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CAPITULO XXXVI


De las cañas del agua y otras matas


Entre las palmas que aman lugares fríos sera bien se tracten las matas aquaticas, de las cuales son las más principales las cañas, necesarias, según se entiende por experiencia, de la guerra y de la paz y agora dables en los regalos. Cubren los pueblos septentrionales las casas con ellas y duran muchos siglos sus altas techumbres, y en el resto del mundo hazen con ellas bóvedas1 muy livianas. Sirven a las cartas, principalmente las egipcias, haziéndose dellas plumas, con cierto parentesco del papel, pero las más aprovadas son las gnidias y las que nacen en Asia a par del lago Anaitico. Tienen las de nuestra tierra naturaleza más fungosa, con una ternilla embevedora de lo que se le allega que se seca por de dentro, con cierta concavidad, y por encima con una manera de madero delgado, que se hiende con facilidad, y son ñudosas, con una punta siempre muy aguda.

En lo demás, levántase su delgadeza con ñudos a trechos y liso remate en su mayor altura, y con cabelladura gruesa de su panoja, la cual no es sin provecho, porque ablanda en lugar de pluma las camas de los mesoneros, o cuando se endurece con callo más pegajoso, según que acontece en la Galia Bélgica, majada y puesta entre las puntas de los navios, consolida unas maderas con otras. Porque las pega mejor que el engrudo e hincha las hendiduras más seguramente que la pez.

Hazen los de Oriente sus guerras con cañas, añadidas unas puntas muy peligrosas a causa de un modo de anzuelo que les ponen, que no las dexan soltar después de una vez enclavadas. Apresuran la muerte que con ellas dan emplumándolas, y házese de una caña quebrada en las llagas, otra. Con éstas obscurecen al mismo sol y a esta causa principalmente desean días serenos y aborrescen vientos y aguas,2 lo que les constriñen a tener paz y si alguno contare con diligencia los aethíopes, aegipcios, árabes, indios, scythas, bactros, tantas gentes sármatas y del Oriente y todos los reinos de los parthos, hallará que vive casi la mitad de los hombres vencida con cañas.

Precipitó el uso de éstas principalmente a los guerreadores cretenses. Pero en éstas ni más ni menos que en todas las otras cosas ha vencido Italia, pues no hay cañas más excelentes para saetas que las que nacen en el Rheno, río de Bologna, porque tiene mucha médula y un peso muy ligero y cierto nivel que resiste a los vientos; no son tan buenas las bélgicas. Son también excelentes las mejores de Candía, aunque se les prefieren las índicas, la naturaleza de las cuales paresce a algunos diversa porque sirven también de lanzas añadiéndoles puntas.

Tienen las cañas índicas grandeza de árboles, cuales se ven hoy en los templos. Escriven los indios diferir entre éstas, de los machos, las hembras, teniendo los machos el cuerpo más espeso y más capaz las hembras, y sirve en lugar de navio cada uno, si lo queremos creer, de sus cañutos. Nacen principalmente acerca del río Acesine y salen muchas cañas3 de cada una de las raízes, y cortadas tornan a crescer con mayor fertilidad.

Es la raíz naturalmente de vida porfiada y también ñudosa, y las hojas, de solas las índicas, cortas, las cuales naciendo en todas universalmente del ñudo las cercan con unas telas delgadas y dexan de vestirlas cuando más se embuelven desde la mitad del cañuto, acostándose hazia abaxo.

Tienen dos concavidades redondas que representan sobre los ñudos dos como ingres, una de la vanda derecha y otra del ñudo más alto por la izquierda, trastocadamente. Salen de ahí algunas vezes los ramos que son unas cañas delgadas. Hay dellas muchas especies, porque unas son más mazizas y espesas en sus ñudos, con cañutos cortos, y otras más ralas con mayores cañutos, que también son más delgadas. Unas son del todo cóncavas: se llaman syringas, muy provechosas para gaitas por carecer totalmente de ternilla y de carne. El orchomeno es horadado por toda su longitud y llámanle aulético. Este es mejor para las flautas y aquélla para las gaitas. Hay otras de más grueso madero y agujero más delgado. Hinche éste del todo un tuétano hongoso.

Unas son más cortas, otras más largas, más delgadas o más gruesas. Es muy ramosa la que llaman dónax o caña vulgar, la cual no nace sino en lugares aquosos, porque también hay aquesta diferencia, a quien se prefiere en gran manera la caña que se cría en lugares secos.

Tiene, según que diximos su género, el cálamo, de que se hazen saetas, y el crético, con sus muy largos cañutos, el cual calentado se puede doblar hazia donde quisieren. Hazen también diferencias sus hojas, no sólo por su muchedumbre, pero por razón de su fuerza y color. Tiénenlas {abigarradas} las lacónicas y por la parte baxa más espesas, cuales creen criarse totalmente en los estanques, diferentes de las de los ríos y que se cubren de unas túnicas largas, las cuales la visten, subiendo más espaciosamente desde el ñudo. Hay otras cañas atravesadas que no crescen en alto, antes se derraman a manera de matas junto a la tierra, con terneza suavísima a los animales, llamadas de algunos elegías.

Hay en Italia la que llaman por nombre adarca,4 nacida de la corteza de la caña palustre, provechosísima para los dientes porque tiene la misma fuerza que la mostaza. La admiración antigua nos constriñe a hablar más de propósito de los cañales del lago Orchomenio. Ya llamavan charadas las que eran más gruesas y más rezias, y plotias otras más subtiles; éstas nacen en las ínsulas que se andan ondeando, y aquéllas en las riberas de un lago espacioso.

La tercera caña es del cálamo de que se hazen las flautas dichas tibias, que llamavan auléntica {sic}. Esta nacía el año nono porque el lago también hazla por este espacio de tiempo sus crescimientos {y era de mal augurio cuando se desbordaba a los} dos años, lo cual se notó en la batalla infelice de los athenienses acerca de Cheronea, y aun acerca de Lebadia se nota muchas vezes, cuando entra allí el Cephiso. Luego, cuando dura un año la inundación, crescen en tamaño que se pueden cazar con ellas las aves y llámanse zeugitas, y por el contrario bombicias cuando se recogía más temprano. Son delgadas, con hoja de las hembras más ancha y más blanca, de poco flueco o de ninguno, y señaladas con nombre de los castrados. De aquí se hazían instrumentos para música baxa, con el demás milagro del cuidado que no es justo callar, tanto que se puede perdonar que se tañía ya antes con plata, porque se solían cortar {los cálamos} hasta Antígenes, músico de flauta, usándose todavía la música senzilla, con sazón debaxo de la estrella del Arcturo, y preparadas desta manera comenzavan a servir algunos años después. Y aún entonces se havían de domar con mucho exercicio y enseñarse a las mismas flautas a tañer, comprimiéndose las lengüetas, lo cual era más provechoso a lo que se usava entonces en los theatros.

Después que se introduxo la variedad y la demasía de la música, comenzaron a cortarlas antes de los solsticios y hazerse en tres años provechosas, con lengüetas más abiertas para doblar sus sonidos que de allí hasta hoy se han derivado poco. Pero entonces teníase por cierto haverse de fabricar cada una de su caña, y la que estava junta con la raíz convenir a la flauta izquierda,5 y la que en la cumbre, a la diestra.

Es cosa estraña cuánto se estimen en más las que lava Cephiso. Agora se hazen las de los tuscanos, con que se sacrifica, de box y las de los juegos o fiestas de almez, huesos de asnos y de plata. Es la más excelente, de aquellas con que se cazan las aves, la que se trahe de Panhormo y, de aquellas con que se pesca, la que se trahe de Abaritana, de Africa.

Usase la {caña} de Italia principalmente en las viñas. Catón manda que se siembre en campos húmidos, cavando primero el suelo, dispuestos los ojos con intervallos de tres pies, y sembrando juntamente corruda,a en que se críen espárragos, porque concuerdan en amistad.



a. Del latln corruda, espárrago silvestre.



EL INTERPRETE


1(Hazen con ella sus bóvedas). Lee a Vitruvio en el capítulo tercero del libro séptimo, y a Séneca, libro De beneficiis y al capítulo cuarto del libro XXXIII del mismo Plinio. 2(Aborrecen vientos y aguas). Porque juntando la oscuridad del día llovioso con la que causan sus saetas, estorva el componer de las pazes. 3(Nacen muchas cañas). Otros leen este texto ansí: Arundo omnis vivax atque et exusta fecundius aindius resurgit radicis natura ex una stirpe numerosa geniculata et ipsa. Y esto del capítulo undécimo del libro cuarto de Theophrasto. 4(Adarca). Leo: Est et in Italia nascens adarca nomine palustris ex cortice tum, lo cual escusa a Plinio del error que algunos le imputan diziendo que confundió la adarca con las cañas, la cual adarca no es sino una manera de sal cuajada que se haze en lugares húmidos y palustres con la sequedad pegada a las cañas y hierba, semejante en color a la flor de la piedra asía, y en toda su forma cercana al blando y algo cóncavo alcionio, según lo refiere Dioscórides. Y esta castigación se entiende ser el ánimo de Plinio por lo que él mismo dize en el capítulo XII del libro treinta y dos, donde la llama también calamógeno, y refiere della lo que yo al presente interpreto. No es ésta la que llaman en Italia palla marina, según lo han algunos pensado, porque ésta antes es la que Galeno llamó σφαιϱάγος o pilam marinam. 5(A la flauta izquierda). De la flauta destra e izquierda hazen mención muchos autores, mayormente Festo Pompeyo, M. Varrón y Apuleyo, y, aunque declaran algo de su naturaleza y uso, no lo dan del todo a entender, como podrá verse leídos estos autores.

Advierta últimamente el lector haver sido tibia y fístula diversos instrumentos, y calamus y arundo haver tenido alguna diferencia, aunque no guardada todas vezes en los autores. Con todo lo cual confieso haver quedado algunas cosas en este texto o no tan claras como conviniera por no tenerse noticia de todo lo que en él haze mención, o por vizio de los códices no tan desmarañadas y entendidas.

Al tiempo que esto escrivía vi en la Armería de Philippo Segundo, señor nuestro, cañas índicas de admirable groseza y otras mazizas y largas, aptas para lanzas, arneses extraños, de materia de plantas y entre otras armas extrañas ansí por los que dellas usaron como por su lavor y fortaleza una manera de zerbatana que se tira con el aliento una saeta delgada con tanta violencia que, careciendo de hierro, podrá pasar una coraza.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2