CAPITULO IX


Del uso de la ceniza, del estiércol y qué simientes hagan más fértil la tierra y cuáles la quemen y abrasen


Agrada en tanta manera a los de Lombardía el uso de la ceniza que la anteponen al estiércol de las bestias, el cual queman por ser livianísimo, pero no usan de ambas a dos cosas juntas en una misma haza, ni en las arboledas de la ceniza o (como diximos) en ciertas mieses. Algunos creen mantenerse también de él las uvas, y ansí las hinchan, cuando van cresciendo, de ello y lo desparzen a las raizes y árboles, que es cierto madurar con ello más aína en la Provenza la uva y ser en aquella tierra más provechoso el polvo que el sol.

Muchas diferencias hay de estiércol y no es moderno, antes muy antiguo, su uso. En Homero se halla que Alcínoo, viejo rey, engrasó desta manera e hizo fértil, por sus proprias manos, el campo. Del rey Augeas se dize que lo inventó en Grecia, y de Hércules que lo divulgó en Italia, la cual atribuye inmortalidad por esa invención a su rey Stercucio, hijo de Fauno. M. Varrón dize ser el mejor estiércol,1 de todos los que son provechosos a la uva, el de los zorzales, tomado en los lugares donde los engordan y crían, el cual engrandece para el pasto de los bueyes y puercos, afirmando no haver mantenimiento que más presto los engorde. Puédese tener buena esperanza de las costumbres de nuestros tiempos si es ansí que los antepasados criaron tantas aves que pudiesen estercolarse los campos con su vasura. El estiércol que en más estima {tiene} Columella es el de las palomas, y después el de las gallinas, condenado el de las aves aquáticas. Los demás autores, con unánime parecer, convocan principalmente para esta dificultad la hez de los mantenimientos humanos. Otros prefieren su orina, después de haver estado en las tinas de los curtidores con la corambre; otros sin ese beneficio, pero mezclándole agua en más cantidad que cuando se beve, porque les parece que deve aguarse más después de havérsele allegado el hedor del vino puro en el cuerpo del hombre. Esto es sobre lo que contienden las gentes entre sí para mantener también a la misma tierra. Tras esto, alavan la suziedad de los puercos, la cual sólo Columella reprueva. Otros la de cualquiera bestia de cuatro pies que huviere apascentado de cytiso. Algunos prefieren el estiércol de las palomas. A éste dizen seguirse el de las ovejas, luego el de los bueyes y últimamente el de las bestias de carguío.

Estas fueron, entre los antiguos, las diferencias y juntamente los preceptos (que yo sepa) del uso de cosas semejantes, porque en esto es también más provechosa la antigüedad, y aun se ha visto en algunas provincias del pueblo romano, abundando en gran manera las crías de los ganados, a crivarse encima a modo de harina, mudado el hedor y parecer con la fuerza del tiempo cierta cosa aún agradable.

De poco acá se ha entendido ser conven lentísima a las olivas la ceniza de los hornos de la cal. Varrón añade a sus preceptos haverse de mantener los panes del estiércol que hazen los cavallos,2 por ser muy liviano, y los prados de otro más pesado, el cual se haga de cevada y engendra mucha hierba. Algunos prefieren el de las bestias de carga aun al de los bueyes y al de las cabras el de las ovejas,3 y a todos el de los asnos, porque comen muy despacio, pero el uso muestra ser al contrario lo uno y lo otro.

Todos tienen por muy llano no haver cosa más provechosa que los atramuzes, primero que echen sus vainas, volcados con el arado o con el azadón o soterradas manadas de ellos después de segados a par de las raízes de los árboles y vides. También, donde acaso no hay ganado, dizen que bastan a estercolar las pajas del trigo o el helécho. Enseñando Catón que se haga el estiércol, cuenta “el stramento,4 quiero dezir atramuzes, pajas, vástagos de havas y hojas de quexigo o de enzina. De las mieses arrancarás los yezgos, cegutas, la hierba nacida en los sauzedales5 y las ovas, y harás dello camas a las ovejas y ansimismo de las hojas podridas. Si la viña se enflaqueciere quemarás sus mismos sarmientos6 y desparzirlos has allí con el arado. Embiarás también al lugar donde has de sembrar trigo las ovejas”.

Dize más: “apascentarse la tierra de algunos sembrados porque sirven de estiércol a los panes, las mieses, atramuzes, havas y arvejas. Como por el contrario los garvanzos, a causa de arrancarse y ser salados. Iten la cevada, alholbas y yeros queman7 las mieses y, aliende de éstas, todas las demás que se arrancan. No pongas pepitas entre los panes”.

Vergilio cree quemarse las mieses con el lino y también con la avena y dormideras, y manda echar a pudrir el estiércol en lugares descubiertos, con cóncavos, y aparejados a recebir el agua, cubiertos con pajas porque no se sequen con el sol, hincado un palo de roble para que no se críen en ellos serpientes. Mucho importa mezclar estiércol con la tierra, corriendo favonio o gállego, y siendo seca la luna.8 Esto toman algunos mal, tiniendo por entendido que se ha de hazer desde que nace este viento y en el mes de hebrero solamente, como lo pidan algunos sembrados en otros meses. En cualquiera tiempo que queremos hazerlo se deve procurar que sea corriendo el viento de la parte del poniente equinoctial y menguando y siendo seca la luna, porque se augmenta admirablemente la fertilidad si se tiene cuenta con lo sobredicho.



EL INTERPRETE


1(Ser el mejor estiércol). Porque leo primum, no proximum, de Columella en el capítulo XV de su libro segundo, donde dize haver tres linages de estiércol principales: de las aves, de los hombres y de los ganados. El principal de las aves es el de las palomas; tras éste, el de las gallinas y de las demás aves, sacadas las aquáticas como son anades y gansos. 2(Del estiércol que hazen los cavallos). Las palabras de Varrón, al cual Plinio en esta parte allega, son en el capítulo XXXVIII del libro primero éstas: Minime bonum equinum in segetes, in prata vero vel optimum. De do parece afirmar no ser bueno para las mieses, que es precepto contrario al que Plinio en las referidas palabras entendió, si no leyó este texto de otra manera. 3(El de las ovejas). Algunos códices tienen el de los puercos. 4(Stramento). Tallos eran secos de diversas hierbas sobre que hazían sus lechos y camas como los hazen hoy sobre atocha, paja y xergas, embutidas dello los que no tienen plumas, lana y colchones. 5(En los sauzedales). Catón no dize salicta sino sata o sembrados.

6(Quemará sus mismos sarmientos). Catón dize: “cortarás menudamente sus sarmientos”. 7(Queman). Catón dize exugunt, no exurunt, que chupan y roban la substancia y humor. 8(Y siendo seca la luna). Catón no dize sitiente, sino silente, que es cuando está en conjunctión.



TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2