CAPITULO I


{Del sembrar del lino; de sus géneros; cómo se le da perfección; de los manteles, del lino incombustible y cuándo se comenzaron a usar velas en los teatros}


Siémbrase {el lino} principalmente en tierras arenosas1 y aradas de una sola rexa y no hay simiente que se dé más prisa a nacer. Siémbrase al verano y arráncase al estío, y esta inxuria más haze a la tierra. Perdone agora alguno a Egipto2 que lo siembre para traer mercaderías de la India y Arabia, que paguen tanto pecho en las Galias,3 {pese a} estar montes puestos contra la mar, y estorvarlo por el lado del Océano lo que llaman vacío. Los cadurcos,4 caletos, rutenos, bituriges y morinos, tenidos por los últimos de los hombres, y aun todas las Galias, texen velas. Y también sus enemigos, que havitan de la otra parte del Rhin, y no conocen sus mugeres otras más hermosas vestiduras.5 Ofréceseme a este propósito que en la familia de los Seranos,6 según lo enseña Marco Yarrón, no es costumbre usar las hembras a vestirse de lino. En Alemania hazen esta obra debaxo de la tierra.

De la misma manera en Italia, aunque por otra vía, entre {los ríos} Po y Tesino, del cual {el lino se considera en tercer lugar}, después del de Setabis, que es el primero en Europa. Porque la segunda tiene el retovino, cerca de los allianios, y en la vía Aemilia, el faventino. Prefiérense en blancura los linos de Faventiaa a los allianos, que siempre están crudos; los retovinos son en extremo delgados y tupidos y de blancura igual a los de Faventia, pero no tienen flueco, lo cual agrada a algunos y a otros descontenta. El hilo es más igual al de las arañas y retieneb cuando se estira con los dientes,7 y por tanto tiene doblado valor que los demás.

La Hespaña Citerior o Tarraconense tiene el más lustroso lino de todos por la naturaleza del río en que apareja, el cual pasa por Tarragona y es de delgadeza admirable; allí se hallaron las primeras velas. De poco acá ha venido de Hespaña a Italia el zoélico, muy bueno para redes; es esta ciudad de Galiciac cercana al Océano.

Tiene también su estima el cumano en Tierra de Lavoro para pescar pesces y sacar cives,d porque también del lino se texen redes y no armamos menores asechanzas con el lino al resto de los animales que a nosotros. Pero con las redes cumanas matan javalíes, y éstas son las más espesas, resisten a la agudeza del hierro. Ya las havemos visto de tanta delgadeza que pasavan por el anillo de un hombre poco a poco con los epidromos, o cuerdas con que se tienden, llevando uno solo toda la muchedumbre de ellas que para cercar los bosques era menester. Y no es esto tanto de admirar, como tener cada hilo otros 150, cual poco antes la tuvo aquel Julio Lupo, que murió en el adelantamiento de Egipto. Maravíllense desto los que ignoran que en el templo de Minerva de la isla de Rhodas se muestra un jubón8 de Amasias, rey antiguamente de Egipto, cada hilo del cual tenía otros 365, el cual Mutiano, tres vezes cónsul, escrive haver él mismo visto con sus ojos en Roma, y que quedarían pocas sobras de él a causa del mal tratamiento que le hazían los que veníanle a ver y probársele.

Es Italia hasta hoy famosa por los linos pelignos, aunque usan solamente dellos los que adoban los paños, y no hay otro que sea más blanco o más semejante a lana, como ninguno iguale al cadurco en las colchas o colchones. Invención fue ésta de cosas con que enfundan en las Galias y dura hoy en Italia su uso debaxo de nombre de stramento.

Es el lino de Egipto de poca dura{ción} pero de mucho provecho. Hay allí dello cuatro diferencias: tanítico, pelusiaco, butico y tantyrítico, nombrado de las regiones en que se crían.

La parte más septentrional de Egipto, que es hazia Arabia, engendra la mata que llaman algunos gossypio y muchos xilón o algodón, y por tanto, a los linos que de ellas se hazen, xilinos. Es pequeña y su fructo semejante al de la nuez barbada, de cuya lana interior, de que esta lleno, se hila un flueco, al cual ninguna otra cosa se puede comparar en blancura o en blandura; házense dello vestiduras muy agradables a los sacerdotes de Egipto. El cuarto género llaman orchomenio, el cual se hazia de una como caña palustre y no de toda, sino solamente de su panoja.

En Asia hazen linos principales de una mata para las redes y durables en la pesca, la cual echaron primero por diez días en remojo. Los aethíopes y los indios {sacan hilo} de manzanos; los árabes (como diximos) de calabazas que se crían en árboles.

Entre nosotros se conoce estar el lino de sazón por señales, porque o se hincha la simiente o se pasa de color más rojo; entonces arrancado y atado en pequeños manojos se seca al sol, colgando las raízes por un día y por espacio de otros cinco vueltas al contrario entre sí las puntas de los manojos, de manera que la simiente caya en el medio. Tiene fuerza entre los medicamentos y en un rústico y muy dulce manjar de Lombardía, aunque ha días que no se usa de él sino en los sacrificios. Echanse, pasado el agosto, sus ramas en agua entibiada al sol, sumida dentro con algún peso que se les pone encima, porque no hay cosa más liviana. Y el indicio de estar bastantemente remojadas es aflojarse la tela que las cubre por cima y, tornadas a sumir otra vez como antes, se secan al sol; secadas, se majan sobre una piedra con un mazo que llaman estripario. Lo que está muy cercano a la corteza es el estopa, de lino menos bueno y más apto para mechas de candiles y ésta se peina con rastrillos de tierra hasta que se descortize y aparte toda la tela. La médula o corazón tiene mayor distinctión en blancura y blandura, y no está mal hilar lino aun a los varones. Las cortezas, sacudidas, sirven a las padillas y hornos, y hay arte de peinallo y dividillo, y es cosa conveniente que se carmenen {sic}, de 50 libras de hazes, 15; púlese después otra vez en hilo golpeando el algodón9 con agua, muchas vezes, en piedras duras, y texido se torna a golpear con porras, mejorándose con tino la injuria.

Y se ha hallado lino a quien no consume el fuego, que llaman vivo, y yo he visto10 manteles hechos dello ardiendo en el fuego de los combites resplandecer y quedar limpios, quemadas las suziedades, más con el fuego que pudieran lavados en agua. Deste lino se hazen las camisas de los mortuorios de los reyes y apartan las cenizas de los cuerpos a las demás. Nacen en los lugares desiertos y abrasados con el sol de la India, donde no llueve, entre serpientes crueles, y acostumbra a vivir ardiendo. Pero hállase pocas vezes y téjese con dificultad por tener corta la hebra. En lo demás resplandece su color en el fuego. Cuando se halla, {es} igual al precio de las muy excelentes perlas; llámanle los griegos asbestino, o de naturaleza que no se puede quemar. Anaxilao escrive que el árbol que fuere rodeado con este lino se puede cortar o herir con golpes sordos y que no sean oídos de nadie. Ansí que este lino es el más principal de todo el mundo; después, el bissino, que por la mayor parte se engendra para el regalo de las mugeres acerca de Elis, en Achaya. Y hallo haverse vendido por cuatro denarios un scrúpulo de él, como de otro tanto oro.

Tiene el flueco del lienzo de las velas, principalmente de los navios de la mar, grande fuerza en medicina. Hay dentro de las dormideras un género con que los lienzos en gran manera se emblanquecen.

Y probóse también a teñir el lino y hazer que recibiese la locura de las vestiduras, la primera vez en las armadas de Alexandro Magno, navegando por el río Indo, como sus capitanes y generales variasen los estandartes en una pelea de los navios y espantáronse las riberas hinchando al viento las velas que eran de diversos colores. Cleopatra navegó en compañía de Marco Antonio a Actio con vela morada, y con la misma huyeron, y ésta fue la insignia de la nao capitana.

Después hizieron sombra {toldos} solamente en los teatros, lo cual halló el primero de todos Q. Catullo, cuando consagró el Capitolio. Lentulo Spínther fue el primero que introdujo las velas carbasenas {toldos} en el teatro, en los juegos consagrados a Apolo. Después cubrió Caésar, dictador, todo el Foro Romano y vía Sacra, desde su casa hasta la cuesta del Capitolino, lo cual escriven haver sido visto con el ejercicio gladiatorio más admirable y, después, también sin juegos. Marcelo, hijo de Octavia, hermana de Augusto, en su edilidad, siendo el tío undécima vez cónsul, al principio de agosto, hizo sombra con velas al Foro para que pudiesen estar allí los pleiteantes, mas sin perjuicio de su salud, mudadas las costumbres de Catón, censorino, al cual havía parecido que se solase la plaza de peñas ásperas. De poco acá11 tienden sobre cordeles velas azules sembradas de estrellas en los amphiteatros del príncipe Nerón, y las mismas se ven bermexas en los patios, y defienden el moho {musgo} del sol.

En lo demás perseveró con la blancura constante y pertinaz gracia y el honor {de los lienzos desde} la guerra de Troya. Porque, ¿quién quita que no se hallara en las batallas como se halla en las tormentas? Aunque dize Homero haver peleado pocos en ella con jubones o corazas de lino. Y declaravan acerca deste autor, los más eruditos, haver sido también de lienzo los aparejos de las naos, por haver entendido, cuando dixo sparta, sata o sembrados.



a. Faenza.

b. Resuena.

c. En Gallaecia, en la Tarraconense. Hoy en territorio portugués.

d. Alimentos, caza.



EL INTERPRETE


1(En tierras arenosas). Y ansí dize Columella, pleri que solent linum, locis macris ac sabulosis serere. Pero Varrón afirma convenirle suelo graso, en el primero libro De re rustica. 2(Perdone agora alguno a Egipto). Dízelo por ser esta región fértil desta planta, según lo afirma Herodoto en el libro segundo. 3(Que paguen tanto pecho en las Galias). Dízelo por sembrarse también mucho en Francia y navegarse a diversas partes desde ella. 4(Cadurcos). Pueblos son de Francia, como también los caleros o de Cales, y rutenos, bituriges y morinos o de Tornai. 5(De vestiduras de lino). Los indios de la Nueva Hespaña jamás supieron de otra vestidura que de pieles de animales o de algodón, de que abundan, texido, o de otra manera de lienzos que hazen de hilo de maguey de que en su lugar hablaremos. Porque aunque hay una especie de gusanos que crían por los campos encima de los árboles espontáneamente seda y capullos, no de otra manera que los nuestros, aún no había caído en aprovecharse con industria dellos o de su lavor.

6(De los Seranos). Llamáronse ansí Aserendo, según lo refiere Cornudo. 7(De los dientes). Algunos entienden de los rastrillos. 8(Un jubón). Los indios desta Nueva Hespaña, aunque comúnmente anda {van} desnudos, cuando ivan a las guerras usavan de unos jubones estofados de mucho algodón, a manera de armas o coraza o bien de vestiduras todo el cuerpo {ilegible} y plumas {ilegible} diversos antes ya. 9(Algodón). Hay grande copia dello en Canaria, Sancto Domingo y Nueva Hespaña, donde lo havemos visto y cogido, pero de éste hablaremos entre las matas. 10(Y yo he visto). También lo vimos en Hespaña en la corte del rey Philippo, nuestro Señor, en poder de un médico, como ni más ni menos la piedra amiantina, a la cual no quema el fuego, distincta de la lumbre que se deshila en el sabor. Y otra tela de un género de yeso dorado que llaman ánima de purgatorio, a la cual no sólo no gasta el fuego pero ni la calienta. Otros muchos fluecos he visto en estas Indias de fructos de árboles que a mi parecer podrían hilarse y texerse; pero de éstos se hablará en su lugar.

11(De poco acá). Leo de un ejemplar manuscripto: per rudentes iere etiam in amphiteatris Neronis principis rubent in cavis aedium.

De otros géneros de lino silvestres y del cáñano, cuyas telas con palabra general llaman también lino, diremos en sus lugares.



e. Sisal.



TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2