CAPITULO XIX


De los cabrahígos y cabrahigar


Cabrahigo se llama, en el género de los silvestres, el higo que nunca se madura, aunque da a los otros lo que él no tiene. Porque es natural el tránsito de las causas, y de las que se pudren se engendra siempre algo.

Nacen dellos, pues, moxquitos. Estos, privados de mantenimiento en la madre por su podrida corrupción, buelan a las higueras, y con las muchas picaduras, quiero dezir con el goloso pasto de los higos, haziéndoles agujeros y entrando desta suerte dentro de ellos, lo primero llevan consigo el sol y meten, abiertas las puertas, el aire amoroso a las fructas. Y luego consumen la leche que es la crudeza o niñez del higo, lo cual también se haze de suyo. Y por esta causa se plantan en los higuerales los cabrahigos según el viento a que están descubiertos, porque lleve los moxquitos que andan bolando a los higos. Y ansí se halló echarlos en los mismos higos, trahiéndolos de otra parte y juntándolos, lo cual no es menester en tierras livianas y descubiertas al cierzo, porque sin otra cosa se enjugan por el asiento del lugar y se maduran resquebrajados, por la misma razón que se maduran con el ayuda de los moxquitos y también donde hay mucho polvo, lo cual acontece estando cerca de algún camino pasajero, porque el polvo tiene fuerza de secar y consumir la leche. Y, ansí el polvo como el cabrahigar, aprovecha también de que no se caigan los higos, consumida aquella tierna humidad de la leche y con cierta flaqueza pesada.

Son tiernos todos los higos al toque; los maduros están llenos de granillos. Cuando se van madurando tienen leche en lugar de zumo y, después de maduros, miel. Arrúganse en su árbol y, envegecidos, destilan una lágrima semejante a goma y pásanse. Es costumbre1 guardar los mejores en caxas, y son los de la ínsula Ibiza los más excelentes y mejores de todos, y luego los marrucinos. Pero cuando hay dellos copia hinchen las urcasa en Asia y las pipas en Ruspina, ciudad de Africa, y sirven de pan y vianda secos, aunque Catón, estableciendo como con ley justa los mantenimientos de los rústicos, manda que se les disminuyan cuando estuvieren los higos maduros. Poco ha2 que se inventó comer las cosas saladas con higos verdes en lugar de queso.

Deste linage son, como diximos, los que llaman los latinos coctana y caricas y los cauneas3 que, pregonándose, tuvo M. Crasso por mal agüero, queriendo entrar en el navio para ir contra los parthos. Todos éstos truxo al campo albense, de Syria, Lucio Vitellio, que fue después censor, siendo en aquella provincia legado en los últimos tiempos de Tiberio Caésar.



a. Tinas de ancho vientre.



EL INTERPRETE


1(Costumbre). Leo mos, y no bonos. 2(Poco ha). Lee el códice toledano esta letra ansí: cum recenti fico salis vice casco vesci maper ex cogitatum est. 3(Cauneas). Porque paresce le amonestavan diziendo: ¡caven eas! que es: ¡Guárdate, no vayas! Cuenta esta historia Cicerón en el segundo De divinatione.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2