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CAPITULO XXXII


De los árboles monstruosos y de cuántas maneras nacen espontáneamente, que no todos nacen en todas partes y cuáles no nacen en otro cabo


Hallamos en los exemplos haverse caído muchos árboles sin tempestad y otra cosa alguna más que espantosa demostración, y haverse tornado espontáneamente a levantar. Acaezió una cosa como aquésta al pueblo romano y a sus ciudadanos al tiempo de las guerras cymbricas, en Nucera, en el bosque de Juno, restituyéndose sin ayuda alguna un olmo, después de haverle cortado la parte más alta, porque caía sobre el altar, de tal manera que luego floreció y desde entonces tornó a levantarse la magestad del pueblo romano, haviendo sido primero prostrada, con estragos y desventuras.

Cuéntase haver acaescido esto mismo en los Philippos a un sauze caído y destroncado, y a un álamo blanco en el museo o escuelas de Stagiris, todo con próspero agüero. Pero lo más admirable fue un plátano de Antandro, el cual, después de haverle labrado los lados, se enderezó repentinamente y bolvió a vivir, de largo de 15 cobdos y grueso de cuatro brazadas.

Los árboles que devemos a Naturaleza nacen de tres maneras: spontáneamente, de raíz o de simiente. Lo que toca a la lavor es cosa más larga y a esta causa lo dilataremos hasta su volumen, porque agora solamente se tracta de la naturaleza de los árboles, digna de memoria por muchas y admirables maneras, que ya enseñamos no nacer todas las cosas o vivir trasplantadas en todos lugares, lo cual aconteze unas vezes por enfado, otras por contumacia y muchas por flaqueza de lo que se traspone; unas por la humidad del cielo y otras por la repugnancia del suelo. Enfádase el bálsamo de nacer en otra parte más de la en que diximos que nace; el cidro de llevar en otro cabo, y de nacer donde quiera la palma o nacida producir fructo, o después de aprometido o mostrado criar lo que produjo contra su voluntad. No tiene facultad la mata del cinamo1 de pasarse a los lugares cercanos a Syria, ni sufren las delicias del amomo y del nardo peregrinar en navios de la India o Arabia porque ya lo intentó el rey de Seleuco.

Lo que parece más digno de admiración es que muchas vezes se alcanza de los árboles que vivan y pasen a otra parte y otras se acaba con el suelo que sustente los árboles agenos y mantenga los advenedizos y extranjeros, y que el cielo o aire en ninguna manera lo consienta. Vive en Italia el árbol de la pimienta y el de la canela también en la región septentrional y vivió en Lydia el del encienso, pero ¿qué es de los soles que les consumen todo el zumo y cuezan la lágrima? Es lo segundo de espantar, mudarse Naturaleza en unos mismos lugares y criarse árboles de diversa cualidad.2 Havía concedido el cedro a regiones muy cálidas y nacen ya en los montes de Lycia y de Phrygia. Havía hecho enemigo al frío del laurel y ya no hay otro más copioso árbol en el monte Olympo. Trabaxó el rey Mitrídates, y todos los de la tierra, de tener el laurel y arraihán por causa de las contiendas sagradas en la ciudad de Panticapea, acerca del Bósphoro Thracio, y no pudieron, aunque sea ansí que se crían allí en abundancia otros árboles que aman la templanza, como son granados e higueras y ya manzanos y perales muy excelentes y en la misma región no nacen pinos, pinavetes y piceas, árboles fríos. Pero ¿qué necesidad hay de ir al Ponto? A par de Roma nacen castaños y cerezos con grande dificultad, y duraznos en el Thusculano y se enxeren los almendros con pesadumbre, estando Terracina llena dellos.



EL INTERPRETE


1(El cinamo). Acude al capítulo XIX del libro doce. Las demás palabras de plantas o de lugares hallarás en las partes a ellas proprias deste libro donde están otra vez repetidas por Plinio y en los comentarios declaradas. 2(De diversa cualidad). Esto es: pro indiviso valere. Conviene a saber, como fuesen proprios a algunas tierras hazerse a partes contrarias comunes.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2