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Libro Decimoquinto


DE LOS ARBOLES FRUTIFEROS Y CULTIVADOS


CAPITULO I


De la naturaleza de los árboles fructíferos


Theophrasto, uno de los autores más famosos de Grecia, en el año de la fundación de Roma de casi 440, dixo no nacer las olivas sino dentro de 40 mil pasos1 del mar. Y Fenestella, que totalmente no las havía en Italia, Hespaña y Africa, reinando Tarquinio Prisco el año de la ciudad de 183, como agora se críen de aquel cabo de los Alpes y en medio de Francia y Hespaña. En el año de 505, siendo cónsules Apio Claudio, nieto del Ciego, y Lucio Junio, cada libra de azeite se vendía por 12 ases2 y, después, en el año de 680, Maro Seyo y Lucio Fulvo, edil curul, dieron al pueblo romano, por un as, diez libras de azeite por todo un año; menos se maravillará desto el que supiere haver proveído Italia {de azeite} a las provincias,3 después del cuarto consulado de Cneyo Pompeyo.

Hesíodo, aquel a quien paresció ser muy necesario que se supiese el agricultura, afirma que el que planta la oliva no llega a gozar de su fructo, tan tardía cosa era entonces, como agora las siembren aun en los jardines y cojan azeitunas el año siguiente de las traspuestas. Fabiano dize no nacer en tierras muy frías o muy cálidas.

Tres diferencias haze dellas Virgilio: orchites, radios, pausias,4 y dize que no tienen necesidad de escamondarse ni de cavarse o de otra alguna lavor, aunque a la verdad (ya que haga mucho al caso el suelo y el cielo) también se escamondan al tiempo que se podan las vides y les es provechoso cavarse.

Lo que de ellas resta por dezir es su cosecha y el artificio mayor de sacar el azeite que el mosto, porque en una misma azeituna hay diversos liquores. El primero es el que se saca de la verde y que aún no ha comenzado a madurar, el cual es de más excelente sabor y, aun de éste, la primera agua de la prensa es la más loada y lo que de ahí en adelante se exprime, encerrada la azeituna en delgados capachos, va descaeciendo en bondad (según que se ha hallado poco ha) lo que se saca. Cuanto está más madura el azeituna, tanto es más graso su liquor y menos sabroso. Y el mejor tiempo de cogerlas para que no se haga el azeite malo, por tener mucho, ni por hazerlo bueno saquen poco, sino que tengan medio, es cuando comienzan a pararse negras, y éstas llaman los romanos drupas,5 y dripetas los griegos. En lo demás, importa mucho si aquella dureza se haze en casa o en su árbol, y si regando el suelo sobre que las ponen, o si tiene el azeituna sólo su zumo {del suelo} sin haverse embevido más que el rocío del cielo.



EL INTERPRETE


1(40 mil pasos). Ansí lo afirma Theophrasto en el capítulo I del libro sexto, de donde se ve no carescer de vizio Columela en el capítulo VI del libro quinto, que tiene 60 mil. 2(Se vendía por 12 ases). Leo: singulae librae duodenis assibus venire {sic}, y valía cada as cuatro maravedís de nuestra moneda. 3(A las provincias). A las regiones conquistadas del pueblo romano y puestas debaxo de su señorío. 4(Orchites, radios y pausias). Las orchites llaman otros orchades. De todas cantó Virgilio: neo pingues unam in facient nascuntur olivae, orchites et radil et amara pausia bacha. Eran las orchites de hechura {de} compañones; las radios, prolongadas, y las pausias tomaron en el nombre de la necesidad que havía de quebrantarlas para que diesen bien el azeite, lo cual no es superfluo avisar a los que carescen de lenguas, junto con otras cosas tan fáciles como aquéstas. 5(Drupas). Qué entienda Plinio ansí por las drupas como por las dripetas y a ello dize, conviene a saber, cuando comienzan a pararse negras. Lo cual también enseña Galeno en el segundo libro De las virtudes de los mantenimientos, y en el sexto De las medicinas simples, a diferencia de las verdes que llaman colimbadas y alemadas, por nadar en la salmuera en que suelen adobarse.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2