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CAPITULO XXXI


De los ramos, cortezas y raízes de los árboles


Despárzense algunos árboles, luego, en ramos, como los manzanos; otros tienen la corteza delgada, como el laurel y teja; otros gruesa, como el roble; otros lisa, como el manzano e higuera. La misma es áspera en el roble y en la palma y en todos, a la vez, más arrugada.

En unos se rompe de suyo, como en la vid, en otros se cae, como en el manzano y madroño. Unos la tienen carnosa, como el alcornoque y álamo, otros membranosa como la vid y caña, otros a modo de la que llaman los latinos libro,1 como el cerezo, otros de muchas túnicas, como la vid, teja y pinavete, y otros senzilla, como las cañas e higueras, robles y plátanos.

También es grande la diversidad de las raízes, porque las tienen muy copiosas la higuera, roble y plátano. El manzano, cortas y angostas; una sola, el pinavete y lárix, porque estrivan en una sola raíz, muy pequeña y desparzida hazia los lados. Gruesas y desiguales el laurel y la oliva, que las tiene también ramosas, y carnosas el roble. Echan éstos sus raízes hazia lo hondo y, si creemos a Virgilio, el ésculo en alto, con las olivas, manzanos y acipreses.

Unos las echan derechas, como los laureles y olivos, otros tuertas, como las higueras, y aun hay árboles que hazen cierta manera de cabellos, como el pinavete y muchos de los silvestres, de los cuales quitando los rústicos hilos muy delgados, enredan sus barriles preciados y otros vasos.

Algunos afirman no se profundizan más las raízes de lo que puede alcanzar a calentar el calor del sol, y que esto se varía según la naturaleza del lugar más delicado y más grueso, lo cual tengo ser falso, por hallarse acerca de los autores que un pinavete que traspusieron fue visto tener la raíz de largo de ocho cobdos, con no ser arrancada toda, sino rompida. También es muy grande la del cedro, en espacio y plenitud, y después la del plátano, roble y árboles glandíferos.

La raíz de algunos es de más vida en la superficie, como la del laurel y ansí cuando se seca, cortado por el tronco, echa más abundantemente ramos.

Algunos creen envejezerse los árboles más aína por tener más cortas las raízes, pero muestran ser esto falso las higueras cuyas raízes son muy largas y la vejez prestísima. También tengo por falso lo que algunos escriven: que las raízes de los árboles se hazen menores con la vejez, porque se ha visto una enzina de muchos años, arrancada con fuerza de tempestad, que abrazava con sus raízes espacio de una obrada de tierra.

Vulgar cosa es enderezarse después de postradas y revivir consolidándose la tierra y aun esto muy ordinario en los plátanos, los cuales son en grande manera combatidos de los vientos a causa de la espeseza de sus ramos, porque cortados éstos y descargados de semejante pesadumbre, los buelven a enderezar en su hoyo. Y se ha hecho esto mismo en nogales, olivas y otros muchos árboles.



EL INTERPRETE


1(Libro). Es la parte de la corteza más delgada y más cercana al cuerpo del árbol.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2