CAPITULO XVI


Del árbol thya


Fue, ansimismo, conocido de Homero el árbol que los griegos llaman thyon, y otros thya.a Escrive, pues, este autor quemarse entre los olores en los regalos de Circes,1 que él quiere dar a entender ser diosa, con grande error de los que por aquel vocablo toman algún género de perfume, pues él, en el mismo verso, inculca cedro y lárix juntamente, en lo cual se ve no haver hablado de más que árboles.

Theophrasto, el primero que escrivió las cosas romanas, desde los tiempos de Alexandro Magno hasta 440 años adelante, da grande honra a este árbol, refiriendo famosos enmaderamientos que de él en los templos antiguos se hazían, y una inmortalidad de madera en las techumbres, incorrupta contra todo daño y carcoma. No hay cosa más crespa que su raíz, o de donde se hagan más preciadas obras. Dizen ser la mejor thya aquella que se cría a par del templo de Ammón y que nace también en la parte interior de la región Cyrenaica. De las mesas no dixo cosa, y fuera desto en ninguna otra parte hay hecha mención de otra más antigua que la de Marco Tulio, la cual parece ser nueva.

Otro árbol hay que lleva unas manzanas, aborrecidas de muchos por su olor y amargura y de otros deseadas, que honran las casas ni más ni menos, y en esto no quiero alargarme más.



a. Cedro.

b. Citrus medica L.



EL INTERPRETE


1(De Circes). De Calipso, no de Circes, lo dize Homero. Ansí que atribuye Plinio a Circes lo que Homero a Calipso, como Aristóteles en el segundo de las Ethicas atribuye por el contrario a Calipso lo que Homero a Circes. Hizo Theophrasto en el libro primero de la Historia de las plantas mención de la thya entre los árboles silvestres que no pierden la hoja, y Dioscórides dize ser el madero del agalocho, que otros llaman xiloalce, y otros lináloes, o lignáloel, semejante a la thya. Verdad es que ha havido a quien le pareció ser la thya nuestro lignáloel verdadero, no el que se ha gastado en algunas boticas de nuestro tiempo; porque éste o es según Ruellio el aspalatho, o según el parecer más verdadero el oleastro rhodio, y el agallocho otra planta hasta agora no sabida.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2