CAPITULO I


De la honra que se ha dado a los árboles. Cuándo huvo primero plátanos en Italia y de su naturaleza


Fueron estos árboles templos de los dioses. Aun en nuestra edad los sencillos rústicos los consagran, a la manera antigua, los más excelentes dellos, y no adoramos con mayor respecto las estatuas resplandecientes con oros y marfiles que los bosques, y en ellos el mismo silencio.

Permanecen algunos géneros de árboles consagrados siempre a sus deidades, como a Júpiter el ésculo,1 a Apolo el laurel, a Minerva la oliva, a Venus el arraihán, y a Hércules el álamo blanco. Y aun creemos ser los sivanos, faunos y otros linages de dioses, atribuidos como del cielo a las selvas por proprias deidades. Mitigaron, andando el tiempo, los árboles, a los hombres de liquores2 más blandos. Dellos tenemos el azeite con que los miembros se recrean; dellos el vino con que las fuerzas se fortalescen y, en fin, tanto género de sabores como naturalmente producen cada año. Y aun las segundas mesas,3 a cuya causa ya peleamos con las fieras, y se desean los pesces cevados de los miembros de los que por pescarlos se ahogan.

Otros mil provechos tenemos dellos, allende de los ya contados, sin los cuales no se podía pasar la vida sin árboles: surcamos el mar, labramos la tierra, edificamos las casas, y aun dellos se fabricavan los ídolos cuando no se estimavan en tanto los cuerpos muertos de los animales, ni se habían (como que naciera dellos las licencias de las demasías) de marfil las imágenes de los dioses y los pies de las mesas.

Dízesenos haver tenido las Galias4 otra ocasión de derramarse por Italia, aunque refrenadas de los Alpes, muro natural tan inexpugnable, cuando Hélico, svízero, su ciudadano, ciue exercitava en Roma el arte de carpintería,5 llevó a la vuelta higos pasados y uvas (además de) los sobredichos liquores6 de vino y azeite. En lo cual parece que se le debe en alguna manera de perdonar que buscasen estas tan excelentes cosas (en Italia} aun con las armas.

Mas ¿quién no se maravillará que un árbol como el plátano7 se haya buscado por sola su sombra y traído de tierras extrañas? Porque numero vino por el mar Ionio8 a la isla de Diomedes9 para su sepultura y después le pasaron a Sicilia y comunicaron entre los primeros árboles a Italia. Y aun le llevaron hasta los morinos10 y haze el sitio pechero11 para que se pague tributo aun de su sombra. Dionisio, primer tirano de Sicilia, los pasó a Regióna e hizo con ello admirable su casa, la cual fue después Academia, y hállase en los autores12 no haver podido allí crecer en grandeza, y que ha havido otros en Italia13 y aun en Hespaña celebrados con proprios renombres. Esto acaeció en el tiempo que fue conquistada Roma,14 y después acá han sido tan estimados y tenidos en tanta veneración que los crían con vino porque se halla aprovechar en gran manera sus raíces (pues ya havemos dicho que también los árboles lo beven}.

Dízese más: haver havido en Atenas en el paseo de la Academia no pocos, entre los cuales se vido uno que esparcía sus ramos de largo de 33 cobdos.15

Hay agora otro plátano muy notable en Licia,16 junto al camino, acompañado de una muy fría y deleitora fuente, cóncavo a manera de cueva, con hueco de 81 pies, el cual es cubierto de su misma altura, que campea a manera de boscaje y con muy grandes ramas, las cuales parecen otros árboles, cubre los campos de sombras. Y porque no faltase nada al retrato de cueva, tiene la fuente por de dentro de una corona o bóveda hecha de la cual abraza aquellos vellosos peñascos, digna de tanta admiración que le pareció a Licinio Mutiano, que fue tres vezes cónsul y agora poco ha embaxador en aquella provincia, justa cosa dexar escripto a la posteridad de cómo dentro della, con 18 compañeros, dando sus ramos bien cumplido asiento a todos, seguros de tempestad, y que deseava que lloviese para gozar del ruido que causase el agua tiniendob sus hojas, y que acostado debaxo reposó más a su placer que si estuviera aquel lugar adornado del lustre y resplandor de mármoles, variedad de pinturas y dorados zaquizamíes y techumbres.

Otro cuento hay del príncipe Cayo, el cual se admiró de ver en el campo Veliterno17 los sobrados18 de un plátano y escaños abiertos con las vigas apartadas de sus ramos, y comió en él como en (triclinio} con sombra capaz de 15 combidados, con todo el servicio necesario, siendo él uno dellos, y esta cenac se llamó nido.

También en la ciudad de Gortina, que es de la isla de Candía, hay un plátano a par de una fuente notable por la memoria que hazen de él los autores latinos y griegos,19 que jamás pierde la hoja, aunque se alarga luego la mentirosa Grecia diziendo que durmió Júpiter debaxo de él con Europa, como que no huviera otros de su género también en Chypre y aun en la misma Candía, según es la naturaleza de los hombres amiga de novedades. Fueron plantados de él ocho y nazidos con el mismo vizio,20 porque no sirve este árbol de más que de impedir la entrada del sol por el estío y admitirla por el himbierno. De ahí le truxo a Italia y a sus arrabales, en tiempo de Claudio Nerón, Esernino, eunuco de Tesalia, uno de los esclavos libertados de César, que havía sido esclavo de Marcello, tan rico que con razón se pudiera también llamar Dionisio, y que havía adoptado el nombre de Marcelo para ser poderoso.

Y aún duran21 en Italia las monstruosidades de otras tierras, aliende de las que ella tenía primero inventadas.



a. Reggio Calabria.

b. Tañendo.

c. Triclinio, comedor.



EL INTERPRETE


1(Como a Júpiter el ésculo). Deste árbol, junto con los demás glandíferos, hablaremos largamente con Plinio en el libro dieciséis. 2(Con liquores). Algunos quitan el frugi y leen blandioribus succis, como el mismo Plinio tiene en el capítulo IV del libro vigesimoquinto. A otros les agrada más leer blandioribus succi fruge, lo cual yo sigo. 3(Las segundas mesas). ¿Quiérenos Plinio significar los manjares postreros? Qué sean éstos declara Ateneo largamente en el libro decimocuarto de su Dymno Sophistion por algunos capítulos. 4(Las Galias). Hablamos copiosamente dellas en el libro tercero, que es su proprio lugar. 5(De carpintería). Haverse llamado en latín oficial: “el que tracta materias duras como el hierro, mármol y madera”, y fabril lo que toca a aquella parte. Nosotros adoptamos aquella palabra de la carpintería por no hallar otra más general.

6(Los sobredichos liquores). Esto entiendo por premisa, aunque se pudiera entender “embiados adelante” porque havía dicho: de ellos tenemos el azeite con que los miembros se recrean, de ellos el vino con que las fuerzas se fortalescen, y ansí dizen agora que este Hélico llevó, volviendo a su tierra, los sobredichos liquores del vino y del azeite, si no agradase a alguno leer premiar y no praemissa o promissa, como quiere Hermolao. 7(Plátano). Vense en Italia algunos y en Hespaña también, porque yo los he visto, principalmente en Valladolid a la rivera del Pisuerga y en la corte de Madrid en el huerto que fue de Gonzalo Pérez, secretario de su magestad, y después sucedió en el príncipe Ruy Gómez, de la Cámara del rey Philippo II, nuestro Señor. No son deste género, aunque tienen el mismo nombre acerca del vulgo, los que otros llaman musas, según parece de la forma que damos pintada entre las plantas destas Indias Occidentales. Menos son otra especie de aron que en Hespaña llaman algunos plátanos, los mexicanos quequezque y los portugueses ñaumes, y otros tienen, con engaño, por faba aegiptia, pues ni la hoja, que es muy ancha, le corresponde, tiñiéndola el plátano como de vid, ni es árbol, sino hierba. 8(Por el mar Ionio). Extiéndese este mar desde la Morea hasta Sicilia y seno Adriático. 9(La isla de Diomedes). Está la isla de Diomedesd en aquel cabo del mar Ionio que es parte de la canal de Venetia, en la costa de Apuña, notable por la sepultura deste griego, según que en el último capítulo del libro tercero lo refiere nuestro autor. 10(Hasta los morinos). Pueblos son de la Gallia Bélgica o Flandes, y particularmente de la que hoy dezimos Terovana.e

11(Y haze su sitio pechero). Algunos códices, como el Toledano, tiene escripto a tributarium detinet solum, que quiere dezir “ocupa el suelo tributario” o que ocupa mucha tierra con su sombra, donde no se puede sembrar cosa de provecho, prohibido el concurso del sol pagándose terrazgo de ella. Y no pareze letra fuera de razón, pues usa Plinio del mismo lenguaje en el capítulo III del libro vigesimoquinto, diziendo ab summunt alimentum et destinent locum. 12(Hállase en los autores). Como es Tarco Glamosto, libro cuarto De historia plantarum, capítulo VII. 13(Y que ha havido otros en Italia). Estas palabras tienen algunos por allegadas y añadidas en este lugar. 14(Al tiempo que Roma fue conquistada). Entiende Plinio de los galos, lo cual acaeció en el año de su fundación de 364, como dirá nuestro autor en el capítulo I del libro trigesimotercero y cuenta largamente Tito Livio en los libros que escrivió Ab urbe condita, 15(Treinta y tres). Teophrasto, en el libro primero de la Historia de las plantas, capítulo 11, dize quem ab modum in liceo est autem ambulatio aethernis per latamis apud aquem citer cubitateria et triginta radicem missit habens, de do pareze que se ha de leer cubitorum 33 vinus radice ramos agente.

16(Licia). Provincia es de Asia la Menor, fuera del monte Tauro. Tiene ésta de parte de oriente a Caria; de occidente a Pamphilia; de septentrión a Phrygia y Caria, y de mediodía al mar Rhodio. 17(En el campo Veliterno). Está en la primera región de Italia, según la partición de Augusto, y particularmente en el Latió o Campania de Roma, de cuyos términos hablamos en el libro tercero. 18(Los sobrados). Sobrados o escaños se llaman, en los árboles, aquellos que hazen los ramos que no suben derechos, antes se desparcen por los lados a unas partes y otras. 19(Griegos). Como es Teophrasto, en el capítulo XV del libro primero, donde dize: “sé que hay plátano en Go... que no pierde la hoja debaxo {ilegible en el texto}”. 20(Con el mismo vizio). Este es el verdadero sentido deste lugar, porque siendo estéril y no sirviendo de más que de quitar el sol en el estío y admitirle en el himbierno, los que aquí se plantasen, con el mismo vizio nacerían. Usa desta palabra regenerate Plinio en el mismo sentido en el capítulo XII del libro seteno, Sed qui potentia causa... Estas palabras, hasta donde dize transtulit id gemis, tienen por espurias algunos e indignas de la gravedad pliniana, porque no había de describir él tan por menudo las fortunas deste esclavo, aunque yo quisiese dexarlas traducir para que el lector juzgue lo que le pareciese.

21(Y aún duran...). Las que se siguen hasta el cabo fueran mejor comienzo del capítulo que sucede que fin del presente. Mas por no perturbar o desgustar a los que están acostumbrados a las particiones de los capítulos que en los libros impresos están por la mayor parte a las {jergas}, lo dexaré a la discrección del lector, al cual tampoco quiero desasosiegue el término desatinado del autor con que nombra muchos dioses, porque siendo como fue gentil y falto de la lumbre de la fe, no es mucho espantar siga el lenguaje y religión de sus mayores en la que tampoco fue todo constante.



d. Santo Domenico, isla frente a Apulia.

e. Tarvena.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2