CAPITULO XIII


De los libros de Numa


Hállanse grandes exemplos de las cartas, contra el parecer de Varrón, porque Cassio Hemina, autor antiquísimo de los Annales, dize en el cuarto libro dellos que Cneyo Terencio,1 escriba, escavando en el Janículo2 su heredad, halló una arca, en que havía sido enterrado Numa, rey de los romanos, y en ella sus libros, siendo cónsules Publio Cornelio y L. F. Cethego, M. Bebió y Q. F. Pámphilo. Hasta los cuales, después que reinó Numa, se contaron 535 años, y que eran de carta, lo cual es más {de} maravillar, por haver durado so tierra tantos años, y por eso en cosa tan grande pondré las palabras del mismo Hemina:

“Maravillávanse otros haver podido durar aquellos libros; él respondía que estava una piedra cuadrada casi enmedio del arca, atada hazia todas partes con candelas, encima de la cual estavan los libros, y que por tanto creía él no haverse podrescido. Y que los libros estavan cedrados,a y ansí no los havía podido entrar la polilla; que estavan en ellos escripturas de la philosophía pythagórica y que fueron quemados de Q. Petilio, pretor, por ser cosas de philosophía.”

Esto mismo escrivió Cayo Pisón, censorio, en el primero libro de sus Comentarios. Pero afirma que los siete dellos eran de derecho pontificio, y los otros siete pithagóricos. Tuditano, en el treze libro, afirma que eran de los decretos de Numa. El mismo Varrón dize, en el libro De las antigüedades humanas, que fueron 12. Y Antías, en el segundo, que cinco, en que havía dos pontificales latinos, y otros tantos griegos que contenían preceptos de philosophía. El mismo, en el tercero, pone la razón porque los quemaron.

Todos convienen en que la Sibilla truxo tres libros a Tarquino Superbo, de los cuales ella quemó dos y el tercero se quemó con el Capitolio, en los tiempos de Silla. Aliende desto, Muciano, tres vezes cónsul, afirma haver leído poco antes en un templo, siendo adelantado de Lycia, una epístola escripia en carta embiada3 de Troya por Sarpedón. De lo cual me maravillo más, si cuando Homero escrivía4 no era aún Egipto, o ¿por qué si ya havía este uso dixo haver embiado con Bellerophonte a Lycia5 codicillos y no cartas?

Havido ha alguna vez tan grande falta {de papel} que en tiempo de Tiberio, caésar, señaló el Senado árbitros que las repartiesen, porque de otra manera se pasara la vida con grande confusión.



a. Protegidos por madera de cedro.



EL INTERPRETE


1(Cneyo Terencio). Livio, en el décimo volumen de la Guerra macedónica, dize que no se llamó Cneyo Terencio, pero Lucio Petilio —escribe—, aquel en cuya heredad se hallaron los Comentarios de Numa y era escriba, hombre de dignidad. 2(Janículo). Uno es de los montes de Roma. 3(Embiada). Entiéndese Praeto. 4(Si cuando Homero escrivía). En el octavo de la Iliada, hablando de Praeto, el cual dio cartas a Bellerophonte para su suegro, donde dize {en blanco en el original}. 5(A Lycia). Leo in ipsam illam Lyciam.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2