CAPITULO IV


De las diferencias de los nabos.

Del rábano silvestre y hortense y de la zanahoria


Hazen los griegos mención de dos diferencias de nabos1 también en las medicinas. Uno florece en los vástagos angulosos de las hojas, llamado bunio, el cual, cozido y bebido en aguamiel o tomada una dragma de su zumo, es provechoso para hazer venir la regla a las mujeres; iten para la vejiga y la orina. Su simiente, tostada, molida y bebida en quantidad de cuatro cyathos de agua caliente, cura las cámaras de sangre, aunque detiene la orina si no se bebe junto {con} simiente de lino.

Al otro género {de nabo} llaman bunias, semejante al rábano y al nabo redondo, de simiente contra los venenos y admirable propiedad y por tanto usual en los antídotos.

También havemos dicho que hay rábanos silvestres;2 de éstos son los más preciados los de Arcadia, aunque se crían también en otras partes y más provechosos solamente para provocar orina. En lo demás purgan cholera y compuesta sus cortezas en vino y, aliende de lo que dello havemos dicho, limpian el estómago, adelgazan la flegma y provocan orina.

Tiénese uso del hortense en Italia y Lámanle armoracia. Cocidos los hortenses y bebidos por la mañana tres cyathos de ellos deshazen las piedras y házenlas expeler. Los mismos, cocidos en agua y vinagre, se aplican contra las mordeduras de las serpientes; también son útiles {contra} la tose, tomados por la mañana en ayunas con miel, y su simiente tostada y comida es remedio contra el dolor de hijada. Y el cocimiento de sus hojas, o una medida de dos cyathos de su zumo, vale contra el morbo pedicular o muchedumbre de piojos. También se unctan con ellos mojados los apostemas calientes3 y los cardenales frescos con su corteza deshecha con miel. Y comen con grande utilidad los que más queman {pican} de ellos los que padecen hidropesía; y su simiente tostada y molida con miel los que no se hartan de aliento. Aprovechan los mismos contra los venenos. En lo demás, son de la misma manera contrarios a los scorpiones, tán to, que mojadas las manos con ellos o con su simiente se pueden tractar sin algún daño y aun mueren si les ponen el rávano encima. Y no son menos saludables contra la ponzoña de los hongos y veleño, según que lo enseña Nicandro y aun ambos Apollodoros los mandan, ni más ni menos, dar contra la ixia4 o visco, pero {Apollodoro} Cítico la simiente molida y deshecha en agua, y {Apollodoro} Ta rentino {recomienda} el zumo. Adelgazan también el bazo, aprovechan al hígado y dolor de lomos y tomados en vinagre o mostaza también a los hidrópicos, y a los que padecen la que dezimos modorra fría.5 A Praxágoras le parece que se dé a los que tienen dolor de hijada6 y a Plistónico que a los que se les hincha el estómago. Sanan las llagas de las tripas y, si se comen con miel, la podre de los miembros interiores. Algunos quieren más cocerlos cubiertos de barro y dizen limpiar desta manera las mugeres. Tomado con vinagre y miel hazen echar las lombrices, y cocidos hasta consumirse la tercera parte del agua y bebido el cocimiento con vino, aprovechan a los quebrados; y ansí consumen también la carne superflua. Aliende desto, Medio mándalos dar cocidos a los que escupen sangre, y a las paridas para hazerles acudir la leche. Hipócrates manda fregar con ellas las cabezas de las mugeres que se pelan y ponérselo sobre el ombligo contra los tuertos de la madre. Reducen las cicatrizes y señales a su color {natural}, y su simiente, aplicada con agua, ataja las llagas que van cundiendo. A Demócrito le parece que su manjar provoca luxuria y por ventura escriben por esta causa algunos que daña la voz. Las hojas, y sólo la de los {rábanos} prolongados, se dize que aclaran la vista, y cuando se huviere aplicado medicina de rábano más fuerte de lo que convenga mandan dar de presto hysopo,7 tal es la contrariedad de las cosas. Aprovecha contra la sordedad zumo de rábano destilado en los oídos, porque comerlos a la postre sirve de provocar con ellos vómito.

El malvavisco,b semejante a zanahoria, que llaman malva silvestre y otros pistolochia, cura las llagas de las ternillas y los huesos quebrados. Sus hojas, bebidas en agua, relajan el vientre, ahuyentan las serpientes y curan, aplicadas, las picaduras de las abejas, avispas y zánganos. Otros envuelven en lana de color su raíz, arrancada antes que el Sol salga, y también con lana de oveja que haya parido hembra, y átanla a los lamparones, aunque críen ya materia. A algunos les parece engastarla para este efecto en oro, proveyendo que no toque la tierra. Celso la manda poner en la gota que aún no ha levantado hinchazón, cocida primero en vino.



a. Cochlearia armoracia L.

b. Althaea officinalis L.



EL INTERPRETE


1(De dos diferencias de nabos). Estos son (porque del napum o raba {ya} se ha hablado) el bunias, o nabo prolongado y vulgar, y el bunio, que es el nabo silvestre que conocemos hoy. Fuera destos géneros, otro que llamamos reponce y los modernos rapúnculo o rampucello. Pero de éste no se sabe que hagan los antiguos alguna mención. 2(Rábanos silvestres). De los géneros de rábanos hablamos en el libro pasado, donde se tracta de ellos como de hortaliza y verdura, y no como medicina. 3(Los apostemas calientes). Ansí translado phlegmone o inflamatión, porque aunque estas palabras se tomen entre los griegos y latinos, unas vezes, por cualquiera apostema de sangre, otras vezes por sólo el que se haze de sangre de mediana substancia, muchas vezes se usurpa por cualquiera apostema calido, ora conste de sangre, ora de cholera como al presente nos pareció usurparla nuestro autor. 4(Ixia). Entiende el chameleonte negro, aunque algunas vezes se dé esta palabra también al blanco, cardos conocidos de los curiosos herbarios en muchas partes de nuestra Hes paña. 5(Modorra fría). Ansí llaman en el reino de Toledo la lethargia, a diferencia de la frenesía que llaman modorra caliente. Porque por modorra entienden cualquiera alienatión con calentura, y si ésta es notable dizen la modorra caliente, y si pequeña y escondida, cual suele ser en el lethargo, llámanla fría.

6(De hijada). Aunque llamen en Hespaña dolor de hijada cualquier dolor fijo de las tripas, ora el lugar afecto sean las delgadas, ora las gruesas, le llaman los latinos y griegos dolor cólico, y si en el ilion, que es una de las delgadas, iliaco, aunque estudien la significación de cólico al que ocupa cualquiera de las tripas gruesas y el de iliaca a cualquiera que ocupa las delgadas. 7(Hysopo). Hierba es conocida en nuestra Hespaña y plantada por regalo en los vegetales, aunque la mala traslación de Marcello ha sido causa que se dubde si sea el de Dioscórides el hysopo vulgar, porque sus palabras, según la verdad del texto griego, son éstas: origanum heracleoticum quo alii cunilam vocunt folium habet hysopo simile umhellam autem non in rete speciem orbiculatam, sed veluti multi fidam, donde no parece comparar las flores del orégano con las del hysopo, como entendió Marcello; pero desto, al presente, no más. Otra specie hay de hysopo montano, la cual también conocemos y aun havemos topado en estas Indias Occidentales.



c. Viscum album L., muérdago.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2