CAPITULO XIV



De diversos géneros de manzanas


Hállanse muchos géneros de manzanas. Ya havemos tractado de la cidra, con su árbol, llamada de los griegos médica, con nombre de Media, patria suya.

Son igualmente estrangeras las açufaifasa y los túberesb que no ha tampoco mucho que vinieron a Italia, éstos de Africa y aquéllos de Syria. Sexto Papinio, que conoscimos cónsul, fue el primero que los truxo ambos a dos en los postrimeros tiempos del divino Augusto, sembrados en las cercas de los pueblos, más semejantes a bayas que no a manzanas, pero de principal hermosura en los sobredichos lugares do se plantan, porque ya las selvas se suben a los texados.

Dos linages hay destos túberes: uno blanco y otro que llaman sérico.1 Son casi estrangeras las que llaman lanatas y nacen en solo el campo veronense, de Italia, porque puesto caso que viste este flueco copiosamente también a los membrillos que llaman strútheos y algunos de los duraznos, pero dio a éstas particular nombre por no haver en ellas otra cosa que poderse loar.

Las demás {manzanas} ¿por qué no las enseñaremos nombrándolas, pues han dado perpetua fama a sus inventores, como por algún hecho notable? Y si no me engaño, de aquí se verá el ingenio del enxerir, y que no hay cosa tan pequeña que no dé honra a su inventor, y ansí tienen origen de Macio, Cestio,2 Manlio, y aun de Claudio.3 Aquellos que después que inxirió en ellas membrillos Appio, del linage de los Claudios, se llamaron apianas. Tienen olor4 de membrillos y color bermexo y son tan grandes como las claudianas, y porque nadie piense haver sido éstas famosas por razón del favor del linage generoso e ilustre, sepan que hay otras llamadas sceptianasc de su autor, que fue esclavo, de señalada redondez. Catón añade las quirianas y las scantianas, que dize conservarse en tinajas. Y hanse recebido, las últimas de todas, unas pequeñas, de muy agradable sabor, que llaman petisias; han ennoblecido sus tierras las camerinas y graéculas.

Las demás tienen los nombres de varias cosas, ansí como: las gemelas, de nacer siempre hermanadas y nunca solas en un parto; las séricas, de su color, y de su linage las melapias,d las musteas, de la presteza de su suavidad, y las que agora se llaman melimelas, del sabor meloso; las orbiculadas, de su redondez, y es señal de haver éstas nacido primero en Grecia llamarlas los griegos epiróticas; las ortomastias, de la figura de tetas que tienen, y de la condición de su simiente castrada las que llaman los flamencos spadónicas. A las melefolias sale una hoja, y algunas vezes dos, de en medio de su lado. Arrúganse y marchítanse las panuceas muy presto, y las pulmonías se hinchan a recias.e Hay unas que tienen color de sangre y trahen su principio de enxerto de moral, y todas se paran bermexas de la parte que están descubiertas al sol. Hay otras silvestres, no tan sabrosas, aunque de olor más agudo, y ésta es tacha de las ruines, y que no se maduran con tanta fuerza,f {y} que embotan el agudeza del hierro.g Otras hay que llaman dacas, tenidas casi por las más viles de todas, aunque son las primeras que se maduran y apresuran su cosecha.



a. Ziziphus vulgaris Lmk.

b. Crataegus azarolus L.: acerolo, probablemente.

c. De Scepsis, en Misia.

d. De μηλάπιον, manzana-pera.

e. De manera exagerada.

f. Acidez.

g. Cuyo jugo ataca el hierro de las espadas.



EL INTERPRETE


Diversos géneros conoscemos hoy en sola Hespaña de manzanas, que paresce fuera necesario referir en este lugar si no se llamaran en cada parte de su manera; con todo eso diré algunos. Las mejores de todas son las camuesas, luego las perazas, aunque pecosas y feas, enxertas de las silvestres, que llama el vulgo maellas, y de las domésticas; los peros de eneldo, dichos ansí de su olor, de pezón corto y no grandes; peros de baño, que por el contrario le tiene muy largo y blanco el color. Síguense los peros reales, blancos y colorados; tras ellos, los peros de Oña, verdes, colorados y pecosos. Las manzanas manjagonas y aquellas a quien la semejanza que tienen con los hozicos de los puercos dio nombre. Las xabies, manzanas de paraíso, que son enanas; las que dizen de Nágera, harinosas; las coloradas de San Juan; las silvestres o maellas; piruétanos, que son fructa de los hijos de las raízes de los perales, que llaman también guadaperos; peros judíos, que son las mayores manzanas de todas y, finalmente, las hojancas.

1(Sérico). Otros leen cerino. A algunos ha parescido ser estos séricos, acerca de Galeno, nuestras afufaifas y aun acerca de Plinto, pero dado caso que lo primero fuese verdad, lo segundo paresce del texto ser manifiestamente falso, del cual se entiende antes sentir que sean los séricos una de dos especies de túberes distinctos de las agufaifas. 2(Cestio). Otros leen Sextio, de Columela y de un antiguo exemplar {códice}, 3(De Claudio). Otros leen scandio, de Macrobio, Varrón y Columela. 4(Tienen olor). El códice Toledano lee: odor est bis cotoneorum, magnitudo quae scandianis, color rubens.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2