CAPITULO XLIII


De la diferencia de los miembros del hombre de los de los otros animales


De los Animales terrestres sólo el hombre es de dos pies. Sólo él tiene iúgulo1 y hombros, como los demás tengan los que llaman armos,2 y solo tiene ulnas.3 Los animales que tienen manos, por de dentro solamente las tienen carnosas, y por de fuera cubiertas de nervios y cuero; algunos tienen seis dedos en las manos. Escrívese haverse llamado por esta causa Sedígitas dos hijas de M. Curiacio, hombre de noble casta, y Volcacio, poeta famoso, Sedigito. Compónese los dedos del hombre de tres juncturas o artejos, y el pulgar de dos, el cual se dobla4 al contrario que los demás. Y, por sí, se estiende al través, siendo más grueso que cualquiera de los otros dedos. Igual es a éste, en largo, el meñique, y los otros dos entre sí, aunque es el de enmedio el más largo. Los de cuatro pies que viven de rapiña tienen cinco dedos en los pies delanteros, y los demás cuatro, como los leones,5 lobos, perros. Y otros pocos tienen también en los traseros cinco uñas, con más una que cuelga a par de la junctura de la pierna. Los demás, que son menores, tienen también cinco dedos. Los brazos no todos los tienen iguales entre sí. Sabida cosa es haver tenido un hombre de Thracia, diligente en los juegos de Cayo César, la mano derecha más larga que la izquierda; algunos animales usan de los pies delanteros en lugar de manos y se asientan llevando con ellos el manjar a la boca, como las hardas.a





a. Ardillas.



EL INTERPRETE


1(Iúgulo). Llamárnosle degolladero, y es un asiento cóncavo a manera de luna, que está entre dos senos do se asientan las clavículas o astillas. 2(Armos). Ansí se dize, en estos animales, el espalda. 3(Ulnas). Son los huesos baxos de los brazos que van a parar al pólice o dedo pulgar. Porque los otros, sus compañeros, se llaman radios. 4(Se dobla). No quiero en esta parte referir el número de los tendones que mueven los artículos de los dedos, ni su admirable uso y composición, y la proporción que tienen entre sí los que mueven estendiendo, encogiendo y apartando los dedos a causa de la cual, cerrados, no pueden apartarse, y abiertos sin ningún negocio, antes espontánea y naturalmente, se apartan, porque aliende que Galeno lo cuenta extensamente en el primero libro De usu partium y en el primero De anatomicis administracionibus, sería dilatar mucho estos comentarios. 5(Como los leones). Leo ut leonibus, lupis, canibus, de Aristóteles en el libro cuarto De partibus animalium, capítulo IX.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2