CAPITULO XXIV


De la espina real de Babilonia y del cytiso


No es razón se dexe de traer a la memoria lo que se siembraa en Babilonia sobre las espinas, porque no vive en otra parte, así como el visco o muérdago1 sino en solos los árboles, pero aquello2 solamente en la espina que llaman real.3

Es cosa maravillosa que nace el mismo día que lo siembran y siémbrase en el nacimiento de la canícula, y ocupa con grande brevedad el árbol. Adoban con ello el vino, y a esta causa lo siembran. Nace también aquesta espina en Athenas en los Muros Largos.

Es, ansimismo, el citisob mata ensalzada con grandes loores de Aristómacho, atheniense, para el pasto de las ovejas, y, seca, también para el de los puercos, y responden a cada yugada dello, todos los años, dos mil sestercios, sembrándose en mediana tierra. Es su utilidad semejante a la de los yeros4 y harta más aína, engordando con muy poco dello las bestias, tanto que los jumentos menosprecian después dello la cevada. No hay pasto que haga más ni mejor leche, y sobre todo es medicina de los ganados, que de todas maneras aprovecha a sus enfermedades, y aun a las que crían, si les falta la leche. La mandan dar con vino, seco y cozido en agua, a bever, y dizen criarse ansí los niños más rezios y aun hazerse más altos. Dan lo verde a las gallinas, o, si estuviere seco, remojado.

Prometen, ansimismo. Demócrito y Aristómacho, que nunca faltarán las abejas si abundaren en pastos de cytiso5 y no hay cosa más barata. Siémbrase al tiempo que la cebada o a la primavera de simiente como los puerros, o de vara, al otoño, antes que entre el himbierno. Si de simiente, mojado, y si faltaren aguas del cielo se ha de regar. Si de vara han de ser las plantas de un cobdo y el hoyo de un pie, y esto por los equinoccios y de vara tierna. Alcanza su justa grandeza en tres años. Siégase en el equinoccio del verano, cuando ya dexa de florecer. Y esto puede hazer quien quiera, aunque sea un mochacho o una vieja. Es blanco, al parecer, y si queréis una fácil semejanza, es un trifolio angosto. Dase siempre a las bestias pasados dos días y, por el himbierno, lo seco se da remojado. Hártanse los cavallos con diez libras, y según esta proporción las bestias menores. Y es causa de mayor fertilidad6 sembrar entre sus eras ajos y cebollas. Hallóse esta mata en la isla de Cythino,7 y de ahí se llevó a todas las Cicladas,8 y después a las ciudades de Grecia, de lo cual se siguió grande copia de queso, y por tanto me espanto ser tan raro en Italia. No teme el daño del calor ni del frío, ni tampoco le ofende el granizo o nieve y añade Hyginio que ni tiene miedo a los enemigos por ser desaprovechada su madera.



a. Cassytha filiformis L.

b. Cytisus pallidus Poir.



EL INTERPRETE


1(Muérdago). Palabra es hespañola del visco de los latinos, y del lignum crucis de los más modernos; Dioscórides parece llamar visco la misma liga. Hállase en diversos árboles y ansí ha tomado de algunos dellos denominación. 2(Pero aquello). Algunos apuntan esta letra de esta suerte: sed illud in spina tantum regia mirum quod, etc., pero si esto se leyese ansí, no se cómo se ataría lo que se sigue —quod eodem die germinat—, apartado desta cláusula el miremur. 3(Espina real). Habla désta Theophrasto en el capítulo X del libro primero De causis plantarum. 4(Semejante a la de los yeros). Algunos leen herbae, pero no me contesta. 5(Cythiso). Ya gozamos desta planta muy verdadera en Hespaña.

6(De mayor fertilidad). Otros leen de Dioscórides: obiterque inter ordines hoc alveorum capes sere fertile est, por holgarse las avejas con ello. 7(Cythino). Pueblo es mediterráneo, de Candía. 8(Cycladas). Islas son desparzidas por el mar Egeo.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2