CAPITULO XXII


Del evónimo, adragne, cocimelea y thapsia


No es de mejor agüero en la ínsula Lesbos el árbol llamado evónimo, no desemejante al granado, cuyas hojas son en tamaño entre las del granado y laurel, pero de forma y blandura de las del granado, de flor blanca, y que con el olor anuncia luego pestilencia.1 Lleva vainas semejantes a las del alegría, y dentro un grano, cuadrado, espeso y mortal a quien le come, ni más ni menos que su hoja. Remédiase algunas vezes su daño con purgarse de presto el vientre.

Alexandro Cornelio2 llamó eone el árbol, de que se fabricó la nao llamada Argos, semejante al roble que lleva el visco o muérdago, el cual ni con agua ni con fuego podía ser corrompido, ansí como ni el visco, no conocido de otro alguno que yo sepa.

Interpretan el adrachne casi todos los griegos con nombre de portulaca o verdolaga, como la verdolaga sea hierba y se llama no adrachne sino, añadida una n, andrachne, porque adrachne es un árbol silvestre que no nace en llanos, semejante a madroño, aunque de hoja solamente menor y que jamás se cae, de corteza no áspera, pero que podría parecer estar helada, de tan triste vista es.

Semejante es a ésta la cocimelaea3 en la hoja, aunque de menor tamaño. Tiene su fructo propriedad de convertirse en el flueco que llaman pappo o milano, lo cual a ninguno otro árbol acontece.

Semejante es el apharce,4 el cual lleva ni más ni menos que el adrachne dos vezes. El primer fructo cuando están en cierna las uvas y el otro al principio del himbierno; de qué forma sea no se halla escripto.

También me parece que convendrá aquí hablar de la férula5 entre las plantas forasteras y juntarla con los árboles, porque algunos deltas, como diremos, tienen el madero todo en lugar de corteza, conviene a saber por de fuera, y en lugar de madero tienen por de dentro un tuétano fofo, como el del junco, y otros son huecos por de dentro, como las cañas. Nacen en lugares cálidos y marítimos, añudados, con unos vasos a manera de juncturas. Dos especies hay dellas: las unas se levantan en alto, llamadas narthecas,b y las otras se quedan siempre baxas y se llaman narthechias, a las cuales salen de tas ñudos unas hojas grandes y muy cercanas a la tierra. En lo demás, su naturaleza es la misma que la del eneldo y de la misma manera el fructo; no hay mata más liviana y por esta razón, como se pueda traher más fácilmente, hazen della báculos para tas viejos.

Algunos llaman thapsia a la simiente de cañaheja, engañados, porque la thapsia sin dubda es cañaheja, pero de su proprio género, de hoja de hinojo, vástago hueco que no excede el tamaño de un báculo. Su simiente es como la de la cañaheja, su raíz blanca, que cortada echa leche y, machacada, zumo. No excluye la corteza del uso de medicina, y todas estas partes son venenos, porque hasta a tas que las cogen hazen daño, como corra el menor viento del mundo, porque se hincha su cuerpo y enciende el rostro, y a esta causa se uncían, los que las han de coger, primero con ceroto6 la cara, y con todo esto dizen tas médicos que son de provecho para algunos males, mezcladas con otras cosas, como para tas que se pelan y para tas que tienen cardenales, como que faltasen verdaderos remedios y fuese forzoso acorrer a las ponzoñas. Mas éstas encúbrenlas so color de medicinas, y son tan desvergonzados que quieren hazernos entender que es la ponzoña materia de su arte.

Es la thapsia en Africa fortísima; saxan algunos su vástago, por el tiempo de la cosecha, y hazen en la misma raíz una concavidad donde se reciba el liquor, y desecado le cogen. Otros majan las hojas, tallo y raíz en un almirez y hazen del zumo secado al sol trocicos. Nerón, césar, la afamó en el principio de su imperio porque unctándose con su zumo misturado, con encienso y cera el rostro, maltractado de las rondas nocturnas, salía a la mañana con su cuero sano y bueno a unas partes y otras de la ciudad, contra lo que se havía sonado. Cierta cosa es conservarse el fuego en las cañahejas, y que éstas son en Egipto más excelentes.



a. Arbutus andrachne Lam.

b. Ferula narthex Boiss.



EL INTERPRETE


1(Anuncia luego pestilencia). El cardo huso que llamamos, y se dize atractilis en griego, tiene, según consta, sangre en lugar de zumo, y es de grave olor, por lo cual le llaman algunos griegos phonos, que quiere dezir muerte. Nació de aquí que, como dixese Theophrasto en el capítulo último del libro tercero que el evónimo es del olor del cardo huso, por estas palabras {en blanco en el original}, Theodoro lo interpretó odore infestus velut ervorem inferens, y Plinio odore statim pestem denuncians, no sin error, pues Theophrasto no quiso dezir eso, sino que es de olor de cardo huso, que llaman φόνος o muerte los griegos. Vese ya en Hespaña este árbol, no ansí el eone, porque no sólo es en nuestra edad ignoto, pero fuelo también en tiempo de Plinio, si no queremos creer a nuestro autor. 2(Alexandro Cornelio). Tampoco se conoce el adrachne distincto de la andrachne, que es hierba y la llamamos hoy verdolaga. 3(Cocimelaea). Ansí leo, y no coccygia, como también en el título del capítulo de quien dize Theophrasto en el capítulo XVI, del libro tercero, que se va su fructo en milanos. 4(El apharce). Es ansimismo el apharce incógnito, y ansí dize Plinio que no está descripta su fama. 5(La férula).d No se ignora, planta que llaman en Hespaña hinojo de culebra, de la semejanza que tiene con las del hinojo verdadero, y otros {dizen} cañaheja, aunque también llaman ansí otras plantas de más anchas hojas, tenidas de algunos por turbit de los árabes, y al que por otro nombre llaman tagarnillo, que yo creería ser la tapsia de Dioscorides, puesto que no ignoro ser tenido de algunos por libanotis y de otros por el panaz asclepio.

6(Con ceroto). Es ungüento en forma espesa, como linimento, el cual es en forma más líquida.



c. Rhus cotinus L.

d. Ferula sp.



TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2