De la naturaleza de las vides, y de cuántas maneras llevan
Con razón se contavan las vides entre los árboles acerca de los antiguos, hasta en lo que toca a la grandeza. Vemos en la ciudad llamada Populonio1 una estatua de Júpiter, de una vid, que se ha conservado sin corromperse por tantos siglos. Y una taza en Marsella. En Metaponto2 se edificó el templo de Juno sobre columnas de vides, y aún agora se sube también al de Diana Ephesia por escalas hechas de una vid cipria, según dizen, porque allí crescen notablemente y no hay madera de naturaleza más durable.
Pero creo que estas cosas se hazían de vides silvestres, porque las domésticas, podadas cada año, no pueden venir a tanta grandeza, y toda su fuerza o se llama a los sarmientos, o se retrae a la cepa, procurándose solamente el provecho de su liquor y esto de muchas maneras, según el cielo y el suelo. En Campania las casan con chopos, y abrazadas con ellos, subiendo por sus ramos adelante con viziosos y arrebueltos brazos y ñudoso discurso, igualan su cumbre, las cuales son tan altas que los vendimiadores, conduzidos para aquel peligro, van no pocas vezes desde allí a la sepultura; crecen sin tasa, y no pueden desarrebolverlas, o por mejor dezir arrancarlas.
También le paresció a Valerio Cornelio ser cosa digna de que se escriviese, entre las principales, cercarse las alearías y casas con los sarmientos de una dellas, y también con sus porfiadas correas. En Roma, en los portales de Livia, quita una el sol con sus sombríos enramados a los paseaderos que no tienen otra alguna cobertura, y lleva la misma vid uva que da 18 cántaras y tres azumbres de vino.
Levántanse por todas partes sobre los olmos. Dízese que un legado del rey Pyrrho llamado Cynea, espantado de la altura de una {vid} en la ciudad de Arida,3 dixo graciosamente contra el áspero gusto de su vino que con razón estava la madre ahorcada de tan alto rollo.
En la parte de Italia que está más allá del Po, llámase rumbotino,4 y por otro nombre pópulo, un árbol sobre cuyos ramos tendidos a la redonda discurren las vides, y prolongando los principales sarmientos en su llanura, derraman de allí otras menores por los postreros y enhiestos ramos. Arrímanlas también a estacas de altura de un hombre mediano y hazen viña, y otras con superfluo rastrear, y con la copia de sus pámpanos, por la industria del dueño, hinchen con amplio discurso lo de enmedio de los portales que están delante de las casas;5 tantas diferencias se hallan dellas en sola Italia.
Pasan en algunas provincias sin estacas, recogiendo en sí sus partes, y apascentando con la baxeza su gordura. En otras tierras no permiten esto los vientos, como acontece en Africa y muchas partes de la Provenza, donde no dexándolas pasar de sus pulgares, y estando siempre como renovadas, rastrean a manera de hierbas por los campos y beven a cada paso con sus razimos el xugo de la tierra. Y a esta causa, en las partes que están tierra más adentro de Africa son mayores que niños y aun que mochadlos, y no hay uva en otro cabo más dura,6 de donde pudo venirle que se llamase duracina, porque sus géneros innumerables en grandeza, color, sabor y uvas se multiplican también por razón del vino.
En unos cabos las uvas son moradas, en otros encarnadas y verdes, porque las blancas y negras son ordinarias. Están las bumastas hinchadas a manera de tetas,7 y las que llaman dáctiles tienen las uvas muy largas. Es ansimismo tal el retozo de Naturaleza que se hallan mezcladas, con las grandes, otras pequeñas, blandas y de mayor suavidad, llamadas leptoragas.8 Otras duran colgadas todo el himbierno; otras se conservan en ollas de barro y también encerradas en tinaxas y cercadas de caxea que sude a la redonda. A otras da el humo de los herreros la misma gracia que a los vinos, y a éstas dio la más principal estima en las hornazas de Africa la autoridad de Tiberio, césar. Antes de él se comenzava a comer en las de Sueviaa y del campo veronense, y aún se da de su pasión nombre a las pasadas.9
Guárdanse, ansimismo, en mosto las uvas y embriáganse con su vino; otras se endulzan coziéndolas en él y otras, metidas en vidrios, esperan el nuevo fructo de su madre, y aun la aspereza de la pez añadida al pezón del escobajo de aquella durable firmeza que suele causar al vino en las tinajas; ya se han hallado vides cuyo vino tiene naturalmente sabor de pez, y éstas ennoblecen el campo de Viena.10 Esclarescidas poco ha con géneros: arverno,11 secano12 y hélvico, no conoscidas en los tiempos del poeta Virgilio, desde la muerte del cual son pasados 90 años.
¿Pues qué? Que se han metido en los reales13 y tienen en ellas la suma y señorío de las cosas. Lleva la vid en mano de los centuriones,14 con premio cumplido, los tardíos escuadrones a las águilas, y aun en los delictos honra la pena. Tomose, ansimismo, de las viñas, el modo de combatir.15 En las medicinas tienen tan principal lugar que son los vinos, por sí solos, remedios.
a. Rhetia.
EL INTERPRETE
1(Populonio). Ansí leo, no Populonia, por estar desta manera llamada de los geógraphos esta ciudad, que hoy llaman en Italia Piombino. 2(Metaponto). Pueblo es en el seno Tarentino. 3(Arida). Pueblo es, dos leguas de Roma, llamado hoy Ricia Castello. 4(Rumbotino). Otros leen rupontino. Llámase en griego egiros, distincto de rumpotino, de quien Columela en el capítulo VII del libro tercero y Plinio en el libro veinte y cuatro hazen mención. 5(De los atrios). Estaban los atrios, que yo traslado por tales, porque en alguna manera les son semejantes a la entrada de las casas. Allí se recebían las aguas y estavan las cozlnas, por razón de cuyo humo se dixeron atrios, que es atros o negros.
6(De más duro grano). Leí crassiore callo y no gratiore por lo que se sigue adelante, conviene a saber, uti depossit invenisse nomen duracina, y por callo traslado grano, aunque quieren algunos entender por callo el cuero, como en las peras y manzanas las mondaduras. 7(A manera de tetas). Llaman hoy éstas, en algunas partes de Hespaña, compañones de gato, como a las dactilides uvas de gato, y en Italia cornicelas. 8(Leptoragas). Hoy donzeles. 9(Pasas). Ablandan las pasas sin granillos el vientre y, con ellos, antes le aprietan, ora nazcan sin ellos, como se ve en algunas partes, ora se los quiten. Estas se preparan de cualesquier uvas, ya en la cepa sin otro artificio, ya en colgajos metidas primero en lexía y puestas al sol. Harán mejor efecto si fueran de las que de su naturaleza no son ásperas, ni participan de estipticidad, ni fuere lo más dellas hollejo, cuales son unas pequeñuelas que tenemos trahídas de Italia y llamadas vulgarmente pasas de Corintho, con las cuales, despolvoreado encima ruibarbo en cierta proporción, se purga poco a poco y sin daño alguno el vientre de los que por debilidad no sufren ser de una vez, o con más eficaz medicamento, purgados. 10(Viena). Entiende la de Francia.
11(Arverno). Tomaron el nombre del ducado de Borbón, llamado antiguamente Arvernia. 12(Secano). Dichas ansí de una parte de la Gallia Bélgica, llamada hoy Borgoña {Sequana}, como las hélvicas de los suízaros. 13(En los reales). Porque la trahían en la mano los centuriones, no los verdugos o lictores, y ansí autorizavan la pena, que era de su mano menos vergonzosa; desto se acordó Plutarco en la vida de Galba. 14(Centurión). Capitán es de 100 hombres. 15(El modo de combatir). De donde llamavan viña militar aquel reparo con que, fortalescidos los soldados, combatían el muro.
En lo que toca a la naturaleza de las uvas, de quien pide este lugar se hable generalmente algo, digo que son de mejor y más mantenimiento que el resto de las fructas, mayormente si son colgadas y bien maduras, porque aunque Galeno condene por de mal zumo todas las fructas estivales que él llama orarias, excepto las uvas e higos por de no tanto daño, en las cuales, fuera desto, se hallan tantas diferencias. Otras cosas que de las uvas se pudieran dezir paso, por no ser mi intento más de que se entienda este autor y porque él dirá muchas dellas en otros lugares.
b. Ariccia.
TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2