CAPITULO XXIII

De ocho géneros de castañas

Llamávanse también nuces las castañas, aunque cuadran más al género de las glandes. Tienen éstas cierto baluarte armado con un erizo espinoso, el cual es en las vellotas imperfecto, y es de maravillar estimarse en tan poco lo que naturaleza escondió con tanto cuidado. Están algunas vezes, en un erizo, tres castañas. Su cáxcara es lienta y la tela que está junta con el cuerpo, ansí en éstas como en las nuezes, si ésta no se quita, estraga el sabor. Son asadas más sabrosas de comer. Muélense también y dan cierta semejanza de pan al ayuno1 de las mugeres.

Criáronse lo primero en Cerdeña y, por tanto, las llamaron los griegos hálanos sardianas, porque Tiberio llamó hálanos2 las que se hizieron después, por enxerto, más excelentes.

Agora se hallan muchos linages dellas. Las terentinas son de fácil y no pesado manjar y figura plana. Más redonda es la que llaman balanitis, la cual se monda fácilmente y nace sin plantarla. Es también entre ellas llana y limpia la que dizen salariana, menos tratable que la tarentina, y más estimada la corelliana y la meterana hecha de ella, según que diremos en los enxertos, a la cual haze su corteza bermexa aventajada a las triangulares y populares negras que llaman coctinas. Son las más excelentes las de Taranto y, en Campania, las de Nápoles. Las demás nacieron para engordar puercos, porque aun entre medias de la carne tienen sembradas y entrepuestas cáxcaras, penosas a los que las comen.

EL INTERPRETE

1(Al ayuno). Ayunavan las mugeres en la fiesta de Ceres que era a 15 de julio, como quiere Plutarcho en la vida de Demósthenes, y Galeno, y Dioscórides en el capítulo De vitice. Y en este tiempo, no queriendo comer pan de trigo en honra de esta que ellos tenían por diosa, que lo havía hallado la primera, hazían moler las castañas y comían el pan que se hazía de ellas, y por eso dize Plinio que davan cierta semejanza de pan al ayuno de las mugeres. Esto por ventura no advirtió el que en el códice salmanticense enmendó ingenio por jejunio. 2(Bálanos). Son los que los latinos llaman glandes, que abarcan todo linage de fructas, aunque con más propriedad algunos géneros de ellos, y entre otras las castañas.