CAPITULO XI


Del trasponer de los planteles, sembrar los olmos y de los hoyos


Trasponer los árboles de un plantel en otro, antes que se lleven al lugar donde tienen de permanecer, parece precepto trabaxoso aunque prometen hazerse desta manera las hojas más anchas.

Hase de coger de los olmos (que también llamamos álamos negros), antes que se vistan de hojas, la simiente o samara, al principio de marzo, ya cuando comienza a roxear y puesta después por dos días a enxugar a la sombra. Se ha de sembrar espesa, en surco bien labrado, y acrivarse tierra muy menuda por cima del grueso que en los acipreses. Hase de regar si no acuden las lluvias, y pasarse, un año después, de las eras a los olmedales, y sembrarse con distancia hazia todas partes de un pie. Es necesario sembrar por el otoño los olmos a que se huvieren de arrimar las vides, porque carecen de simiente y se ponen de planta. Pásanse de edad de cinco años en Roma a las arboledas o, según quieren algunos, cuando ya comienzan a ser de tamaño de 20 pies pénense en surco que llaman novenario,1 de 3 pies en hondo e igual anchura y allégameles de lo macizo, demás desto, 3 pies de tierra por todas partes2 que llaman arulas en Tierra de Lavoro. Las distancias se toman de la naturaleza del sitio. Hanse de sembrar más ralos en los lugares llanos y campestres.3

Los álamos4 y frexnos, porque brotan más aína, es necesario que se traspongan y ordenen más presto, conviene a saber, desde los ocho de hebrero, los cuales también se siembran de plantas. Es en el disponer de los árboles grandes y pequeños, y de las viñas, el orden quincuncial5 vulgar y necesario, no sólo provechoso para que ansí se dé más lugar al paso de los vientos, pero de vista más agradable de cualquiera manera que se miren. Porque se ven discurrir de todas partes las vides con ordenados liños e hileras.

Siémbranse los chopos y álamos blancos de la misma manera que los olmos y de la misma manera se trasponen de los planteles y montañas. Es lo primero menester que se trasplanten a tierra semejante y de igual bondad o mejor, y no de sitios tempranos o templados a fríos o tardíos, o de éstos a aquéllos, y que se hagan, si posible fuera, los hoyos tanto antes que se pongan en ellos las plantas que se les críe primero césped por toda la sobrehaz.

Magón manda que se hagan un año antes porque gozen por todo este tiempo del agua y del sol, o si no lo permitiere la naturaleza del lugar, que se encienda en medio dellos, dos meses antes, lumbre y no se siembren sino después de haver llovido. Que sea su hondura en suelo arzilloso y duro hazia todas partes de tres cobdos. En los ciruelos un palmo más y dondequiera tenga la boca más estrecha, yéndose poco a poco ensangostando hazia arriba, desde lo hondo. Pero en la tierra negra tenga el hoyo dos cobdos y un palmo con esquinas cuadradas. Concuerdan en la misma medida los griegos diziendo que no han de ser más hondos que dos pies y medio, o más anchos que dos, y algunas vezes6 menos hondos que pie y medio, porque en el suelo húmido llegan cerca del agua. Catón dize7 que si el lugar es acuoso sean de tres pies en ancho hazia la boca y en lo baxo de un palmo y un pie, y de cuatro pies en hondo. Iten que se empiedren o si huviere falta de piedras se allanen con varas verdes de sauzes y, si éstas también faltaren, con sarmientos, de manera que tomen de hondo medio pie.

A mí me parece que se deve añadir de la sobredicha naturaleza de los árboles que se planten más hondos aquellos que apetecen las partes superficiales y someras de la tierra, como el frexno y la oliva. Estos y otros semejantes convendrá plantarse hondos como cuatro pies, pero a los demás bastan tres pies de hondura.

Corta, dize Papirio Cursor,8 capitán general, esta raíz, para espanto del pretor de los prenestinos, pareciéndole ser más seguro cogerse y cosa sin daño raerse las partes desnudas de la tierra. Algunos tienen por mejor que se pongan debaxo piedras redondas, en las cuales se contenga y embeva el agua, lo que no creen acaecer con las llanas, antes ni aun dexar penetrar a la tierra la raíz. En medio destos dos pareceres consiste el de los que mandan que se eche cascajo. El árbol quieren algunos que se trasponga, ni mayor que de tres meses ni menor que de dos; otros, cuando huviere cumplido un año, y Catón, más grueso que de cinco dedos. No dexará él de avisar, si fuera cosa que hiziera al caso, que se señale la corteza la parte del mediodía del cielo para que transferido se ponga hazia los mismos y ya acostumbrados lugares, porque los que estavan hazia el cierzo trasplantados hazia el mediodía no se hiendan, o los que hazia el mediodía trasplantados hazia el cierzo se yelen. Lo cual quieren algunos sean de otra manera en las higueras y vides, mudándolas al contrario porque dizen hazerse desta manera de más espesas hojas, cubrir más su fructo, perderle menos y poderse mejor alcanzar. Y finalmente algunos tienen cuenta con que la llaga de los ramos que se cortan de las puntas mire hazia mediodía: no entiendo que se oponen a las hendeduras del demasiado vapor; yo, a la verdad, más querría que esto mirase a la quintaa u octavab hora del día. Tampoco se sabe que no se debe tener en poco que las raízes se sequen con la tardanzac o que, corriendo el viento de la parte norte o de aquella parte del cielo hasta el oriente brumal, socave los árboles o a lo menos se descubran a estos vientos sus raízes, por lo cual acontece algunas vezes que se pierdan y sequen, no entendiendo la causa los labradores.

Catón condena todos los vientos y también las aguas por el tiempo en que se trasponen, contra lo cual aprovecha que se saque apegada a las raízes mucha tierra de aquella en que se huvieren criado, y que se recojan todas con el césped a la redonda como mande Catón; por esta causa, que se transfieran en cestos sin dubda ninguna con grande provecho y utilidad. El mismo se contentó con que se le pusiese debaxo la tierra de encima.

Algunos afirman que poniendo una piedra debaxo de las posturas de los granados no se abren en su árbol las granadas, y que es mejor que se pongan las raízes encorvadas y la misma planta de manera que quede de medio a medio del hoyo. Dizen llevar muy presto higos la higuera que se planta en la cebolla que llamamos albarrana y, éstos, no aparejados a comerse del gusano. De la cual enfermedad carecerán los otros fructos que desta manera se sembrare. En lo demás, ¿quién dubdara que se ha de tener grande cuidado que las raízes vayan tan sanas y enteras que parezca haver sido quitadas y no arrancadas? Por lo cual pasaremos también por otras cosas desta manera confesadas y notorias a todos, como es que la tierra se condense y apriete con pisones o mazos a la redonda de la raíz, lo cual Catón piensa ser lo principal en esta cosa, mandando que la herida se únete desde el tronco con estiércol y se ate con hojas.



a. Once de la mañana.

b. Dos de la tarde.

c. En trasplantar.



EL INTERPRETE


1(En surco que llaman novenario). Por ventura por tener como Plinio dize tres pies en hondo y tres pies en ancho a la una parte y a la otra, de donde se ve no tomarse siempre acerca de los latinos surco por todo lo arado, o por el que haze la rexa cuando se ara la haza, sino también por cierta manera de álveo o cavidad donde algunas especies de árboles se colocan y plantan. 2(Tres pies de tierra por todas partes). Según se parece en esta figura. 3(En los lugares llanos y campestres). Porque éstos son de su naturaleza más húmidos y de mayor fertilidad, y ansí se tienden más las raízes y tienen menos necesidad de ayudarse los unos a los otros con su espeseza y sombra. 4(Los álamos). Hase de advertir que ulmus es el que llamamos vulgarmente olmo o álamo negro y populus alba el álamo blanco y populus nigra el chopo. 5(El orden quincuncial). Plantar vides por orden quincuncial es plantarlas en forma de medios decuses. El decusis es una X nuestra, y el quincunce o sumital es nuestra Y. Ansí que plantar por orden quincuncial es lo que hazen en el reino de Toledo y en otras partes de Hespaña en las que propiamente llaman majuelos, porque suelen por la mayor parte llamar viña la que está puesta sin orden o la que, aunque la haya tenido, por las marras y cepas que se han repuesto por ataquizas u otra cualquier manera, sin orden, está del todo desordenada, según se ve en la figura presente donde por cualquiera parte que se mire se ven ringleras derechas ordenadas y agradables a la vista.

6(Y algunas vezes). Leo non nunquam y no usquam. 7(Catón dize). Las palabras de Catón en el capítulo XLIII son éstas: sulcos, si locus aquosus erit, alveatos esse oportet. Latos summos pedes tres, altos pedes quatuor, infimum latum pedem unum et palmum. Eos lapide circunsternito. Si lapis non erit perticis salignis vincibus quoque versus collatis consternito. Si pertica non erit, sarmentis colligatis. Postea scrobes similime modo facit latos pedestres scilicet, altos pedes quatuor. De las cuales palabras de Catón, a quien Plinio allega al presente, se ve clara la depravación y vicio deste lugar, pues dize sententia diversa, la cual podrá quien quiera, por este texto, castigar, donde tampoco se hallan las que se siguen: Ita ut in altitudinem semi pedem trahantur. Ni aun sabemos tampoco si son de nuestro autor. 8(Corta, dize Papirio Cursor). Palabras son de Tito Livio en el libro nono Ab urbe condita, traídas aquí no sé a qué propósito.



TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2