CAPITULO VIII


De las maclas, azúcar y árboles de la nación ariana


Traen, ansimismo, las macías1 de la India, {de} corteza bermeja, de grande raíz que guarda el nombre de su árbol. Cuál sea éste, no lo he sabido hasta agora. Usan los médicos de su corteza cocida en miel por excelente remedio contra las cámaras de sangre.

Producen también azúcar2 en Arabia, pero mejor la India, y es un género de miel que se coge de ciertas cañas blancas a manera de goma y que se haze polvo entre los dientes. La mayor es de tamaño de una avellana, provechoso solamente en medicinas.

Confina con los indios la nación ariana3 donde nace un espino4 preciado por su liquor semejante a mirrha y malo de tractar por razón de sus púas. Nace también allí otra mata pestilencial de tamaño de rábano,5 hojas de laurel y olor que apetecen los caballos, el cual privó a Alexandro Magno de casi todos ellos en la primera entrada {a Gedrosia}, donde se escribe nacen {sobre un espino parecido al laurel} espinas cuyo liquor echado en los ojos causaba ceguedad en todos los animales. Y nace una hierba de fuerte olor llena de serpientes menudas de cuya llaga mueren luego todos los mordidos.

Onesícrito dize que en Hircania6 se hallan unos árboles semejantes a higueras llamados occhi de los cuales corre miel a la hora de la mañana.



a. Hedysarum sp.



EL INTERPRETE


1(Macías). Llámase comúnmente flor de nueces moscadas. Hanos mostrado en estos tiempos la experiencia no ser corteza de raíz, según que Plinio y otros autores con engaño afirman, sino corteza que cubre las cáscaras de las mismas nueces que los modernos llaman marsíticas o myrépsicas, y los españoles moradas, a causa de su olor suave y aromaticidad como en su descripción entre las plantas de la Nueva Hespaña lo tenemos avisado. Creyeron algunos ser aquestos los chrysobálanos de los griegos, aunque no sin error, contradiciéndolo su color ceniciento y sabor agudo. De manera que ni los griegos conocieron esta manera de nueces, ni nosotros tenemos noticias de sus crhysobálanos. De las demás especies de nueces y myrobálanos se dirá en sus convenientes lugares. 2(Azúcar). Este azúcar de que no solamente Plinio, pero Dioscórides, Galeno y otros autores antiguos hablaron llamándolo saccharum y salnidum, es cierto no diferir del nuestro sino en que aquello secaba espontáneamente el sol y esto se haze y exprime con ingenios y artificio y ansí a causa de lo poco que ellos tenían, junto con no haverse aún caído en la cuenta de comerlo en las conservas y manjares, no lo gastavan sino en solas medicinas y nosotros, por el abundancia grande que en nuestros tiempos dello hay y se saca, ansí en Hespaña como en otras provincias a ella subjetas, también en las confituras, conservas, guisados y géneros de condimentos. Algunos modernos, no entendiendo esto bien, han pensado ser aquello una manera de maná o rocío del cielo, y otros que la Antigüedad alcanzó el modo de beneficiar el azúcar porque hallan haverse exprimido un liquor dulce de ciertas raíces. Pero lo uno y lo otro es falso por constar de los antiguos que los secava el sol con el calor de sus rayos de las mismas cañas y que hoy nosotros lo exprimimos dellas y no como lo hazían ellos de las raíces. 3(La nación ariana). Entiende aquella parte que se llama Aria, según parece del capítulo V del libro cuarto de la Historia de las plantas que Theophrasto escribió, de donde la sacó Plinio. 4(Un espino). De éste y del raphino y de la planta cuyo liquor causa ceguedad, de la que abunda de serpientes y de otras que Plinio refiere, haze Theophrasto mención en el capítulo V del libro cuarto que acabamos de allegar. 5(De tamaño de rábano). Ansí leo de Theophrasto en el lugar allegado.

6(Hyrcania). Región es de Asia la Mayor, llana por la mayor parte y frecuentada de muy hermosas ciudades, la cual tiene de parte de occidente a Media, de oriente a Margiana y de septentrión al mar Caspio e Hyrcano, y de mediodía a Parthenia; abundante en fieras por la aspereza de sus montañas.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2