CAPITULO I


De los ungüentos. Cuándo fueron conocidos la primera vez de los romanos y de su composición


No se halla escripto quién haya sido el primero que los inventó. En tiempo de los troyanos no los havía, ni celebravan {sacrificios} con encienso. Solamente conocían en sus sacrificios el que se llama nidora más verdaderamente que olor, mezclado con humo del cedro y citro,1 árboles comunes a su tierra, {aunque se havía} hallado ya el zumo de la rosa, porque éste también2 se nombra en el loor del azeite.

Fueron los ungüentos invención de los persas, porque se unctan con ellos,3 y con olores {penetrantes} encubren el mal olor nacido de su glotonía. Alexandro Magno (a cuanto yo alcanzo) fue el primero que, conquistados los reales de Darío, halló entre otras cosas de su recámara una caxa de ungüento y después se admitió este regalo {entre} los nuestros por uno de los más alabados, y aun han comenzado a gastarlos en honor de los defunctos, por lo cual diremos más cosas dellos4 que conocieron los antiguos, aunque al presente se darán solamente a entender por los nombres de las matas de que se hazen, guardando para los lugares proprios la naturaleza de cada uno.

Tomaron, pues, renombre algunos ungüentos de su patria; otros de su zumo; muchos, de sus árboles, y no pocos de las causas y ocasiones con que se compusieron. Y es primeramente de considerar haverse mudado su autoridad muchas vezes y pasados a otros la gloria. Fue antiguamente muy estimado el que se hazla en la ínsula de Délos y después floreció el mendesio.b Y esto no sólo por lo que entra en su mixtura y composición, pero también porque unos mismos zumos se crían en diversas partes más o menos cómodos para las cosas que dellos se han de componer. Fue el {perfume} de lirio preciado grandemente en Corintho por mucho tiempo, y después en Cizico. Por el consiguiente, fue primero estimado el de rosas5 en Phaselis, y después le quitó la fama el que se hazía en Nápoles, Campua y Praeneste.

Fue tenido en mucho el de azafrán en Solis, de Cilicia, y andando el tiempo se tuvo en más el de Rhodas; el de zumo de uvas silvestres, en Chypre, y después se le antepuso el de Egipto y, finalmente, el de Adramyttio.c El de almoradux6 en Coo, y después fue preferido {en el mismo lugar} el de membrillos.7 El ciprino8 en Chypre y después en Egipto, donde el mendesio y el metopio fueron repentinamente tenidos por más agradables. Después {éstos} se prefirieron en Phaenice y dexó a Egipto la loa del cyprino. Athenas persevera en el loor de su panathenaico. Señalado fue el pardalio en Tharso, cuya composición y mezcla se ha perdido del todo, y aun se dexó también de componer el narcisino,9 de la flor del narciso.

Dos maneras hay de hazer los perfumes: una del zumo, y otra del cuerpo. El de zumo consta por la mayor parte de géneros de aceites diversos, y el de cuerpo, de olores. Estos llaman los griegos stymas10 y a aquéllos hedysmas o ungüentos. Lo tercero entre estas cosas es el color, de que muchos no se curan a cuya causa añaden cynabari11 y anchusa. Refrena12 la sal despolvoreada la naturaleza de los azeites, puesto caso que en los que entra anchusa no se echa sal. Mézclase goma y resina para que se retenga el olor en el cuerpo del ungüento, el cual en breve se pierde y exhala faltando estas dos cosas.

El primero y más usado de los ungüentos se sabe haver sido el que se componía de bryon13 y mirobálanos o avellanas índicas, de que arriba hezimos mención. .. Recrecióse después el mendesio, mezclada resina al dicho azeite, y principalmente al metopio,14 que es otro que sacan de almendras amargas en Egipto, al cual añadieron azeite omphacino o de aceitunas verdes, cardamomo, paja de Meca, cálamo aromático, miel, vino, myrrha, simiente de bálsamo, gálbano y trementina.

Uno de los que hoy se estiman en menos y se tiene a esta causa por de los muy antiguos es el que se haze de azeite de arraihán, cálamo, ciprés, cypro, lentisco y cortezas de granadas. Pero creería yo haver sido el más divulgado ungüento de todos el rosado, por hallarse rosas abundantemente en todas partes, cuya más simple mixtura fue mucho tiempo aquella en que se añadía azeite omphacino, rosas, ungüento de azafrán, cinabaris, cálamo, miel, paja de Meca, flor de sal, anchusa y vino. Lo mismo acaeció en el de azafran, al cual se añadió cynabaris, anchusa y vino, y al sampsuchino, añadiéndole azeite omphacino y cálamo. Este es mejor en Chipre y Mithilene, donde hay mucho almoradux. Mézclanse, ansimismo, otros azeites de menor estima, como son el de arrahián y laurel, a los cuales se allega el de almoradux, azucenas, alholvas, myrrha, canela,15 spinacardi, paja de Meca y cinamomo.

Házese ansimismo de membrillos y strútheos,d especie dellos, como diremos, el azeite melino, de que se hazen ungüentos mezclando azeite omphacino, de alheña y alegría. Item, bálsamo, paja de Meca, canela y abrotoño. Es el ungüento de azucenas16 el más delgado de todos y compónese de azucenas, avellanas índicas, cálamo, miel, cinamomo, azafrán, myrrha, y aspalatho. Y también el cyprino, de alheña, azeite omphazino, cardamomo, cálamo, aspalatho y abrotoño. Algunos añaden al cyprino myrrha y panax, y éste es mejor en Sydón y, después de Sydón, en Egipto. Consérvase, como no le añadan azeite de alegría, cuatro años y avívase con cinamomo.

Házese el de alholvase de azeite fresco, juncia avellanada, cálamo, meliloto, alholvas, miel, azeite de membrillos, maro y almoradux. Usávase éste mucho en los tiempos de Menandro, poeta cómico.

Mucho después sucedió el que por su fama y gloria fue llamado megalio, compuesto de azeite de avellanas índicas, bálsamo, canela y resina. Quiere éste aventarse al fuego hasta que dexe de oler porque, en resfriando, se torna a tomar su olor.

Házense ansimismo de zumos muy notables ungüentos, en especial de malobathro o tembul; después desto, de lirio y almoradux cizisénico, aunque mezclando los herbarios a estos dos algunas cosas, unas unos y otras otros. Y los que más se estienden añaden a ambos miel, flor de sal, omphancino, hojas de agnocasto o pimiento loco, y panax, cosas estrangeras17 y prodigiosas. Añádese al cinamomo mino, azeite de avellanas índicas, xilobálsamo, cálamo, paja de Meca, simiente de bálsamo, myrrha y miel olorosa; y éste es el más grueso de todos los ungüentos. Sus precios son desde 35 hasta 300 denarios.

El nardino o foliado consta de omphancino, avellanas índicas, costo, paja de Meca, nardo, amomo, mirrha y bálsamo. Es menester traher en este género a la memoria que havemos en otra parte contado nueve especies de hierbas parecidas al nardo índico, ¡tanto aparejo hay para falsar las medicinas!

Pero todos los ungüentos se aguzan con costo y amomo, porque mueven con ello en gran manera el adorato. Házense con myrrha más gruesos y suaves; con azafrán más provechosos en medicina y, por sí, con amomo, muy acres: con éste {se producen} también dolores de cabeza. Algunos se contentan con despolvorear las cosas muy preciosas, coziendo {otras} para evitar {el} costo de las demás, pero no dan tanta fuerza al ungüento si no se cuezen juntas con él.

Házese de la mirrha, por sí, ungüento, sin azeite, con sólo el estacte,18 porque sin él sería muy amargo. Con el {ungüento} del alheña se haze verde; con el de azuzenas, unctuoso; con el mendesio, negro; con el rosado, blanco; y con la mirrha, amarillo.

Estas son las diferencias de ungüentos de antigua invención, hechas después adulterios y hurtos de las boticas.

Agora relataremos un montón de regalos, y los que tienen mayor autoridad y estimación entre las gentes.



a. Nidor, olor desagradable, tufo.

b. De Mendes, en el delta del Nilo.

c. Edremid, en Turquía.

d. Variedad olorosa de membrillo.

e. Trigonella foenum-graecum.



EL INTERPRETE


Prosigue Plinio en este libro tredécimo las plantas peregrinas, que en el duodécimo se comenzaron a tractar. Y, porque se componen dellas los ungüentos, tracta primeramente dellos en los tres capítulos de su principio, tocando de las matas que en ellos entran sólo lo que pertenece a este propósito. El mismo orden pienso yo también seguir remitiendo a los lectores a los lugares donde se habla dellas de propósito, como los remitiré también a los libros geográphicos en lo que perteneciere a la noticia de los pueblos donde fueron famosos. Pero será necesario entrar advertidos que llama ungüentos, no como en estos tiempos se haze, solos los que se cuajan con cera, antes los que de diversos azeites se componen, que dize nombrar los griegos hedysmas, o de diversas plantas que los mismos dizen stymmas, a diferencia de los azeites, que son los que por sí, sin otra mezcla de fructos, de árboles o de simientes de hierbas diversas o resinas de troncos se constituyen y componen. Y de aquí es que Galeno en el libro sexto De las medicinas simples dize llamarse equívocamente azeites los ungüentos, cuales son, el rosado, de membrillos, de azuzenas y los demás desta manera, que se hazen de flores, fructos, pimpollos y hojas echadas en azeite. Nótase también que estos ungüentos, y aquellos de que Dióscórides haze en su libro segundo mención, no menos sirven de conciliar buen olor a los cuerpos y regalarlos, que de curar algunos males que padezcan.

1(Citro). Especie es de cedrof porque el cidro (según tenemos dicho) llamaron los antiguos malum medicam, aunque sea ansí que algunos antiguos nombren desta manera a la naranja y algunos modernos llamen malum citreum la cidra. 2(Porque éste también). Leo quoque enim id y entiendo el zumo de las rosas, cuya mención havía precedido y que quiere dezir ser de maravillar que, hallado el zumo de la rosa, no huviese ungüentos, constando los azeites de zumos y los ungüentos de azeites. Y ansí dize poco más abaxo deste capítulo: Ratio faciendi dúplex: succus et corpus, ille olei generibus jere constat, hoc adorum. 3(Porque se untan con ellos). Otros leen sed et parthima denteo. 4(Diremos más cosas dellos). Leo qua propter plura de eo dicemus. Quae ex is non erunt. 5(El de rosas). Diferente es del de Dióscórides y de los demás antiguos el que llaman hoy completo las oficinas, y aún más excelente que no él, por el artificio con que los que siguen la buena manera de {Mesué} le hazen. Y no se adereza de una sola suerte, porque algunos echan las rosas antes que se acaben de abrir en azeite omphancino, y lo ponen o en baño de agua caliente, o por mucho tiempo al sol. Otros, para que sea de más virtud, lavan primero el azeite en agua rosada, y después infunden las rosas que aún no estén abiertas del todo, tres vezes o cuatro, por algún tiempo, y acabada la expresión añaden zumo de rosas no maduras, y pónenlo después al sol. Y, últimamente, apartan el azeite del zumo y guárdanlo con diligencia, porque desta manera deshaze las inflamaciones, refrena los corrimientos, cura los dolores disentéricos de las tripas, y es muy apropriado a las heridas de la cabeza, confortando, desecando y resolviendo. Y no sólo impide que se hagan inflamaciones, pero apágalas, y ansí le aprueva grandemente Galeno en el {libro} segundo De compositione medicamentorum secundum locos, donde escrive del dolor de la cabeza que se haze de herida o caída, acordándose del mismo en el libro décimo De las medicinas simples.

6(El de almoradux). Llamóse este ungüento amaracino, de amaracus, que es, acerca de Theophasto, Plinio y Dióscórides, lo mismo que sampsucus o almoraduxg pero acerca de Galeno y Paulo Gineta, diferente. Porque éstos tuvieron el sampsuco por almoradux, y el amaraco por maro, como sienten algunos se deve leer, por no hallarse en sus escripturas en otra parte mención de aquesta palabra, y ponerle Galeno casi en la misma facultad y grado que al maro Dióscórides. Otros piensan llamar Galeno y Paulo maro a lo que Dióscórides llama parthenio, por no hazer Paulo en otra parte de sus obras de parthenio mención. Pero la causa de nombrar Dióscórides un ungüento amaracino y otro sampsuchino, siendo una misma la planta, puede haver sido ser diversas las composiciones, y la una más preciosa, y digna de ser diferenciada con diverso nombre de la otra, o que llamavan en Cizico, al almoradux, amaraco, y por tanto al ungüento que de él se hazía allí, muy excelente, también amaracino. 7(El de membrillos). Házese hoy echando los membrillos despedazados antes que se acaben de madurar en azeite omphancino, junto con el zumo que dellos se exprime, y poniéndolos al sol y después metiéndolos una y otra vez en baño de agua cálida y sacándolos. 8(El ciprino). El que se hazía de cipro o ligústeo, que se cree ser nuestra alheña, árbol que tenemos en Hespaña, ya familiar, aunque vemos también otro arbusto a quien en gran manera cuadran las condiciones de cipro. Su fructo creen algunos ser vacinio, con engaño, porque vacinio antes es el hyacintho, que no las zarzamoras o la sobredicha flor, aunque haya vacinio árbol, de que haremos con Plinio, adelante, mención. 9(El narcisino). Tampoco se prepara en nuestro tiempo, aunque tenemos de él, acerca de Dióscórides, descripción; y no nos faltan verdaderos narcisos. 10(Stymmas). Que no son otra cosa, según parece de Dioscórides, sino spisamentos o domaduras de los ungüentos.

11(Cynabaris). Hay uno ficticio, de azufre y azogue quemados, y otro natural y fósil, de que entiende al presente y nosotros en otra parte más de propósito hablaremos. 12(Refrena). Porque los espesa y detiene. 13(Bryon). Aunque signifique esta palabra otras plantas, aquí se toma por vello oloroso de ciertos géneros de árboles, de que este mismo author en otras partes y Dióscórides hablaron, diziendo mezclarse a los ungüentos. 14(Al metopio). Diferente es éste del metopio de que se habló en el capítulo XXIII del libro pasado, diziendo destilar de la lágrima del amoniaco, a manera de goma o resina, lo que llaman metopio. 15(Canela). Testigos hay de vista que afirman, contra lo que nos dexaron escripto los antiguos, ser la casia, cinamomo y canela vulgar cortezas de una misma planta y no diferentes en otra cosa que en bondad.

16(El ungüento de azucenas). Llamóse éste lilino, por llamarse las azucenas en latín lilium, y también susino por dezirlas los árabes en su lengua susin, de donde las llamamos vulgarmente azucenas. 17(Cosas estrangeras). Hállase, en códices manuscriptos, externa diam, et prodigiosa cinamomino praecia. Adiicitem cinamomino, etcétera. 18(Estacte). Es lo que se exprime de la mirrha y dizen los árabes y oficinas estoraque líquido, aunque es verdad hallarse pocas vezes verdadero y ser, las más, ficticio y adulterado.

De las demás plantas que en este capítulo se tocan se tractará (según lo tengo dicho) en los lugares que dellas Plinio de propósito hablare.



f. Thuya occidentalis, L.

g. También, mejorana.

h. Thymus mastichina, L.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2