ser muy provechoso a las enfermedades de los testículos y miembros genitales, y ser la misma con habas molidas más eficaz y aun a los espasmos con ruda, y con su simiente al ardor de las calenturas y males del estómago, y para expeler las pares. El polvo de sus hojas secas evacúa por ambas partes las mordeduras de los musgaños.

En todos los géneros de berzas es la más suave la cyma, aunque se tiene por desaprovechada, de dificultosa digestión y contraria a los riñones; tampoco se debe callar que el agua de su cocimiento, alabada para tantas cosas, hiede luego que la echan en el suelo. La ceniza de los tallos de la berza se encuentra entre los cáusticos, aprovecha contra los dolores de ciáticos con enjundia muy añeja, pero con láser y vinagre sirve para quitar los pelos y, arrancados una vez, no consiente que renazcan. Bébenlo con gran utilidad, hervido con azeite o cocido por sí, los espasmados y aquellos a quien se ha dentro del cuerpo rompido alguna cosa, y contra las caídas que se dan de lugares altos. ¿No hay pues daños algunos en las berzas? Sí, por cierto, porque causan mal olor de boca y son dañosos a los dientes y encías y no se comen en Egipto por su amargura.

Alaba Catón tan sin comparación más los efectos de las silvestres que afirma sanar la harina de las secas, cogida en alguna poma o burete de olor o recebido solamente por las narizes su vaho, sus proprios daños y males, y el mal olor que ella havía causado del aliento. Otros llaman a ésta {col} pétrea, muy enemiga del vino, de la cual huye la vid en gran manera o si no puede desviarse perece y se muere; tiene las hojas dispuestas, lisas, y es más semejante a las plantas de las verduras, y es más blanca y más vellosa que la hortense.

Afirma Chrysyppo curar ésta las inflamaciones melanchólicas y heridas frescas con miel, no desatándolas antes de siete días, y los lamparones y fístulas desleída en agua. Otros dizen que refrena los males del cuerpo que van siempre cundiendo, llamados nomas o despascentes, e iguala las señales de las llagas y quita las de la boca y las agallas, mascada y cocida y gargarizada con miel, su zumo. Iten, la sarna y lepra antigua junctados tres partes della con dos de alumbre en vinagre fuerte.

Epicharmo dize bastar que se ponga en las mordeduras de los perros rabiosos, y mejor con láser y vinagre fuerte y que mueren con ella los perros, si se les da a comer; su simiente, tostada, es remedio contra las serpientes y ponzoña de los hongos, y sangre de los toros; sus hojas cocidas y dadas a comer a los que son enfermos del bazo, y crudas, uncta das con azeite y salitre, aprovechan y ni más ni menos a la dureza de los pechos. La ceniza de las raízes cura con sólo el toque de la campanilla cuando está hinchada y reprime, unc tado con miel, los apostemas de detrás de las orejas y sana las mordeduras de las serpientes.

Añadiremos un grande y maravilloso indicio de la fuerza de las coles: si se hizieron costras en los vasos en que se hierve agua, de suerte que no puedan con cosa ninguna despegarse, se limpian cociendo en ellos coles.

Cuéntase también la lampsanae entre las berzas silvestres, la cual no {es} más alta que un pie, de hojas vellosas, semejantes a los nabos, sino también más blanca la flor. Cuécese para mantenimiento y ablanda el vientre sin pesadumbre, el cual la brassica marinaf mueve más que todas; cuécese por su acrimonia con carne grasa, y es muy enemiga del estómago.

De las cebolletas albarranasg es el macho blanco, y negro la hembra. La que fuere muy blanca es mejor, quitada della los caxcos secos; lo que queda de lo sano se corta en pedazos pequeños y ensartado en hilos se cuelga, distando los pedazos algún tanto entre sí. Después de secos los tienen colgados en vasos de vinagre muy fuerte, de manera que por ninguna parte lleguen al vaso. Esto se hace 48 días antes del solsticio. Después se pone el vaso tapado con yeso debaxo de tejas que reciben el sol de todo el día; quítase después deste número de días el vaso, sácase la scilla, y el vinagre se trasiega. Aclara esto la vista de los ojos y tomado dos días en pequeña quan tidad es muy útil contra el dolor de los costados y estómago, aunque es de tanta fuerza que bebido cobdiciosa y despepitadamente haze quedar, por un momento de tiempo, como muerto al hombre que lo bebe. Aprovecha, ansi mismo, a las encías y dientes mascada por sí sola, y bebida en vinagre y miel expele las lombrices y los demás animales que en el vientre suelen criarse. Fresca, puesta debaxo de la lengua, haze que no sientan los hidrópicos la sed. Cuécese de muchas maneras: unas vezes en ollas metidas en alguna padilla u horno y atapadas con enjundia o con barro, y otras se pone hecha pedazos en cazuelas. Sécase también bien cruda y después se corta y cuece en vinagre y se pone en las heridas de las serpientes. Limpiase también tostada y tórnase a cocer en agua lo de enmedio della. Cocida desta manera se gasta en los hidrópicos y bé bese para provocar orina, quantidad de tres óbolos con vinagre y miel, contra los males de estómago y bazo (si no sienten llaga) cuando anda nadando el manjar. Iten contra el dolor de las tripas, ictericia y tos antigua con sospiros; resuelven sus hojas los lamparones, tiñiéndola desatada cuatro días primero que se aplique, y limpian la caspa de la cabeza y llagas que manan cocidas en azeite y aplicadas. Cuécese también en miel y cómese por mantenimiento especial para ayudar la digestión del estómago; y desta manera limpia los miembros interiores. Sana las grietas de los pies, cocida en azeite y mezclada con resina; juncta su simiente con miel, se aplica en el dolor de los lomos. También enseña Pithágoras que, colgada la scilla en el umbral de la puerta, refrena y estorba la entrada a los venenos.

En lo demás, los bulbos en vinagre y alcre vite curan las llagas de la cara, y molidos, por sí solos, el encogimiento de los nervios; en vino, la caspa, y con miel las mordeduras de los perros o según quiere Erasístrato con pez. El mismo afirma detener la sangre cuando los unctan con miel; otros añaden, si corre de las narices, culantro y harina. Cura ansi mismo Theodoro las líchenas o empeines graves con bulbos en vinagre y los granos que salen en la cabeza con vino adstringente y huevos. El mismo manda unctar con bulbos las epíphoras y ansí sanan la lagaña y las pecas, con vino o cogombros cocidos. Aprovecha también por sí admirablemente a las llagas o, como dize Damión, en clarea, y se quita al quinto día. Cura con los mismos las orejas desquebrajadas y flegma de los testículos, y mézclase harina en los dolores de las junctu ras. Cocidos en vino y unctado con ellos el vientre se ablanda la dureza de las entrañas; danse a los disentéricos vino templado con agua llovediza, y por de dentro con sylphio contra los espasmos, {en} píldoras de tamaño de una haba, y contra el dolor se aplican majados; son provechosos a los nervios y ansí se dan a los paralíticos; sanan, muy en breve, con miel y sal, los desencansamientos de los pies, aquellos {bulbos} que son entre éstos rojos. Provocan luxuria, principalmente, los me gáricos, y los hortenses {provocan} el parto, tomados con arrope o clarea; los silvestres aplacan las llagas y males de los miembros interiores con sylphio, tomadas algunas píldoras. También se bebe la simiente de los hortenses con vino contra las mordeduras de las arañas, y contra las de las serpientes se aplican ellos mismos con vinagre. Davan los antiguos a beber su simiente a los locos. La flor molida enmienda las manchas o cabrillas de las piernas hechas de fuego. Diocles cree embotar éstos la vista y añade ser mejores los cocidos que los asados y cocerse con dificultad por fuerza particular de la naturaleza de cada uno.

Llaman búlbine, los griegos, una hierba que tiene las hojas de puerro y bermejo el bulbo. Esta dize ser en gran manera provechosa a las llagas que son frescas. El bulbo que llaman vomitorio1 por el efecto que haze tiene las hojas negras y más largas que los demás.



a. Brassica oleracea, var. acephala: col rizada.

b. De λεĩος, liso. B. oleracea, var. capitata.

c. Crambe maritima L.

d. Inflorescencia.

e. Sinapis incana L.

f. Convolvulus sp.

g. Urginea scilla Steinh.

h. Muscari sp.



EL INTERPRETE


De las tres especies de brasica, lampsana y berza marina, las cuales todas nacen y se ven de los curiosos de Hespaña, havemos hablado lo que ha sido menester en otros lugares, como también de la scilla.

1(El bulbo que llaman vomitorio). Algunos creen ser éste una planta que llaman en Hespaña testículo de gato, y ha sido de otros muchos tenida hasta agora por especie de jacintho, con cuánta razón examinaremos en otra parte.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2