CAPITULO VI


Del puerro común, del cabezudo y de los ajos


Quita el puerro común la sangre de las narices, tapadas con él mojado o mezclado con agallas o con hierbabuena. Y su zumo, bebido con leche de muger, el flujo de sangre que sucede a las mujeres después de haver movido. Cura ansimismo la tose antigua, y males de pecho y pulmón; sanan las hojas, aplicadas, quemaduras y epiníctidas o rijas, que son unas llagas dichas también syce que se hazen en los lagrimales de los ojos y destilan continuamente humor, aunque se llama rotos desta manera ciertos granillos amoretados que desasosiegan a quien los tiene a las noches. Cura también otros linajes de llagas, mojada con miel, y las mordeduras de los animales dañosos con vinagre. Y también las de las serpientes y los males de los oídos, con hiel de cabra o con igual quantidad de vino y miel. Los sonidos,a con leche de muger, y los dolores de cabeza echado por las narices, o dos cucharadas dello echadas a los que se van a dormir con una de miel en los oídos. Bébese el zumo contra las mordeduras de las serpientes y picaduras de los scorpiones, mezclado con vino puro y quantidad de una hémina contra el dolor de los lomos; sirve su zumo o manjar a los que escupen sangre o están tísicos; iten a los acatarrados de antiguo, atericiados e hidrópicos, y contra el dolor de los riñones medida de acetábulo1 con zumo de ordiate. La misma medida, con miel, limpia la madre; cómese contra la ponzoña de los hongos, pónese en las llagas, provoca luxuria, aplaca la sed y quita la borrachera; pero dizen que embota la vista e hincha, aunque sin perjuicio, el estómago, ablanda el vientre y aclara la voz.

Los mismos efectos haze el puerro cabezudo, pero con mayor eficacia; dase a los que escupen sangre en zumo con harina de agallas o de incienso o con acacia. Hipócrates lo manda también sin otra alguna mezcla y cree dilatar y abrir la madre que está encogida, y augmentarse con su manjar la fecundidad de las mujeres, majado en miel; limpia las llagas, sana la tose, corrimientos del pulmón y los males de la áspera arteria y pulmón, dado en ordiate o crudo, quitadas las cabezas y sin pan al tercer día. Es saludable a los sobredichos miembros, aunque se críen ya en ellos materias y ansí sirve en gran manera a la voz, luxuria y sueño; cocidas las cabezas y mudada dos vezes el agua, aprietan el vientre y detiene los corrimientos antiguos; su corteza cocida y aplicada tornan negras las canas.

Los ajos son también de grandes virtudes y provechos contra la mudanza del lugar y aguas. Ahuyentan las serpientes y escorpiones con su olor y según que algunos escriven curan las mordeduras de todos los animales venenosos, comidos o unctados. Comido con vino y vomitado luego aprovecha particularmente a las almorranas. Y porque no nos maravillemos que preste contra las mordeduras ponzoñosas de los musgaños es bien que sepa que vence también el acónito2 que llaman pardalianche. Iten el veleño y mordeduras de perros en que se aplica con miel, y a las mordeduras de las serpientes bebido con sus ristras. Unctase con grande eficacia con azeite en las partes descocidas del cuerpo o en las que se levantan en ampollas. Y aun Hippócrates creyó que se expelen con su vaho o evaporación las pares, y sana su ceniza las llagas que manan de la cabeza, si se mezclare con azeite. Algunos los dan crudos a los que no se pueden hartar de resuello, y otros también cozidos. Dalos Diocles a los hy drópicos con centáurea con dos higos para purgar el vientre, lo cual haze con mayor eficacia el verde, bevido con culantro en vino puro. Algunos le han dado majado en leche a los que dan sospiros por falta de haliento. Praxágoras le dava mezclado con vino a los que padecían ictericia y contra el dolor de ijada en azeite y puches, unctándole también desta manera en los lamparones. Dávanle los antiguos a los locos crudo, y Diocles, cozido, a los frenéticos. Aprovecha puesto y gargarizado contra la esqui nancia.

Disminuyen el dolor de las muelas tres cabezas majadas en vinagre o enxaguadas con el agua de su cozimiento, poniendo el mismo ajo en su concavidad. Echan ansimismo en los oídos su zumo con enxundia de ganso, y majado con vinagre y salitre cura la enfermedad de los piojos y comezón. Y aun los corrimientos, cozido en leche o majado y mezclado con queso fresco, y desta manera ablanda también la ronqueza y la tísica en puche de havas. Y, universalmente, es cozido más provechoso que crudo y cozido mejor que tostado y ansí ablanda también la tose. Cozido en vinagre y miel expele las lombrizes y los demás animales del vientre, y cura, en puche, el puxo y el dolor de las sienes, cozido en agua, y unctado {cura} los granos, cozido en miel y majado después, y la tose cozido con enxundia añeja o con leche. Y si se escupe sangre o materias asado de baxo de las brasas y tomado con igual quanti dad de miel, y a los espasmados y quebrados con sal y azeite. Porque con enxundia sana las hinchazones sospechosas, cura las fístulas con resina y alcrevite, y saca las saetas con pez. Llaga y sana la lepra, líchenes y pecas, con orégano o su ceniza unctada con azeite y salsa de pesces, y ansimismo el fuego de Santantón. Reduce a su natural color los cardenales, quemado y mezclado con miel. Y aun se cree sanar la gota coral usado en los manjares y bebidas. Y que cura la cuartana una cabeza bebida en vino estíptico y mezclada con quantidad de un óbolo de laserpicio. Iten la tose, de otra manera, y las materias que se crían en el pecho, por más que en él abunden y se multipliquen, cozido con havas quebradas y usado desta manera por manjar hasta estar buenos. Haze sueño y universalmente parab el cuerpo colorado; provoca luxuria si majado con culantro verde se bebiese en vino puro. Por el contrario, embota la vista, hincha y daña el estómago si se come demasiadamente, y causa mucha sed. En lo demás, aprovecha contra la pepita de las gallinas y gallos mezclándole con farro en su manjar; haze orinar a las bestias de carga y no les dexa torcer la natura, si la tocan con él después de haverle majado.



a. Por males del oído.

b. En el sentido de poner.



EL INTERPRETE


1(Acetábulo). Es de nuestra medida una blanca de a diez y seis el azumbre. 2(Acónito). Hay acónito pardialanche y licógtono, llamados ansí de los animales que principalmente matan, de los cuales hay muchas especies conocidas de que en otras partes tenemos scripto largamente; al acónito pardialanchec llaman los hespañoles centella y al licógtonod matalobo y algunos hierba de ballestero, aunque otros nombren al heléboro con este nombre y otros al tóxico.





c. De πάϱδιον, leopardo.

d. De λύϰος, lobo.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2