CAPITULO VII


De los árboles de la pimienta {y de} los clavos, {y de} otros muchos


Nacen a cada paso los árboles de la pimienta semejantes a nuestros enhebros, aunque algunos afirman criarse solamente en la frente del monte Cáucaso1 que está opuesta al sol. Difiere su simiente de la del enhebro en unas pequeñas vainas, semejantes a las de los frísoles.2 Estas, cogidas primero que se abran y tostadas al sol, hazen aquella pimienta que llamamos luenga, y abiertas poco a poco por su madureza, muestran la blanca, la cual tostada después del sol se arruga y muda color. Pero estos granos padecen también sus desastres y corren sus riesgos, porque con la destemplanza del temporal se queman y envanecen, y llámase en lengua índica esta enfermedad bregmasis3 que quiere dezir malparto o aborto. Esta es la más liviana de todas las pimientas y de color amarillo. La negra es más agradable y la blanca más blanda. No es raíz deste árbol, como algunos han pensado, lo que llaman zimpiperi4 y otros zingiberi, aunque se parezcan en el sabor. Porque ésta nace en Arabia y en las alearías de la región troglodítica,5 y es raíz blanca de cierta hierba pequeña. Carcómese brevísimamente puesto que sea tan amarga como veremos. El precio de cada libra son seis denarios. Adultérase la pimienta luenga fácilmente con mostaza de Alexandria; cómprase en 15 denarios la libra. La blanca por siete denarios6 y la negra por cuatro. Y es cosa admirable haver caído tan en gracia su uso, porque de las demás cosas más agradan por su suavidad y otras placen por su hermosura, mas ésta ni es de estimar por su pomo ni por su baya; solamente a agradar por su amargura7 y por ésta se camina hasta la India. ¿Quién fue el loco que osó provar primero estas cosas en los manjares? O, ¿quién fue a quien no le bastó la hambre sola? Todas {pimienta y gengibre} son silvestres en sus naciones y cómpranse a peso de oro o plata.

Críase ya en Italia el árbol de la pimienta, mayor que arrahián y al mismo no desemejante. Créese tener alguno la misma amargura que la pimienta fresca,8 mas fáltale aquella tostada madureza y, por tanto, también aquel color y arrugas. Falséase con las bayas del enhebro que admirablemente contrahazen su fuerza y lo que toca al peso, de muchas maneras.

Nace también en la India una cosa semejante a pimienta9 que llaman cariphyllo,10 aunque mayor, y que se quiebra más fácilmente. Dizen engendrarse en bosque de la India y tráenle por causa de su olor. Engendra también cierto espino una semejanza de pimienta de notable amargura, de hojas pequeñas y espesas, a manera de las del {cyprio}; tienen ramos de tres cobdos, corteza amarilla y raíz ancha y leñosa, de color de box. Exprimida11 ésta en agua con su simiente, en vaso de cobre, se haze cierta medicina que llaman lycio. Nace la misma medicina en el monte Pelio y adultérase su zumo con su cocimiento, añadiendo la raíz de los gamones12 o hierba de toro o ajenjo o encienso o alpechín. Es el más apropiado a medicinas el lycio que es espumoso. Envíannosle los indios en odres de camellos o de rinocerontes. Llaman algunos al espino mismo, en Grecia, pyxacantha chironia.



EL INTERPRETE


1(Cáucaso). Montes son que dividen a Colchis, Iberia y Albania, de Sarmatia, procediendo desde el ponto Euxino hasta el mar Caspio. Dízese también Cáucaso una parte del monte Tauro que divide la Media de la región bactriana y de ésta habla al presente nuestro autor. 2(Frísoles). Muchas especies hay de éstos, según que en otras partes tengo avisado, especialmente en la Nueva Hespaña, donde son casi sin número. En lo demás mucho se engaña Plinio que lleva la planta de la pimienta ramas semejantes a las de los frísoles, porque aquí en esta Nueva Hespaña se ha traído de la India la planta de la pimienta con grande perfección y no lleva vaina en ninguna manera, sino unos racimicos. También es falsísimo lo que sigue, conviene a saber: que éstas, cogidas primero que se abran y tostadas al sol, hazen la pimienta luenga, y abiertas poco a poco por su madureza, muestran la blanca, la cual tostada después del sol se arruga y muda su color en negro. Porque los tiempos y la experiencia, relación de los que moran en la India y las mismas plantas traídas, no sólo a estas Indias Occidentales pero llevadas también según he entendido a Hespaña, nos muestran el engaño manifiesto de Plinio y de los autores que en esta parte siguió. Pues estas tres maneras de pimienta se cogen en tres plantas distinctas y diferentes, aunque no del todo desemejantes. La que lleva la pimienta luenga es natural y frecuentísima en las regiones cálidas de toda esta Nueva Hespaña y llámanla por la mayor parte tlatlancuaye, cuyo fructo son unas candelitas que curadas toman la forma que comúnmente vemos de la pimienta luenga. La negra se cría en racimos en su planta y la blanca también. Las plantas de todas tres son matas volúviles, sarmentosas, y no árboles y que se suben por los árboles arriba, especialmente Plinio dize semejantes a los del {enebro} por las palmas. Las hojas son semejantes a las del limón, aunque algo menores y con nervios que discurren a lo largo. Pero ¿a qué me detengo yo en esto? Pues en los libros que escribo de las plantas de la Nueva Hespaña las doy debuxadas y retractadas de sus plantas naturales. Perdónenle a Plinio y a los autores antiguos y graves que sigue que hayan creído en cosa hasta nuestros tiempos no bien averiguada ni vista. 3(Bregmasis). El códice de Toledo tiene escripto brigma y Dioscórides bragma. 4(Zimpiperi). Hoy se cría muchedumbre desta hierba en la Nueva Hespaña, cerca de México y en la isla de Santo Domingo, con hojas de caña y raíz torcida, de donde sacada al natural la damos entre las plantas deste Nuevo Orbe retractada. 5(De la región troglodítica). Región es de Aethiopía, cuyas gentes viven en cuevas; no conocen cosa propria, hazen sonido con la boca en lugar de lenguaje, y mantiénense de serpientes, según afirma Pomponio Mela en el quinto librio de su Geographía. Dixéronse así de troglos, que es cueva, y es de advertir que hay unos en Aethiopía SubEgipto y otros en el mismo Egipto, y aún otros septentrionales.

6(Seis denarios). Aunque apenas se pueda alcanzar con moneda, pues ésta fue en tiempo de Plinio tan conocida en Roma que aun sin expresarla se entendiese, añadimos, en esta parte, denarios, por nombrar algunas vezes en este duodécimo libro denarios y ases. Era moneda acerca dellos que pesaba una libra de cobre de 12 onzas y ansí se llamó as, quasi es. Después se hizieron los ases sextantales y, en fin, unciales y semiunciales. Era tanto como hoy cuatro maravedís, pero denario era moneda de plata acerca de la misma gente y pesava la séptima parte de una onza. Llamóse ansí de dos ases que valía primero, porque después valió 16; montava, de la moneda de hoy, 40 maravedíes. 7(Por su amargura). Parece dar Plinio a entender que el sabor de la pimienta y del gengibre es amargo, lo cual no entiendo ser ansí porque antes vemos que son ambas cosas acres y de sabor, en los guisados y conservas, agradable. 8(De la pimienta fresca). Dize Plinio que se creía tener la pimienta negra que nacía en Italia la misma amargura que la pimienta negra que se traía de fuera, y esto al tiempo que estava fresca y se acababa de coger, puesto caso que a la de Italia faltavan las cosas que refiere en el texto por razón de no ser la tierra tan cálida como aquella de donde la forastera se traía, si no queremos dezir haverse también Plinio engañado en creer que fuese verdadera esta pimienta de Italia, lo cual parece creíble por dezir él que su planta no es desemejante a la del arrahián, como no tenga nada que ver con ella. 9 (Una semejanza de pimienta). Este es el licio que vemos en muchas partes de Hespaña con nombre de tamujo, distincto de berberis, dicho hoy vulgarmente crespín, y de la oxiacantha, que llamamos hoy majuela. En lo que toca a las raíces del lycio es de advertir que donde Plinio leyó en Theophrasto πλακερός, o anchas, no se halla ni se deve leer πλάγιος, o torcidas. 10(Carophilos). Llámanlos hoy clavos de griofe. Dárnoslos pintados y descriptos por un ramo que me enviaron de la India en la Historia de las plantas desta Nueva Hespaña, de do consta nacen en Malluco su árbol, semejante a laurel en altura, hojas y formas, acopado, y de mucha flor, la cual es primero blanca, después roja y al cabo negra, y éstos son los mismos clavos del color y sabor que se sabe.

11(Exprimida). Leo expresa por dezir Dioscórides que haze este medicamento de su zumo, y se contrahaze añadiendo a su cocimiento hezes de azeite y zumo de ajenjos o hiel de toro, lo cual creo havrá pretendido Plinio trasladar. 12(De los gamones). Ansí se llaman en Hespaña los asphodelos de los griegos, y hasta la regia de los latinos. Hay dellos algunas especies de que a su tiempo hablaremos, aliende de lo que sobre los Alexitherios de Nicandro tenemos escripto.



TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2