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CAPITULO XXXIX


Del lárix, pinavete, sapino y todos los otros árboles que se cortan


Tiene el lárix su hembra que los griegos nombran aegida, de color de miel. Hállase ser inmortal su madera para las tablillas de los pintores y que no está sujeta a hendeduras. Es cercana al corazón y llaman los griegos leuson, en el pinavete.

Es, ansimismo, la parte del cedro que está cercana al tuétano o corazón, durísima, como los huesos en el cuerpo, raiéndole la ligamaza. También se dize ser lo interior del saúco de firmeza admirable, y ansí los que hazen de él venablos le prefieren a todos porque consta de cuero y de huesos.

Los que se han de descortezar, y son rollizos,1 para gastar en los templos o en otras cosas de uso redondo, se han de cortar cuando brotan, porque de otra manera no se les puede quitar la corteza, y náceles carcoma debaxo y negreguea su madera. Las vides de aquellos cuya corteza se quita con hachas desde la bruma hasta el tiempo en que corre favonio, o si nos fuere forzado hazerlo antes cuando se pone el Arcturo y antes de él, cuando las Fidículas,2 y los postreros de todo por el solsticio; los días de estas estrellas se dirán en sus lugares.

Al vulgo le paresce que basta mirar que los árboles que se han de labrar de la azuela no se corten antes que produzcan sus fructos. El roble que se corta por el verano se carcome y el que en la bruma, ni se hiende ni se encorva, siendo de otra manera subjeto a torcerse y a henderse, y esto acontece al alcornoque puesto caso que se corte en buena época. Importa infinito el tiempo de la luna y no quieren se corten los árboles si no es desde la vizésima hasta la trizésima. Todos convienen en que se cortan con grande provecho en su coito o conjunction, el cual día unos llaman interlunio y otros el silencio de la luna, y desta manera determinó Tiberio Caésar, cuando se quemó la puente de los juegos navales, se cortasen en Rhetia las lárices para tornarla a restituir.

Otros dizen que esté la luna en conjunción debaxo de la Tierra, lo cual no puede ser sino de noche. Pero si concurre la conjunción con el postrero día de la bruma, que será eterna la madera y después la que se cortare con las sobredichas estrellas. Algunos añaden también el nacimiento de la Canícula, diziendo haverse cortado en este tiempo para el foro de Augusto.

No son los árboles muy nuevos, o los muy viejos, para madera muy provechosos. Algunos los dexan descubiertos hasta el corazón, no fuera de propósito para que se les corra la humidad estando enhiestos. De admirar es de haver navegado en tiempo de los antiguos, en la primera guerra africana, la flota del emperador Vitellio, al sexagésimo día que fue cortada del árbol, y escrive Lucio Pisón haverse hecho contra el rey Hierón 220 navios en 45 días. Y en la segunda guerra africana navegó la armada de Scipión 40 días después de haverse cortado. Tanto haze al caso la buena razón en la prisa arrebatada.a

Catón, varón sumo en todo uso entre los hombres, añade lo que se sigue de las maderas. “Harás prensas de sapino negro, principalmente. Cuando desenterrares la madera del olmo, pino, nogal o de otro cualquiera árbol, sácala en menguante, después del mediodía y sin viento ábrego. Entonces estará de sazón, cuando su simiente estuviere madura. Guárdate no la saques o labres haviendo caído rozío.” Y dize luego: “No toques la madera sino cuando la luna estuviere {en los primeros cuartos} o en conjunción. Entonces no la desentierres o cortes de la tierra. En los cuatro días cercanos a la oposición se saca muy bien. Guárdate totalmente de labrar la madera, cortarla o tocarla si no estuviere seca y no helada o llena de rozío”.

El mismo Tiberio tuvo cuenta con las conjunctiones para quitarse el cabello. Marco Varrón mandó que, para cortar los cabellos que se pelan, se tuviese cuenta con la oposición.

Cortada la lárix, y más el pinavete, destila mucho tiempo liquor, y éstos son los más altos y derechos de todos los árboles. Estímase el pinavete, por razón de ser liviano, para los másteles y antenas de los navios. Común es a éstos y al pino tener partidos en cuatro partes3 los discursos de las venas, o en dos, o del todo simples. Córtase con facilidad el corazón para las obras primas de los carpinteros. Tienen la mejor madera de todos los partidos en cuatro partes y más blanda que el resto de los demás.

Los experimentados entienden luego, en la corteza, la cualidad de la madera. La parte cercana a tierra del pinavete es sin ñudos. Esta se descorteza remojada de la manera que diximos, en el río, y ansí se llama sapino, y la parte alta, ñudosa y más dura, fusterna. Y aún en unos mismos árboles son más robustas las partes descubiertas al cierzo, y generalmente peores las de los lugares húmedos y sombríos, y más espesas y durables las de los lugares abrigados, y de aquí es que en Roma prefieren el pinavete que llaman infernas al que se dize supernas. Hay también en éstos diferencias según las regiones de las gentes, y ansí son más alabados los que se crían en los Alpes y Apenino, en Francia en el Jura y en los montes Vosgos. Iten en Córcega, Bithinia, Ponto y Macedonia y peores los neáticos y arcádicos, y los peores de todos los parnásicos y euboicos, porque son allí ramosos y torcidos y que fácilmente se podrecen.

Pero el cedro es en Candía, Syria y Africa excelentísimo. Untadas las maderas con azeite de cedro ni forman polilla ni se carcomen. El enebro es de la misma virtud que el cedro. Es éste grandísimo en Hespaña, y sus bayas de principal tamaño. Su corazón es dondequiera más mazizo que el mismo cedro.

Yizio es común a todos los árboles lo que llaman spiras, que es cuando se arrebuelben y confunden sus venas y ñudos, y aun se hallan en algunos centros, ni más ni menos que en el mármol, que son unas durezas semejantes a clavos, enemigas de las sierras, y aún algunas acontecen acaso abrazada alguna piedra recebida en el cuerpo o un ramo de otro árbol.

Permaneció mucho tiempo un azebuche en la plaza de Megaris, donde havían los varones fuertes colgado sus armas y ocultádolas largo tiempo con el ámbito de la corteza. Y fue el hado o significación de la ruina de la ciudad, avisando el oráculo de la ciudad que cuando aquel árbol pariese armas sería asolada, lo cual aconteció cortándole, porque se hallaron yelmos y grevas en él. Dícese que las piedras halladas desta manera son remedio para estorbar que no se malpara.



EL INTERPRETE


1(Los que son rollizos). Leo et teretes, no ut teretes, de Theophrasto. 2(Las Fidículas). Nacen éstas hoy en 40 grados de latitud, a 25 de octubre, y pénense a 9 de noviembre. Y nacían en tiempo de Ptolomeo, en Roma, según la longitud que nos dexó escripto que en su tiempo tenían, que fue 32 años después de Plinio, a 11 de octubre y poníase a otros tantos días de hebrero. 3 (En cuatro partes). Véase el capítulo IX del libro segundo de Vitruvio.





TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2