CAPITULO XVIII


De las monstruosidades de las mieses, de los preceptos del arar y de los géneros de rexas


También han acaecido en las mieses (aunque, que yo sepa, una sola vez) monstruosidades. Siendo Publio Aelio y Cornelio cónsules en el año que fue vencido Haníbal, se dize que nacieron mieses en los árboles.

Y pues que havemos hablado abundantemente de sus géneros y tierra, hablaremos agora del modo de arar, contando ante todas cosas la facilidad de Egipto. Haziendo pues allí el Nilo oficio de labrador, comienza a derramarse, como diximos, desde el solsticio y luna nueva. Lo primero, poco a poco, después más apriesa mientras está el Sol en León. Después torna a emperezar, pasado al signo de Virgo, y buelve a su madre estando en Libra. Si no excede 12 cobdos, la hambre es cierta, y no menos si pasó de 16, porque tanto más tarde se aparta cuanto más abundantemente cresció y detiene la sementera.

Vulgarmente se creía que comenzavan a sembrar luego que tornava a recogerse, y que los puercos hundían en la tierra mojada y blanda la simiente con sus pisadas, y aun por ventura antiguamente se hizo desta manera y aún agora no se haze con mucho mayor trabaxo. Pero es cierto que se ara aquel cieno o légamo de donde el río se recogió y bolvió a su madre, después de haver derramado la simiente, y esto entrante el mes de noviembre. Después lo deshierban,1 llamando este beneficio botanismo. La otra parte no visita los sembrados sino con hoz, poco antes que entre abril, y acábase la mies por mayo sin llegar jamás la paja a grandeza de un cobdo, porque hay debaxo tierra arenosa, y el grano es abrasado solamente de légano.

Más excelente es el pan de la región de Thebais por ser Egipto palustre y lagunoso; lo mismo es en Seleucia y Babilonia, pero es mayor su abundancia saliendo de madre el Euphrates y Tigris porque allí tiemplan el modo del regar con artificio. Ara también Syria con surco angosto, como en Italia echen por muchas maneras a un arado ocho bueyes. En todas las partes de Agricultura vale, pero principalmente en aquésta, aquel oráculo en que se avisa se mire qué es lo que sufre cada tierra.

Hay muchos géneros de rexas. Culter se llama la que corta la tierra muy espesa, primero que se alce el barbecho por do se han de dar los surcos con unas cortaduras donde prenda el arado supino. Hay otro género vulgar de una barra con nariz. El tercero en tierra fácil no estendido por todo el dental, mas con una punta en el hocico. Tiene ésta más ancha el cuarto género, aunque más aguda y levantada en punta, y que corta con el mismo cuchillo la tierra y con la agudeza de sus lados las raízes de sus hierbas. Este se halló de poco acá en Rhetia, al cual añadieron dos pequeñas ruedas los franceses y llamaron planarati. Tiene la punta forma de pala. Ansí siembran en solas las tierras labradas y casi nuevas. Buelve de arriba abaxo la anchura desta rexa los céspedes. Luego echan encima la simiente y trahen por la sobrehaz de la tierra una manera de zarzo dentado, y no es menester escardarlo, que se siembra de aqueste modo y aran ansí con dos o tres lomos. Basta que are cada año una junta de bueyes 40 obradas en tierra suelta, y 30 en la que no es tan buena de labrar.



EL INTERPRETE


1(Después lo deshierban). Ansí traslado postea runcant, porque, según que adelante claramente se entenderá de nuestro autor, sarrire es escardar los panes. Esto se haze en nuestro tiempo con unos sachos o escardillas de hierro con que mueven y escarvan la tierra para que dé lugar y admita las aguas del himbierno. Occare es desterronar, beneficio también usado y familiar a nuestros tiempos, o cubrir, quasi obcecare, y runcare es desherbar, lo cual exercitan nuestros labradores por mano principalmente de mujeres, cuando ya el pan tiene ñudos y está fuerte, para no salirse con las malas hierbas que se arrancan, y pectere es peinar, esto no se usa más; el rexacar es muy ordinario mayormente en tierra de Madrid. Algunos creen ser runcar lo que hoy llamamos rocar, y aún de ahí parece haverse derivado esta palabra. Mas engáñanse porque el runcar es sacar las hierbas de raíz, ya después de nacidos y aun algo crescidos los panes, y rocar llamamos cortar a raíz del suelo las matas de las hazas, no sacarlas de cuajo, antes dexarles las raízes después de ya arada la haza y que es tiempo de sembrar, y decepar es sacar las matas o arbustos de raízes.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2