CAPITULO VI


De las raíces, flores, hojas y colores de las plantas que se crían en las huertas


Tienen las plantas hortenses por la mayor parte una raíz,1 como el rávano, acelgas, perexil, y malvas. La mayor es la de la romaza,2 como aquellas que muchas vezes desciende en largo de tres cobdos; la {romaza} silvestre la tiene menor y más hinchada y vive también después de arrancada mucho tiempo. Algunas la tienen capillar, como el apio y malvas; otras surculosa o llena de ramillos, como el albahaca; otras carnosa, como las acelgas, o más aun, como el azafrán. En algunas consta de corteza y de carne, como en el rávano y nabos redondos. Algunas son ñudosas como la de la grama. A las que no la tienen derecha les nazen luego cabellos, como a los bledos y armuelles, pero la cebolla albarrana, géneros de bulbos, ajos y cebollas las echan derechas. De las cosas que se nazen de suyo unas echan más raízes que hojas, como el aspalax,3 albahaquilla del río4 y azafrán, que llaman perdicio y oruco. Florecen con el frexno el sérpol, abrótano, nabos, rávanos, hierbabuena y ruda, y las demás pierden la flor cuando éstas comenzaron a florecer. El albahaca,5 particularmente, comienza desde lo baxo y por esta causa florece largo tiempo, y esto mismo acaece al tornasol; unas tienen la flor blanca, otras amarilla y otras morada. Comienza a caerse la hoja desde lo más alto al orégano, ala y algunas vezes a la ruda, cuando les hazen algún maltractamiento. Son muy cóncavas las cebolletas, gethio, especie de cebolla, y ajos. Y juran en Egipto6 como por dioses por las cebollas.7

Tiénense géneros de éstas entre los griegos: las sardias, samothracias, alsidenas, setanias, schistas y ascalonias, dichas ansí de un pueblo de Judea del mimo nombre. Todas tienen al olor que hazen saltar las lágrimas de los ojos, más que todas las de Chipre, y menos las de Gnido. Consta el cuerpo de todas ellas de ternilla dura, llena de graseza y pingüitud. Son las menores de todas las setanias, sacando las tusculanas, pero dulces, y guárdanse la schista y ascalonia. Dejan la schista el himbierno con sus hojas y quítanselas al verano, y nácenles debaxo otras con las mismas divisiones, de donde tomaron el nombre, y con este exemplo las mandan también quitar a los demás géneros, porque crezcan antes en cabeza que en simiente. Tienen las ascalonias su propria y peculiar naturaleza, porque son como estériles de raíz y por eso mandan los griegos que se siembren de simiente y no se pongan, y que se traspongan tarde acerca del verano, cuando echan pimpollos. Y dizen que ansí se hazen gruesas y se dan prisa a recompensar el tiempo pasado, pero hanse de gastar por esto, porque se pudren muy aína como estén una vez de sazón; si las ponen echan vástago y simiente, y ellas se envacen {sic}. Hay ansimismo diferencia de olores, porque en Samo y en los sardos son blancas en demasía, y estímanse también en mucho las de Candía, de las cuales se dubda si son las mismas que las ascalonias por engrosárseles las cabezas cuando se ponen y también el vástago y la simiente. Difieren solamente en el sabor dulce.

Hay entre nosotros dos principales géneros, uno de la condimentaría que llaman gethión los griegos y pallacana los latinos, y se siembra por el mes de marzo, abril y mayo, y otro de la cabezuda que desde el equinoctio del otoño o desde el favonio. Sus géneros se cuentan por el orden de su austeridad: africana, gálica, tusculana y amiternina, y es la mejor de todas la más redonda. Iten, la más roja es más aguda y caliente que la blanca, la seca que la verde, la cruda que la cozida, y la seca que la conservada. Siémbrase la amiternina en lugares fríos y húmidos, y sola ella a manera de los ajos de cabeza. Las demás {se siembran} de simiente y en el estío cercano no echan simiente alguna, pero sola una cabeza que se seca, y el año siguiente por el contrario se engendra la simiente y se corrompe la cabeza. Luego por todos los años se siembra aparte la simiente por causa de la cebolla. Guárdanse muy bien en pajas. Es el gethio casi sin cabeza, y sólo de larga cerviz y por tanto todo casi se consume en la hoja y córtase muchas vezes, como el puerro, y por esta causa le siembran y no le ponen. En lo demás mándanse sembrar las cebollas en tierra cavada tres vezes, en cada yugada diez libras {de simiente}, arrancadas primero las raízes de las hierbas. Y mezclan a vueltas axedrea, porque naze ansí mejor, y que se roze y sache, a lo menos cuatro vezes. Siembran los nuestros la ascalonia por el mes de febrero; cogen la simiente de las cebollas cuando comienza a pararse negro, y antes que se marchite.

Bien será que hablemos aquí también del puerro, por el parentesco que tiene con las cebollas, y principalmente por haver dado autoridad el príncipe Nerón al sectivo,a comiéndole en ciertos días de cada mes por causa de la voz, y no otra cosa ni aun pan. Siémbrase de simiente después del equinoctio del otoño, si se pretende hazer el sectivo más denso. Córtase en la misma era hasta que falte; estercólase siempre y déjanle crecer en cabeza antes que le corten. Después que ha crecido le pasan a otra era, cortadas livianamente las hojas más altas antes de la médula, y retraídas las cabezas y postreras membranas. Los antiguos ampliavan, puesta debaxo cualque teja, las cabezas, y lo mismo hazían en los bulbos. Agora sacan con un sacho livianamente las raízes, para que deslomadas8 mantengan y no distrayan. Es cosa notable que, como quieran estiércol y tierra fértil, aborrecen lugares regadíos, y constan de cierta propriedad del suelo.

El más estimado es el de Egipto, y después en Osthia y en Arizia. Del sectivo hay dos géneros: el herbáceo consta de hojas cortadas con evidentes incisuras, de que usan los médicos; el otro tiene las hojas más suaves, más redondas y de más livianas incisuras. Cuéntase que Mela, del orden ecuestre, siendo acusado y llamado de su procuratión por Tiberio César, y estando en suma desesperación, {tomó un} peso de tres denarios de plata de zumo de puerros, y ansí murió sin trabaxo ninguno. Y dizen que si se toma mayor peso no haze daño.

Créese aprovechar el ajo para muchas medicinas rusticanas. Cúbrese éste de telas muy delgadas universalmente, y que se apartan fácilmente del cuerpo. Y compónese de muchos ajos vestidos cada uno por sí; es de sabor áspero, pero tanto más cuanto más fueren los ajos. Hazen mal aliento y olor, como las cebollas, pero si están cozidos, ninguno.9 Difieren sus géneros según el tiempo, porque el más temprano se madura en espacio de 60 días, y también según la grandeza. Llamaron también, en este género, úlpico, los griegos, el ajo cyprio; otros antiscorodón, celebrado principalmente en Africa entre los manjares rústicos, más grande que el ajo. Majado en azeite y vinagre es de admirar cuánto crezca su espuma. Algunos vedan sembrar el úlpico y el ajo en plano, y mandan que se pongan a manera de castillo amontonados sobre montoncicos de tierra, distantes entre sí por tres pies, y ha de haver entre cada sendos granos un dedo; en saliendo tres hojas se sachan, y házense mayores cuanto más se sachan. Los vástagos de los que se maduran, traídos para abaxo, se meten debaxo de la tierra y ansí se provee que no se vayan en hojas. Y es mejor que en las regiones frías se siembren al verano que no en el otoño. En lo demás, todas estas cosas se mandan sembrar, para que carezcan de olor, cuando la luna está debaxo de la tierra, y cogerse cuando estuviere coniuncta. Sin éstos, afirma Menandro, autor griego, que los que huvieren comido ajos quitarán su mal olor si tomaren después una raíz de acelga tostada. A algunos les parece ser buen tiempo de sembrar los ajos y álpicos entre los Compítales10 y Saturnales.11

Nace también el ajo de simiente, pero con mucha tardanza, porque el primer año se haze la cabeza de grueso del puerro, el segundo se reparte y divide en ajos, y el tercero viene a su acostumbrada grandeza, y aun algunos los tienen desta manera por más hermosos. No los han de dexar que simienten, pero hase de torcer el vástago cuando fueren para sembrar, porque se haga mayores las cabezas.

Y si pareciere dexar por más tiempo el ajo y la cebolla, hanse de mojar con agua salada tibia, porque desta manera se hazen las cabezas más durables y de más provechoso uso aunque estériles para volver a sembrarlas. Unos se contentan con colgarlas sobre la lumbre, y paréceles que ansí se estorva el entallecer, lo cual es cierto nazer el ajo y la cebolla también fuera de la tierra y, arrojado el tallo, envanecerse. Algunos creen guardarse también los ajos provechosamente en paja.

No faltan ajos que nazen en los campos espontáneamente, y llámanlos alo, porque los derraman contra la molestia y pesadumbre de las aves (aunque cozido porque no torne a nazer), las cuales se comen las simientes y destruyen las sementeras, porque las aves que los comen se entorpecen de manera que las pueden muy bien asir con la mano y aun si se detienen algún tanto talmente se adormecen.

Hay otro género de ajo silvestre que llaman ursino, de blando olor, cabeza muy delgada y grandes hojas.



a. A la variedad que se corta.



EL INTERPRETE


1(Una rdaíz). Pero ésta es diversa en magnitud, color y forma según verá fácilmente el que por ellas discurriere. 2(La romaza). Esta llaman los latinos rúmex, y los griegos oxilapatho, cuyo género es lapatho. Hay de éste otras muchas especies como es la oxalis, azedera, que se halla también de diversas formas, el hydrolapatho, el hypolapatho o bulapatho, y el oxilapatho hortense, o rhabarbarum monachorum, de que tractan largamente los herbarios, y nosotros en sus lugares tractaremos. 3(Como el aspalax). Algunos entienden el aspalatho de que Dioscórides haze mención, el cual algunos creen ser oleastro rhodio y otros sándalo coloreado, con grande engaño. Pero no puede ser, porque va hablando de hierbas hortenses y éste es frúctice, como Dioscórides dize, surculoso. Favorece esto que, entre tanto número de plantas como Plinio a este propósito nombra, ninguna de ellas es mata ni árbol, sino hierbas todas, ansí que no se entiende qué hierba sea aspalax de que al presente se haze mención o si por ventura es palabra viciada, o añadida de impresiones. 4(Perdicio). Llámase vulgarmente albahaquilla del río, en griego helxine y de algunos modernos herba vitri o muralis. Es una de las que siendo natural de nuestro orbe naze también en esta Nueva Hespaña aunque hasta venir yo a ella no se havía inquirido, hallado, ni usado. 5(Ocimo). Entiende el albahaca, de que hay algunas diferencias, y hase de advertir que otras vezes (según que lo hemos visto antes en este autor y se ve en los demás agricultores) hay ócymo, con y, diferente del ócimo de que agora se habla, el cual se dixo ansí de la velocidad con que creze, y era pasto vulgar de las bestias, ora fuese hierba particular de que agora no se tiene noticia, ora sea general a todos los pastos que, como digo, se hazen presto, como quien dize en nuestro vulgar, alcaceres o herrenes, de cebada, centeno, viña, yeros, pisóles o de otras plantas semejantes, de que comúnmente suele apresurar el pasto a los bueyes y jumentos.

6(Y juran en Egipto). De que también hizo mención Plinio en el capítulo VII del libro segundo, cuando dixo: per fatidos cibos, et alia similia jurantes. 7(Cebollas). De éstas no tengo que dezir, porque lo que dellas se sabe todos lo escriven y aun todos lo saben, y lo que se ignora, que es hazer clara distinctión de los géneros que aquí refiere Plinio, yo también lo ignoro. Dízense en griego vromion; hay dellas una especie peregrina en esta Nueva Hespaña, la cual aunque es casi de las mismas hojas y sabor, pero divídese la raíz en dos, y a ratos en tres cabezas pequeñas, según se verán debuxadas y descriptas en el libro que, por mandado del rey Philippo segundo, en esta Indias compongo y escrivo. Los puerros y sus especies a todos son notorias y por eso no hablaré cosa dellos. 8(Deslomadas). Castradas, y sin virtud. 9(Pero si están cozidos, ninguno). Mejor dixera menor. Conócense entre nosotros todos estos géneros de ajos, conviene a saber: el doméstico, silvestre y scorodopraso o ajipuerro, iten el ajo ursino y ophiscorodo, pero no conviene que en cosas tan vulgares y sabidas de otros nos detengamos mucho, principalmente afectando tanto, en materia tan larga, la brevedad. 10(Entre los compítales).b Fiestas eran que celebravan los rústicos por nueve días después de las calendas o primeros días de enero, llamadas ansí a competando.

11(Y saturnales). Fiestas eran consagradas a Saturno que se hazían en el mes de diciembre, según parece de Macrobio en el libro de Los saturnales, donde también haze de los compítales mención.



b. Fiestas celebradas en las encrucijadas.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2