CAPITULO XXVIII


De los zumos de las fructas, árboles, colores y olores. Iten de {su} naturaleza, de las que llaman los latinos poma1 y lores de las fructas


Ansí que, de los zumos, le tienen vinoso la pera, moral y arrahián y menos (cosa cierto de maravillar) las uvas; graso, la oliva, laurel, nogal y almendro; dulce, las uvas, higos y dátiles, y aguanosos las ciruelas. No es menor la diferencia que hay en el color del zumo, porque en las moras, cerezas domésticas y silvestres y uvas negras, es negro. El mismo es, en las blancas, blanco, y en el pezón de los higos, lechar, no siéndolo en el resto del cuerpo. Espumoso en las manzanas, y ninguno en el género de los pérsicos, como abunden principalmente en zumo los que el vulgo llama duraznos, pero ¿quién dirá que tiene color alguno?

Hay ansimismo en el olor sus maravillas. Las manzanas le tienen agudo; el género de los pérsicos dexativo, y las cosas dulces ninguno. Porque el vino dulce no tiene olor y es el delgado más oloroso y llega a las narizes más presto que el graso. No son las cosas olorosas por fuerza agradables al gusto, ni anda siempre junto el olor con el sabor. De donde es que las cidras son de olor muy agudo y de sabor áspero, y aun de cierta manera también los membrillos, y los higos carescen de olor. Y esto baste haver dicho de los géneros y especies de las fructas.

Agora será bien recoger, en breve, sus naturalezas, porque unas de ellas se engendran en forma de vainas que son dulces, y la simiente que dentro de sí tienen amarga, la cual, como en muchas cosas sea agradable, en las silicuas o vainas se reprueba. Otras son bayas, de las cuales lo de dentro es cuexco y carne lo de fuera, según se ve en las azeitunas y cerezas. De otras, lo de dentro es baya y lo de fuera cáxcara como las que diximos engéndranse en Egipto. La misma naturaleza que tienen las bayas, tienen los pomos. También de otras lo de dentro es cuerpo y lo de fuera cáxcara, como en las nuezes. En otras, lo de dentro es cuexco y lo de fuera cuerpo, como en el género de los duraznos y ciruelas, do está lo que es sin provecho rodeado de lo útil y provechoso, como en otras está lo provechoso cercado de lo que se desecha. Cúbrense las nuezes de cáxcara dura, las castañas de una manera de cuero, el cual se arroja en éstas y se come en los nísperos. Las bellotas se cubren de costra; las uvas de hollejo; de cáxcara y tela las granadas. Las moras tienen carne y zumo, y cuero y zumo las cerezas. Unas se apartan luego del cuexco, como las nuezes y dátiles, y otras están apegadas como las azeitunas y bayas de laurel. Algunas tienen ambas naturalezas, como el género de los priscos o duraznos, porque en los duraznos está apegada del cuexco la carne sin poderse arrancar, como en los demás se aparte fácilmente. Algunos carescen de cuexco por de fuera y por de dentro, como acontece en un linage de dátiles; en algunos es el cuexco de provecho y en lugar del mismo fructo, como acontece en el género de las almendras, que diximos engendrarse en Egipto.

En algunas se multiplican por de fuera las cortezas, como en las castañas, almendras y nuezes.

La naturaleza de algunas es tres doblada, conviene a saber: cuexco, cuerpo y meollo, según que se ve en el género de los pérsicos. Unas son entre sí espesas, como las uvas y serbas, las cuales, cercando los ramos por todas partes, las doblegan a manera de uvas. Unas son ralas, como en el linage de los duraznos, otras están metidas en el vientre de otra cosa, según que se ve en las granadas. Cuelgan unas de pezones, como las peras; otras de escobajos, como las uvas y dátiles; otras tienen pezones y uvas, como en las yedras y saúcos. Otras están apegadas a los ramos, como en el laurel; otras están de ambas maneras, como las azeitunas, porque son los pezones unas vezes cortos y otras largos, y otras tienen vasos, como las granadas y nísperos y el almez en Egipto y en Euphrates.

Es también diverso lo que se estima en las fructas, porque los dátiles agradan en la carne, los thebaicos en la costra, las uvas y cariotes, especie de dátiles, con el zumo. Con su callo2 las peras y manzanas, y con el cuerpo las manzanas vinosas; las moras con su ternilla, el meollo con su mismo grano. Unas, en Egipto, con el cuero, como los higos secos, el cual se quita a los verdes como cáxcara y aplaze grandemente en los secos. En los juncos marinos, férulas y espina blanca, es el mismo vástago el fructo.

Tienen, ansimismo, palillos los higos; entre las matas las alcaparras, y aun en las algarrovas lo que se come, ¿qué es sino palo?, con propriedad de su simiente digna de contarse, porque ni se puede dezir cuerpo, ni cuexco o ternilla, ni se le ha, hasta agora, puesto algún nombre.



EL INTERPRETE


1(Poma). Abraza esta palabra las fructas de cáxcara blanda y dura y también las pequeñas y prolongadas y ansí difiere de malum o manzana en que mala solamente son las redondas y grandes, sin abrazar las de cáxcara dura si no es cuando añadimos algo, como cuando dezimos malum punicum. 2(Con su callo). Llama a mi parescer callo, no el cuero, como algunos piensan, pues de él haze otro miembro o distinctión, sino el modo del cuerpo de las peras o manzanas, que tienen cierta macicez, semejante a callo, de donde se les da aqueste nombre.





TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2