CAPITULO XXXVII


Historia de la naturaleza de animales por miembros




Parte primera


De las cabezas de los hombres y otros

animales, y de algunas partes exteriores

dellas y en particular de la cabeza;

de sus eminencias: cuernos, cabellos,

calva, canas, coronilla y huesos


Tráctese agora, particularmente después de lo ya dicho, la historia, discurriendo por cada miembro, del cuerpo.

Todos los animales que tienen sangre tienen también cabeza, en la cual pocos, y dellos solas las aves, tienen algo levantado de diversas maneras. El ave phénix lo tiene de cierto orden de plumas, {y} saliendo de una eminencia, otra. Los pavones tienen una manera de arbolicos, {en} forma de cabellos. Las stymphalydes,1 un cyrrho o dureza. Los faisanes unos como cornezuelos, {como} también otra ave pequeña, la cual, siendo antiguamente llamada galerite2 por una manera de sombrero que tiene en la cabeza hecho de plumas, después dio con vocablo francés nombre a la legión alauda.3 Ya havemos dicho de aquella {ave} a quien dio Naturaleza cresta que se pliega4 y encoge, la cual se levanta desde el pico por medio de la cabeza. También dio cyrrhos al género de las fúlicas, u hojas, y al pico martio y grulla baleárica.5 Pero a las gallinas dio las crestas, insignia muy vistosa, corpulenta y aserrada, la cual podríamos dezir con verdad ni ser carne ni ternilla, ni callo, pero una cosa particular. Porque no se halla quien haya visto las crestas de los dragones.

Dio Naturaleza cuernos a muchos animales del agua y de la mar y serpientes, de diversas maneras, pero que con razón les podemos poner este nombre, solamente al género De los Animales de cuatro pies, porque tengo por fabulosos, aun en la historia latina, a Hacteón y Cippo.6 Y no hay cosa en que más se dexe entender la lascivia y retozo de Naturaleza, la cual jugó con las armas De los Animales, extendiendo unos cuernos en ramos, como los de los ciervos; dándolos a otros senzillos, como en el mismo género, a los que por eso se llaman subulones;7 a otros como palmas8 con sus dedos, de donde los llaman platicerotas; dio los ramosos a las capreas,9 pero pequeños y que nunca se les caen, y retorcijados a los carneros,10 como cestos.11 A los toros, crueles, y en este género también a las hembras, como en muchos a solos los machos. A las rupicapreas12 bueltos hazia las espaldas; a las damas bueltos al contrario, y el strepsicerote13 levantados y torcidos, con cercos de arrugas, y aguzados en una liviana altura que parece lira,14 la cual llaman en Africa adaz. Diolos movibles como las orejas a los ganados de Phrygia, y a los de la troglodítica, derechos hazia la tierra, a cuya causa paseen torciendo la cerviz; a otros, uno solo,15 y éste enmedio de la cabeza o narizes, según que diximos. También, a unos robustos para que puedan encontrar; a otros aptos para herir; a otros corvos hazia abaxo; a otros hazia arriba, bueltos, travados unos con otros, y todos que acaban en punta. A cierto género de animales sirven de manos para rascarse el cuerpo; a los caracoles para tentar el camino; éstos son corpóreos como los de la cerasta, y algunas vezes uno. Los caracoles siempre tienen dos16 y de manera que se estienden y encogen.

Beven los bárbaros, que habitan hazia septentrión, con los cuernos de los uros,17 y los de una cabeza hinchen dos urnas.18 Otros hazen dellos puntas a las astas. Entre nosotros, cortados en láminas, se traslucen, y sirven de muy transparentes linternas, y gástanse en otras mil delicias19 o regalos. Unas vezes teñidos, otras untados debaxo, otras lo que llaman cerostrados.20

Todos los tienen huecos y a la punta macizos. Sólo los ciervos los tienen todos macizos y los mudan cada año. Curan los labradores untándolos con gordura las partes maltractadas de andar, y es su naturaleza tan domable que se doblan con cera hirviendo en los cuerpos De los Animales vivos. Y aún divididos en los rezién nacidos, se tuercen hazia diversas partes, tanto, que se hazen cuatro en cada cabeza con este artificio. Muchas vezes los tienen más delgados las hembras, como a muchas del ganado acontece. Las ovejas carecen dellos, ítem las ciervas, y todos los animales que tienen partidos los pies en dedos, o enteros, sacado el asno de la India, que es armado de un solo cuerno. Los patihendidos tienen dos, pero ninguno de los que tienen en la parte alta de la boca los dos dientes que llaman primores, que están enmedio della. Los que creen21 consumirse los dientes en cuernos pueden ser fácilmente confundidos con la naturaleza de las ciervas, las cuales ni tienen dientes, como ni los machos, ni tampoco tienen cuernos. Están pegados a los huesos de los demás,22 pero en los ciervos salen de solo el cuero.

Los peces son los que entre todos los animales tienen mayor cabeza en proporción de su cuerpo, por ventura para zabullirse. El género de las ostias no la tiene, como ni el de las espongias, o algún otro animal casi de los que tienen sólo el sentido del toque. Algunos tienen la cabeza que no se diferencia del cuerpo, como el género de los cangrejos.

Es la más pelosa la del hombre entre las cabezas de todos los animales, ansí la de los varones como la de las hembras. Digo acerca de las naciones que no se tresquilan, y de ahí los alpinos23 se llaman capillatos, y la Gallia, comata, pero de suerte que en esto hay alguna diferencia de las tierras; porque los myconios nacen sin ellos, ansí como en Cauno con mayores bozos que en otras partes. Algunos animales son calvos naturalmente, como los abestruzes y cuervos acuáticos,24 los cuales de ahí tomaron acerca de los griegos el nombre.

Pocas vezes25 se pelan las mugeres; en los castrados26 jamás acontece, ni en hombre alguno antes de conocer muger, y no abaxo del celebro27 o de la coronilla, o acerca de las sienes y orejas. La calva a solo el hombre acontece entre todos los animales, sacando la que es natural. Solos los hombres y los cavallos encanecen, pero el hombre siempre desde la parte delantera de la cabeza y después de la trasera.28 Dos coronillas29 tienen solamente algunos hombres.

Son los huesos de la cabeza30 lisos, delgados, sin tuétano,31 y juntados o travados mediante las comisuras o raphas. Quebrados no se pueden consolidar, pero quitados en poca cantidad de él no son de muerte; porque en su lugar sucede y se cría un callo duro. Ya havemos dicho que los osos los tienen muy delicados, y los papagayos durísimos.



EL INTERPRETE


1(Las stymphalides). Llamáronse estas aves ansí, como parece de muchos antiguos autores, de la laguna Stymphalus, que está a par del pueblo Stimphelo, de Arcadia. Estas dizen no haver muerto, pero ahuyentado Hércules con ruido de sonajas, aunque otros dizen haverlas muerto. De otras deste mismo nombre, aunque no sabe dezir si de la misma naturaleza, haze mención Pausanias, diziendo que eran de tamaño de grullas y forma de ibis, y que podría ser haver venido de Arabia, donde éstas se crían y persiguen los hombres con no menor crueldad que los leones a Arcadia. Pero como destas aves en nuestra edad no se tenga noticia alguna, no podría dellas hazer censura ni juizio, porque no me curo de lo que un autor de obscuro nombre dellas afirma —conviene a saber, que son las que algunos llaman vanelos y, en el reino de Toledo, frailezillos, y quincas en Castilla la Vieja—, persuadido de tan flacas razones, que lo fuera tractar al presente dellas. 2(Galerita). Ya diximos en el {libro} nono haver déstas unas cristatas alaudas, que son nuestras cugujadas, y otras no cristatas, las cuales llamamos calandrias y en otras partes terrericas. 3(Alaudas). Propriamente es la cristata o cugujada; entre las no cristatas cuentan las calandrias terreruelas, calandrias medianas y corresenderos. 4(Que se pliega). Esta llaman los latinos apupa, y abubilla nosotros. De las ulicas y picos marcios se habló en el libro décimo. 5(Grulla baleárica). De aquí parece no ser nuestra caída la grulla baleárica, o de las islas de Mallorca y Menorca (pues la caída no tiene estos cirros o bultos de plumas, duros, en la cabeza), antes la ardea o garza cenizienta de que hizieron mención.

6(Hacteón y Cippo). Hombres fueron que fingió la antigüedad, para significar algunas fábulas que tuvieron, haverse convertido en ciervos. 7(Subulones). Subula se dize en latín el alesna, instrumento de que usan los zapateros para coser las suelas y los cueros. De ahí se llamaron subulones un género de ciervos que tienen los cuernos derechos y agudos, a modo de aquel instrumento o punzón, {que} los llaman vulgarmente corzos. 8(A otros como palmas). Estos llaman los antiguos griegos platicerotas; los latinos laticornes, y nosotros gamos; son especie de ciervos, como en otras partes havemos dicho, porque los mudan como ellos, y no las que los latinos llaman damas, porque éstas son especie de cabras monteses, de cuernos pequeños y bueltos hazia delante y sin daño alguno, de donde dixo Marcial. Imbelles damae quid insiprae dasumus. 9(Capreas). Especie son también de cabras monteses, de que en otras algunas partes havemos ya hablado. 10(De los carneros). Ya he dicho de muchas diferencias de carneros en otras partes, con cuyos cuernos jugó Naturaleza, dando a unos dos y a otros cuatro y a otros ninguno, como los de Sicilia e Indias.

11(Como cestos). Instrumento era con que se combatía; vense esculpidos en mármores antiguos, y sacados de allí debuxados en algunos libros impresos que tractan de las cosas de la antigüedad. 12(Las rupicapreas). Llámanse hoy rubecos en Asturias, y créese ser éstas porque tienen los cuernos, aunque pequeños, rebueltos sobre las espaldas. Llámanlas los franceses carnuzas, y sirven para algunos géneros de bestiduras sus cueros curtidos y aderezados. Son género de cabras monteses. 13(Strepsicerote). Llaman este género de cabra montés en las mismas Asturias, donde se cría, movejo, cuyos cuernos parecen al debuxo con que los antiguos astrólogos figuraron la lira, según que en el nono la damos pintada. Llámalos Bellonio, francés, carneros de Creta. También son géneros déstas los origes, ítem los íbices o bove estari de Francia, cuyos cuernos de estraña grandeza havemos visto con todos los demás de que havemos dado noticia, ya en sus animales, ya guardados en poder de gentes curiosas. Pero, pues al presente no habla Plinio dellos, baste lo que tenemos dicho en el octavo. 14(Lyra). Unos leen ut lyras dices; otros, ut lyras decerent. 15(A otros uno solo). Léase sobre esto el octavo libro donde hablamos dellos largamente.

16(Tienen dos). Esto se entienda por la mayor parte, porque los puercos no los tienen. 17(De los uros). Véase el mismo octavo. 18(Dos urnas). Cada urna, reduzida a nuestra medida, cabe seis azumbres y medio cuartillo. 19(Mil delicias). Yo los he visto reduzidos a tanta blandura, que se pudiera imprimir en ellos, como en cera, cualquier figura. 20(Cerostrado). Compónese esta palabra de ceras que es cuerno y (στρωτός} que es en latín stratum, de manera que cerostrado quiera tanto dezir como cubierto de láminas de cuerno: porque se solían hazer las taraceas de diversas maderas, y después se usó cortar los cuernos para el mismo efecto, y después de teñidos con varios colores cubrir con ellos los escritorios, mesas y camas, y otras cosas como se haze hoy de las nácaras, huesos, marfil, conchas de tortuga y de otras cosas innumerables, que conoce bien el regalo o, por mejor dezir, el desperdicio humano.

21(Los que creen). Dízelo Aristóteles, el cual trahe, en respuesta desto, no haverlos dado naturaleza a las hembras por ser inútiles aun a los machos, aunque éstos los sufren por la mayor fuerza y vigor, lo cual no sé si escusa lo que havía dicho primero. 22(De ios demás). Hanse de exceptar los que por causa de la región los tienen movibles, como los de Phrygia; el resto los tiene travados con una hijuela que sale del casco, y esto llama estar pegados a los huesos. 23(Los alpinos). Déstos se vea el libro tercero, en la parte que dividimos las Gallias. 24(Cuervos acuáticos). Estos llaman calvos, aunque nosotros llamamos calvo un cuervo, no del agua, sino de los montes, conocido en Hespaña, que procediendo en edad se pela, el cual es el phalacrocorax de Plinio. 25(Pocas vezes). Otros dizen nunca.

26(En los castrados). Como el calvecer acontezca por falta de humidad natural y abertura de poros, y todos estos de que Plinio habla sean fríos y húmidos, síguese que no encalvecen. 27(No abaxo del cerebro). Por ser estas partes más húmidas y espesas. 28(De la trasera). Vienen las canas de humidad y putrefacción, y ansí acontece en las partes menos secas. 29(Dos coronillas). Leo vertices bini hominum tantum aliquibus capitis ossa, etc. ex Aristóteles, libro 1, Historia Animalium, capítulo séptimo, donde dize: verticem calvae medium descrimen etsae quamentum capillorum vocamus, quod non nullis geminum este, sunt enim qui factia natura bivertices sunt verum non osse sed capillorum ed quamento. 30(Los huesos de la cabeza). Son los huesos en la fábrica admirable del hombre como fundamento y estrivo de toda la máchina, y según quien todo lo demás se dispone y figura de naturaleza terrestre, conviene a saber, fría y seca y sin nervios, o sentimiento alguno. Referir al presente su estructura o travazón, diferencias, agujeros por do se comunican a todas las partes del cuerpo, arterias, venas y nervios, y se expelen las cosas superfluas y dañosas, ítem las palabras con que se distinguen y nombran, aliende que sería fuera de nuestro intento hazernos ya repetir lo que largamente y con distinción y claridad escrivimos en nuestra medicina y comentarios sobre los libros anatómicos de Galeno. Por lo cual sólo dello diremos lo que perteneciere y fuere más allegado al propósito del entendimiento deste autor. Los huesos, pues, de la cabeza, que por lo menos necesario se nombren aquí, son ocho, divisos de Naturaleza, o por mejor dezir de la Divina voluntad, con sumo y admirable consejo para mejor salud del cerebro porque se expelen por las raphas o juncturas proprias (cual es la coronal, sagital y lambdoide), y por otras cinco improprias que agora no digo (las cuales todas reciben variedad en las cabezas mal formadas), los vapores y superfluidades, a cuya causa las tienen muy flacas los que dellas acaso carecen. Los huesos son éstos: el de la frente, dos de enmedio de la cabeza, el del colodrillo, dos de las sienes, que es como una cuña y solo, y otro que en sus agujeros y rareza parece una criva. Porque no cuento aquí los osezuelos de los oídos, el yugal y otros aditamentos que yo, no sin grande deleite, en las anatomías o disecciones que hize estando en Guadalupe, con los que a ellas asistían, considerava, los cuales se reservan para cuando tractaremos más de propósito aqueste divino opificio e historia.

31(Sin tuétano). Aunque tienen una substancia porosa por do penetran venas y arterias, necesarias a su vida y mantenimiento, no se pueden consolidar porque los miembros que se crían de la simiente no pueden, si una vez faltan, tornarse a engendrar de nuevo, faltando la materia de que sola pueden reengendrarse, sacados los dientes, para cuya renovación reservó naturaleza alguna parte, porque si no se mudaran haviendo ya servido siete años, hiziéranse botos, y faltando quien preparara en la boca los manjares, no pudiera el hombre durar. Mas en lugar destos miembros seminales se cría un callo que llaman poro, bastante para su restauración (los osos los tienen muy delicados). Vese esto en el cuidado que tienen de cubrir la cabeza con las manos cuando se arrojan por algún risco; lo contrario acontece en los papagayos, los cuales oponen el pico y cabeza a todos los peligros, como partes que sienten con cierto instincto tener más duras que el resto del cuerpo y, ansí, con ellas se amparan contra la flaqueza de sus pies.




Parte segunda


De los sesos, oídos, narizes, cara, frente y cejas


Todos los animales que participan de sangre tienen sesos1 y, en el mar, también los blandos, aunque {algunos} no la tienen, como los pulpos.2 Pero el hombre, en proporción del cuerpo, le tiene grandísimo, humidísimo y el más frío de todos los miembros interiores, cubierto por todas partes de dos telas,3 de las cuales romperse alguna es cosa mortal; en lo demás, los varones le tienen mayor que las hembras. Carece en los hombres de sangre y venas, y no en los puercos de gordura.4 Afirman los eruditos ser diferente su substancia de la del tuétano,5 porque cozido se endurece.6 Hay enmedio del cerebro de todos los animales ciertas concavidades.7 A solo el hombre late en la niñez, y no se haze robusto antes que comienze a hablar. Es éste el más alto miembro de los interiores, y más cercano al cielo de la cabeza, sin sangre, sin carne, y sin suziedad alguna. En éste, como en alcázar, moran los sentidos; a él va, del corazón, toda la fuerza de las venas; aquí es la cumbre altísima, aquí está el regimiento de la razón, y en todos los animales se acuesta hazia delante, porque también los sentidos andan delante de nosotros. De él nace el sueño y cabecear; los animales que carecen de cerebro8 no duermen. Dízese tener los ciervos en la cabeza 20 gusanillos debaxo de la concavidad de la lengua, cerca de la parte do se junta la cabeza con el resto del cuerpo.

Sólo el hombre no menea las orejas,9 las cuales dieron apellido a la familia de los Flaceos. No tienen las mugeres miembro que las eche en más costa por las perlas y {zarcillos} que dellas cuelgan; tiénese en las partes orientales por honra traher los varones en ellas oro. De los Animales, unos las tienen mayores y otros menores, solos los ciervos cortadas y como divididas, y los sorges vellosas; tienen orejas todos los que engendran animal, sacando el bezerro marino y delphín, y los que llamamos cartilagíneos o de ternilla, y las víboras. Tienen éstos ciertas cavernas o concavidades en lugar de orejas, sacando los cartilagíneos y delphín, el cual con todo esto es cierto que oye, porque se deleita con la música, y le asen atónito y adormecido con el sonido, y es de admirar cómo oyen los mismos, como quiera que no tengan aun rastro del órgano auditorio: huelen muy delicadamente. De los Animales alados sólo el búho y el carabo tienen unas plumas como orejas, los demás ciertas concavidades con que oyen, y de la misma manera los que se cubren de escamas y las serpientes. Dan en los caballos y en todo el género de los jumentos, muestras del ánimo, porque en los cansados se marchitan, en los temerosos tiemblan, en los furiosos se aguzan y en los enfermos adelgazan y resuelven.

Sólo el hombre tiene haz, los demás cara y rostro. Tienen todos frente,10 pero sólo en el hombre da muestras de tristeza, alegría, clemencia y severidad. Al cabo della están, en los hombres, las cejas, las cuales se mueven a vezes juntas y, a vezes, cada una por sí, y aun hay en estas partes ánimo porque con ellas negamos y concedemos. Estas principalmente dan indicios de altivez, y aun la sobervia, aunque se forja y concibe en otra parte, tiene en ésta su asiento. Nace en el corazón, pero aquí se muestra, y de aquí depende, porque no halló otro lugar más alto, y por mejor dezir, otro despeñadero en el cuerpo donde sola estuviese.



EL INTERPRETE


1(Tienen sesos). Ha tractado el autor de la cabeza y partes algunas exteriores della; agora pasa al cerebro o sesos, distinctos del cerebello, que se contiene en la parte posterior, y algunos piensan, con engaño, ser de más dura substancia que ellos, y origen de todo el tuétano, que discurre por medio del espinazo. Pudiéramos no fuera de propósito declarar, aliende de los murezillos que mueven la cabeza, como ésta no fue criada por razón del cerebro, antes de los ojos, y a causa dellos puso naturaleza en ella el cerebro, y de éste los sentidos, también si por ventura tiene el principado de todo el cuerpo, como lo sintieron varones grandísimos contra el de los que creen ser partícipe de él también el corazón e hígado, y de Aristóteles que a solo el corazón refiere la monarchía deste pequeño mundo, el nudo de la generación de los espíritus animales; es el miembro más frío y húmido de los interiores, y (como quiso Aristóteles) criado para resfriar el corazón, o antes para ser asiento del ánima racional, como el corazón e hígado de la irascible y concupiscible, según que lo sintió Platón, en que consisten los desasosiegos y perturbaciones humanas. Iten los nueve pares de nervios que de él salen, de cuyo nono par se derivan los reversivos, los cuales cortados se quita la voz, según que Nicolás de Vergara y yo lo experimentamos, varón en esculptura y pintura excelente. Y la red que llaman admirable y el espejo, cuatro ventrículos, do dizen exercitarse diversas obras de la potencia animal, y otros tantos senos; el cuerpo calloso, el encamarado, las que dizen tetas, nalgas y testículos del cerebro; la landrezilla, de forma de piñón; y la de la flegina, con su embudo, y el cuerpo semejante a gusano, según que lo havemos visto y cortado muchas vezes, ansí en hombres como en otros algunos animales. Pero porque desto escrivimos aparte, y al presente sería de grande prolixidad, pasaremos a declarar otras cosas del texto. 2(Como los pulpos). No entiende que tengan cerebro verdadero, sino cosa semejante y proporcionada a él, porque ansí lo sintió Aristóteles, a quien en estas cosas nuestro autor sigue. 3(De dos telas). Tiene el cerebro dos telas que le amparan, defienden y cubren, aliende de otros usos. La una, llamada dura, aunque bien mirado son dos, y ésta, apartada del cerebro para que se dé lugar a su pulsar y latir, porque lo haze como el pulso, según que en mi juventud, y casos de necesidad, que exercité el arte de chirùrgica o, siendo acompañado de cirujanos, lo observé no pocas vezes, colgada con ciertas ataduras que pasan por las comisuras del periósteo o pericráneo, la cual se divide en cuatro partes para ciertas divisiones del cerebro y usos que no tienen aquí lugar. Y otra que llaman pía, dividida en dos. La roptura déstas es por la mayor parte mortal, según que Plinio lo afirma, pero no siempre, porque ya havemos visto no sólo rotas ambas telas, pero, salida fuera alguna parte de la substancia del cerebro, vivir el paciente, con lo cual junta Galeno otro caso no menos admirable, y es haverle salido a uno la humidad albugínea de un ojo, sin por ello perder la vista, y aun yo vi, en el hospital del cardenal don Pedro González de Mendoza, una muger que havía 20 años que traía descubierta la duramáter, sin sentir por ello detrimento en la salud, practicando yo en él la cirugía. Pero aquí no se tracta de casos monstruosos, sino de las hazañas ordinarias y familiares a Naturaleza. 4(De gordura). Porque leo hominibus et reliquis hoc, sine sanguine, sine venis, et sine pingui, pues tampoco tiene el del hombre gordura, según se ve por experiencia y lo sintió manifiestamente Aristóteles. 5(De la del tuétano). El tuétano del espinazo es semejante en substancia y mantenimiento a los sesos, según que lo afirma Galeno en el libro undécimo De las medicinas simples, diziendo dar el mismo manjar el tuétano del espinazo que dan los sesos, y, por tanto, flegmático y grueso, de dificultosa digestión y perjudicial al estómago, porque le provoca a vómito. De donde me maravillo que, diziendo Aristóteles que es el cerebro frígidísimo, diga que el tuétano del espinazo es calidísimo, como sea, según havemos dicho, de una misma naturaleza, fuera de que los huesos del cerebro no son movibles como los del espinazo y la substancia del cerebro se mueva contra la quietud e inmobilidad que en el espinazo conocemos. Digo, pues, que la naturaleza del cerebro conviene con la del espinazo, pero no con la de los demás tuétanos, porque la del cerebro es fría, como havemos dicho, y ansí, cozida, se endurece, y la de los demás tuétanos es cálida, y haze efectos de manifiesto calor, como se entiende, discurriendo por ellos, a cuya naturaleza es cercana la de la gordura que llaman los latinos pingüedo, de quien difiere la del sebo o adeps en ser más gruesa, y ansí se halla el sebo en los animales más terrestres y la gordura en los más húmidos: la gordura, llegada al fuego, se derrite más presto, y quitada de él se cuaja más tarde y, por el contrario, el sebo se derrite, puesto al fuego, tarde, y apartado de él se cuaja más presto.

6(Se endurece). Prueva esto ser de naturaleza acuosa y terrestre, y como la médula sea aérea e ígnea, mostrará diferir della. 7(Concavidades). Leo osculla o oscilla. 8(De cerebro). Hase de entender “y de cosa a él proporcionada”. 9(Sólo el hombre no menea las orejas). Esto se deve entender por la mayor parte, porque yo conozco hombres que las mueven, y esto acontece, según algunos quieren, por subir muy alto el primer par de nervios que mueven los carrillos y los labios. Aunque otros dizen haver visto, aunque raras vezes, en hombres, un músculo que nace de los carrillos y se acaba en las alas de las orejas y las mueve hazia delante voluntariamente y, otras vezes, otro en la parte trasera que nace del proceso que llaman mamiliar, pero que estos dos músculos, como se hallen siempre en los brutos, se hallan en los hombres muy raras vezes. 10(Tienen todos frente). Tiene Realdo Columbo (varón muy excelente en anatomía, y que no tuvo tanta cuenta con seguir las pisadas de Galeno o de Vesalio, aunque también fue en esta cosa de diligencia admirable, como en inquirir y averiguar la verdad) por averiguado haver dado Naturaleza a la frente, no un músculo, como hasta agora se creía, sino dos, que proceden de lo más alto de la nariz, oblicuamente hazia las sienes, y esto, para el movimiento de las cejas de que Plinio dize luego que se mueven, a vezes juntas y a vezes cada una por sí, con ayuda de otros dos murezillos de las narizes, que sólo este autor pone y se jacta {de} haver primero que otro hallado. En confirmación de aquesto, aliende de la disección y vista de ojos, haze memoria del cardenal Ardingelio, el cual, como por tener una herida en ella, no movía la mitad de la frente, moviendo la otra, que es evidente indicio de su opinión.




Parte tercera


De los ojos


Debaxo {de la frente} están los ojos, parte preciosísima del cuerpo,1 y que, con el uso del ver, distinguen la vida de la muerte. No los tienen todos los animales, porque las ostias2 carecen dellos, y algunas conchas los tienen dubdosos, pues vemos que, si alguno mueve los dedos contra los pectines cuando tienen abierta su cobertura, se encogen como si viesen. Y aun los solenes, género destas mismas, huyen de las herramientas que cerca les allegan. Entre los de cuatro pies, carecen de vista los topos, aunque tienen cierta semejanza de ojos, si les quitan una tela con que tienen la {vista} tapada. Y entre las garzas se dize carecer dellas los que llaman leucos,3 aves de buen agüero cuando vuelan hazia mediodía o hazia septentrión, porque dizen deshazerse entonces los peligros y miedos. Nigidio afirma carecer dellos las lagostas y cigarras. Tienen los caracoles en lugar de ojos unos cornezuelos con que van descubriendo tierra y tentando el camino, y no se le concedieron a lombriz alguna, o al género de los gusanos.

Sólo el hombre tiene los ojos de diversos colores,4 como los demás los tengan de uno mismo, a cada uno en su género. Algunos cavallos los tienen zarcos, pero en el hombre son de innumerables variedades y diferencias: grandes, medianos y pequeños; saltados, y éstos se tienen por de más corta vista; hundidos, de muy aguda, como también los de color de pelos de cabras. Unos ven de lexos, otros de cerca; muchos ven en los días claros y en los anublados no, ni puesto el sol. Otros no ven de día, y de noche mucho más que los otros. Ya havemos dicho de las dos niñas, o a quién son de vista ponzoñosa: los zarcos son más claros en lo obscuro. Dízese que Tiberio César, solo entre todos los hombres, tenía tal propiedad que, despertando de noche, vía por un rato ni más ni menos que de día, hasta que poco a poco se tornava a hallar a oscuras. El divino Augusto los tuvo zarcos, como los cavallos, y de cierta blancura y grandeza estraña al resto de los hombres, por lo cual se enfadava de que se los mirasen con mucha atención. Claudio César los tenía sembrados de unas venas sanguíneas con una blancura carnosa en los lagrimales; el príncipe Cayo, yertos, y Nerón, botos, aun para ver de muy cerca si no abaxava los párpados.

En las fiestas del príncipe Cayo huvo 20 pares de esgremidores, entre los cuales dos no pestañeavan,5 aunque de cualquier manera los amagasen y acometiesen y, por tanto, eran invencibles; tan dificultosa cosa le es esto al hombre. A otros les es natural estar siempre pestañeando, y éstos se entiende ser más temerosos. Ninguno tiene los ojos de un solo color, porque lo de enmedio es diferente de lo blanco6 dellos. Y no se toman de parte alguna mayores indicios del ánimo en todos los animales y, principalmente, en el hombre, conviene a saber, de modestia, clemencia, misericordia, odio, amor, tristeza, alegría. Es la mirada también en ellos diversa, porque en ella se muestran crueles, airados, encendidos, graves, atravesados, traidores, abaxados y blandos. Y cierto que el ánimo mora en los ojos; arden, estírame, humedéceme7 y menéanse; de aquí son aquellas lágrimas de misericordia. Parécenos cuando los besamos llegar a la misma ánima. De aquí los lloros y arroyos de lágrimas que riegan la cara. ¿Qué vena de agua es aquella8 tan copiosa en el dolor y tan a la mano? O ¿dónde está en el resto del cuerpo? Con el ánimo vemos y con el ánimo miramos, y los ojos como vasos reciben de él la parte visible y la embían. Y, ansí, el hondo imaginar nos ciega, retrahída adentro la vista.9 Y de la misma manera en la gota coral, abiertos, no ven nada, estando escurescido el ánimo. Y, aún, las liebres duermen con ellos abiertos, y muchos hombres,10 y llaman esto los griegos coribantia.a

Compuso los {ojos} naturaleza de muchas y muy delgadas telas,11 callosas en lo extremo o de afuera, contra el frío y calor, las cuales purifican muchas vezes con las lágrimas; son deleznables y movibles12 por lo que puede caer en ellos. Abriólos la misma Naturaleza por la parte de enmedio, que es de substancia córnea, con una manera de ventana, cuya angostura no dexa vacilar la vista,13 que sin esto se derramara sin límite a muchas partes: antes la endereza como por canal, y evita las cosas que acaso les podrían ser perjudiciales. Unos los tienen negros, otros entre garzos y castaños,14 otros rubios, otros rodeados con cercos garzos, para que con mezcla hábil y cómoda se reciba la luz, con la blancura que está a la redonda, y con reflexión templada no se impida la vista. Y tiene tan perfecta fuerza de espejo que aquella tan pequeña niña15 representa la imagen toda del hombre, y ésta es la causa que muchas aves saltan de las manos de los hombres embistiendo con sus ojos, porque viendo en ellos su semejanza, van como a sus parientas y conjunctos deseos.

Sienten algunos animales de carguío solamente ciertas enfermedades en la cresciente de la luna, pero sólo el hombre, vaziado el humor,16 se libra de ceguedad. A muchos les buelve la vista después de los 20 años, y a muchos, luego que nacen, se les niega, sin tener daño alguno en los ojos, y a muchos se les quita súbito de la misma manera, sin haver precedido causa17 ninguna.

Los más sabios de los autores dizen que dellos van al cerebro venas, pero yo antes creería que al corazón;18 a lo menos, a nadie se sacó ojo sin que le sucediesen vómitos y desasosiego de estómago.

Es cosa consagrada con religiosa observancia de los romanos, trahiendo de lexos esta costumbre, que no sea lícito ver {los ojos} al hombre en lo postrero de su vida, y no se pueden, sin grande maldad, encubrir al cielo. A solo el hombre entre todos los animales se hazen turnios, de do vinieron los apellidos de Strabonesb y Paetos.19 Los mismos llamavan Coclitesc a los que nacían sin el uno, y Ocellas a los que los tenían ambos pequeños; tuvieron ansimismo los Luscinos nombre de injuria.

Los ojos De los Animales nocturnos, como son los gatos, resplandecen y echan de sí rayos en las tinieblas, de suerte que no se dexan mirar. Resplandecen también a la caprea y al lobo y echan de sí luz; los del bezerro marino y hiena se mudan muchas vezes en mil diferencias de colores. Y aun los ojos secos de muchos pescados resplandecen en la obscuridad, como también los troncones robustos de los árboles, ya podridos por antigüedad y vejez. Ya diximos no pestañear los que miran con rebolver la cabeza, y sin bolver los ojos al través. Dízese mover el chameleón todos los ojos a la redonda. Los cangrejos miran al través; los que se encierran en costra frangible los tienen yertos, y las lagostas y esquilas, por la mayor parte, duros, y salidos debaxo de la misma cobertura. Los de ojos duros ven menos que los de húmidos. Dízese que sacados a los hijos de las serpientes y golondrinos, le vuelven a nacer. Son los ojos de los ceñidos, o insectos, y de los que se cubren de concha, duros. Todos los tales, iten pescados e insectos, no tienen párpados que les cubran los ojos, antes una tela transparente como vidrio.



a. Tener los ojos fijos y vueltos, como los corlbantes, sacerdotes de Rea o Vesta.

b. Del griego στροβεω, girar, torcer.

c. Del griego κύκλος, circular, dar vueltas.

d. De ocellus, ojo pequeño.

e. De luscus, tuerto.



EL INTERPRETE


1(Parte preciosísima del cuerpo). Porque mediante elios gozamos de la vista, que es la cosa más agradable que puede acontecer a la vida humana, y sin quien no podría no ser infelicísima y estrañamente desgustada, y ansí los colocó naturaleza en la parte más alta de todo el cuerpo (según que lo tenemos dicho) y amparo contra lo que podría hazerles daño: por la parte alta, con el hueso de la frente y cejas, que también sirven de enderezar la vista, y por la baxa con el primer hueso de la quixada superior y mexillas, y por los lados con las narizes y hueso formado a manera de un yugo y, finalmente, con las pestañas, párpados y murezillos que los cierran.

2(Ostias). Déstas y de los pectines y solenes hablamos en el nono libro. De los topos, en el octavo, y de las lagostas y cigarras en este undécimo. 3(Leueos). Dízese garza blanca; déstas hay dos géneros: la una mayor que la verdinegra u hosca, y otra menor, que creo llamamos garzota, y los italianos garzatto o garieto. 4(De diversos colores). No nacen éstos, como pensó Aristóteles, de la diversidad del humor áqüeo, porque éste sin dubda es superfluidad, y conócese en que, como diximos, de parecer de Galeno, y se ve algunas vezes, se torna a engendrar después de vaziado por algún caso, antes se hazen por la diversidad de colores de la tela úvea, que se muestran sin empedirlo la membrana córnea, que de su naturaleza es transparente, en la iris del ojo, que es aquel espacio que está dentro de lo blanco de él, o tela adnata, en medio de la cual iris está la pupila o niña, que es agujero de la úvea, negro, por causa que yo alcance, hasta agora, no sabida. Para mayor entendimiento de la cual se advierta que el ojo tiene tres humores: el albugíneo o aquoso, entre la córnea y úvea; el christalino, que está como el más principal instrumento, y do creen que se hazen, antes que no donde se cuezan, los nervios ópticos, la vista casi en el centro del ojo, y el vitreo, en quien éste se engasta y de quien se mantiene. Tiene, también, seis telas de que se compone y consta; la primera, comenzándolas a contar desde la de delante, se llama conjunctiva o adnata y es lo blanco que parece no cercar todo el ojo. La segunda no tiene hasta agora nombre; la tercera es la córnea; la cuarta, la que dizen úvea por ser semejante a una uva quitado el pezón, el cual agujero es la niña; la quinta, la aranea, que tampoco cerca todo el ojo, y la sexta, la retina, la cual se forma de los nervios ópticos por do viene la vista del cerebro a los ojos, o los espíritus visivos, y saliendo de la parte interior del cerebro, amparados y cubiertos con la dura y piamáter, y acabando en la concavidad interior de los ojos, constituyen la dicha membrana. Si la vista se haga embiados estos espíritus fuera o recebidas las especies de las cosas dentro del ojo, o juntamente embiando y recibiendo, aliende que es cosa dificultosa y reservada en los secretos de Naturaleza, no es averiguarlo o tractarlo deste lugar, menos que dar razón de muchas cosas que luego se siguen en el texto, y disputar si la lumbre exterior es necesaria para ver o para que se alumbre el medio, tiniendo nuestros ojos lumbre interior con que vean, estando en lo obscuro, el alumbrado objecto, y otras semejantes. 5(No pestañeavan). Porque comúnmente mueven los hombres los párpados cerrando y abriendo los ojos con ayuda de seis músculos, de que con mayor comodidad algún día hablaremos.

6(Diferente de lo blanco). Ya he dicho desta variedad de colores que tiene cualquiera ojo y lo que se sabe de sus causas.7 (Humedécense). Algunos leen no humectant connivent, sino nictan connivet. Y es nictar mover las aves sus membranas, y connivere menear los párpados. 8(Qué vena de agua es aquella). Tienen los ojos, fuera de las telas que havemos contado y de los humores y nervios ópticos, dos landrezillas cada uno, una de la parte de arriba y otra de la de abaxo, de donde se exprimen las lágrimas en el dolor, y aun algunas vezes sin él, con disimulación y artificio. Su uso es humedecer y rociar los ojos. 9(La vista). El Códice Toledano lee abducto mentis visu. 10(Y muchos hombres). Cuando no es natural, suele ser indicio de muerte.

11(De muchas telas). Ya hablamos dellas cuanto es menester en este propósito. 12(Movibles). Muéveme los ojos arriba, abaxo, a los lados, a la redonda y fíxanse en una cosa. Todo esto hazen con ayuda de murezillos, que son el principal instrumento del movimiento. Estos (según quiere Galeno en el libro que escrivió dellos a los principiantes) son siete: el primero que nace del cimiento del ojo, el cual, unos cuentan por uno, otros por dos, y aún otros por tres. El cual dize que afirma y establece el ojo. Otros cuatro dize mover los ojos arriba, abaxo y hazia los dos lagrimales. Y otros dos, nacidos del mayor ángulo o lagrimal, y llegando al menor, traherle a la redonda. Pero, a la verdad, engañosa, como quien no cortó ojos humanos, como ni otras partes del cuerpo, antes de otros animales, porque realmente no son sino cinco, de los cuales cuatro, nacidos de la basa o fundamento del ojo, hazen todos los sobredichos movimientos, y otro que nace debaxo destos cuatro levanta los ojos a lo alto, porque el primero que descrive Galeno solamente se halla en los brutos, y los otros dos, antes sirven al movimiento de los párpados que no a la circunversión de los ojos, la cual antes se haze de los cuatro sobredichos, cuando se mueven todos juntos, como la fixión y quietud del ojo estando los mismos quedos. 13(No dexa vacilar la vista). Porque salen más adunados y recogidos los espíritus, y difunden y derrámanse menos, y lo que viene al ojo entra con más recogida pirámide. 14(Entre garzos y castaños). Porque leo aliis ravi, no atri, pues ya havía dicho aliis nigri. 15(Tan pequeña niña). Ya havemos hablado de ésta y no se entienda que la pupila es córnea, sino la parte media del ojo, do está la membrana córnea descubierta.

16(El humor). Por ventura entiende el albugíneo. 17(Sin haver precedido causa). Hase de entender manifiesta, porque suele aquello hazerse por opilación de los nervios ópticos, por do vienen del cerebro spiri visivos, aunque crea Plinio venir como de primer origen del corazón, siguiendo a Aristóteles, el cual tuvo por averiguado ser el origen y principio de todas las virtudes del cuerpo humano. 18(Al corazón). Lo primero es la verdad: el vómito viene por compasión o simpathía. 19(Paetos). Son de menor fealdad que los estrabones, y aun de un bolver de ojos que tiene no se qué de donaire.

Quedarán, pues, llanas deste comentario las partes del ojo que son: seis telas; humores tres; músculos, a los cuales también vienen el segundo par de nervios del cerebro, cinco; dos glándulas o landrezilas; el nervio óptico; iten gordura y venas y arterias derramadas por la gordura y músculos y por las membranas en que se derraman muchas dellas.




Parte cuarta


Los párpados, pestañas, cejas, mexillas,

narizes, labios, barba y quixadas


Tienen pestañas, los hombres, en los párpados altos1 y baxos, las cuales se tiñen las mugeres cada día, y es tanta la gana que tienen de parecer hermosas que se tiñen también o alcoholan los ojos. Para otro efecto se las havía dado Naturaleza, conviene a saber: para que fuesen defensa y baluarte de la vista, y reparo levantado contra los animalejos que ocurren u otras cosas que acaso caen en ellos. Dizen caerse a los que se dan mucho a la luxuria, y con muy grande razón.

De los demás animales tienen, sacados los que tienen pelos en el resto del cuerpo, pero los de cuatro pies en sólo el párpado alto, y {en el bajo} las aves2 y los que tienen el cuero blando, como las serpientes, y los cuadrúpedes que ponen huevos, como las lagartixas. La simia sola entre todos los animales tiene, como el hombre, las altas y las baxas. No tienen todos párpados y, por tanto, no todos pestañean.3 Los que paren animal y las aves más pesadas pestañean también con el párpado baxo; las mismas, cubren y descubren los ojos con unas telicas que se dilatan desde los lagrimales. Las palomas y otros animales semejantes pestañean con ambas, pero los de cuatro pies que ponen huevos, como los galápagos y crocodilos tienen la inferior solamente sin movimiento alguno, por tener muy duros los ojos.

Llamaron los antiguos cejas4 al principio del párpado alto, de do se llamaron también sobrecejo. Esta parte,5 cortada, no se consolida, como tampoco otros algunos miembros del cuerpo humano.

Debaxo de los ojos están en solo el hombre las mexillas,6 que llamaron los antiguos genas, con ley de las Doze Tablas, en que se mandava que ninguna muger fuese osada a raerlas. Esto es el aposento de la vergüenza, y allí salen principalmente las colores. Debaxo dellas están los carrillos,7 do se muestra la risa y alegría, y la nariz,8 que sólo el hombre tiene levantada, a la cual han apropriado las nuevas costumbres el escarnio, sin que haya otro algún animal que las tenga altas. Las aves, serpientes y pescados no tienen más que unos agujeros para oler, sin narizes. De aquí vinieron los apellidos de los Simos y Silones o romos. Faltan muchas vezes a los sietemesinos los agujeros de los oídos y narizes.

Tienen labios9 los que paren animal, de los cuales se dixeron los Labeones y Brochos.10 Item, bocas blandas11 y duras, en cuyo lugar tienen las aves picos agudos y de naturaleza de cuerno, y, éstos, corvos, si viven de rapiña, y si de coger lo que hallan, derechos. Y los que de hozar yerbas y cieno {tienen} hocicos, que son más anchos, como el género de los puercos. Tienen los jumentos bocas que les sirven de manos para asir sus pastos con ellas, las cuales son más abiertas en los animales que viven de presas que con ellas despedazan. No tiene barba12 o mexillas otro animal que el hombre; sólo el crocodilo mueve la quixada alta, pero los de cuatro pies13 de la manera que los demás animales, salvo que la mueven al través.



EL INTERPRETE


1(En sólo el párpado alto). Hase de entender, sacada la simia, la cual sola entre los cuadrúpedes, como lo refiere Aristóteles y el mismo Plinio lo afirma, tiene pestañas también en el párpado baxo. 2(Y las aves). Porque leo sed quadrupedibus in superiore tantum geno, iten volucribus, et quibus molle tergus, ut serpentibus, et quadrupedum quae ova pariunt ut lacertae, simia animalium sola ut homo utrinque palpebras habet, aunque sea ansí que el abestruz tiene algunas pestañas en el párpado baxo. 3(Ni todos parpadean). Castigo también este texto ansí: nec genae quidem omnibus, ideo neque nictationes quae animal generant, at graviores alitum inferiore quoquem gena connivent, y haze el verdadero sentido que traslado. Porque de otra manera, esto y lo que inmediatamente havía precedido, no castigado, era falso, y contra la verdad que experimentamos y lo que Aristóteles, a quien sigue nuestro autor, nos dexó escripto, como el que lo considerare con atención verá claramente; que yo no puedo detenerme mucho en cada una de las cosas que hay que examinar, que son innumerables. 4(Cejas). Ya havemos hablado dellas y de su movimiento. 5(Esta parte). Como ni párpado alguno, alto ni baxo.

6(Mexillas). Estas se constituyen del hueso tercero de la quixada alta. 7(Carrillos). Tienen éstos cuatro murezillos que les sirven {para} menear en la boca los manjares y aun ayudan en alguna manera a la habla y voz, y especialmente a los ministriles. 8(La nariz). Tienen las narizes dos músculos solos, que sirven de dilatarlas, y ninguno que las cierre, según que algunos pensaron. 9(Labios). Llámelos labios por faltar otra palabra más propria, porque en nuestro hespafiol solamente se llaman ansí los de los hombres, los cuales se sirven de cuatro músculos: de dos el superior, y el inferior de otros tantos, según que, do convenga hazerse más largamente, plaziendo a Nuestro Señor, lo veremos. 10(Brochos y Labeones). Que son dentudos y hocicudos, de los cuales, aunque los dentudos parezca pertenecer más a los dientes que a los labios, pero también grande afinidad, pues de lo uno se sigue lo otro.

11(Bocas blandas). Os probum toman casi siempre los autores por cara de hombre de bien, y os durum por cara sin vergüenza, pero metaphóricamente. Lo uno tomando os, que es boca, por la cara, por ser principal parte della, y lo otro entendiendo que los de boca o cara dura, a que parece contar las diferencias de las bocas los que paren vivo, dizen que, o tienen labios o bocas blandas o duras, etc. y desta manera lo trasladamos y nos pareció ser mejor que no mudar de muchas maneras la letra deste lugar, como a algunos ha parecido. 12(No tienen barba). Entiende la que propriamente se llama ansí, porque se hallan llamadas barbas, de los muy latinos y graves autores, la del puerco, cavallo y cabras. La causa de no ser de la misma figura la de los otros animales con la del hombre se cree ser que los demás animales, como aquellos que carecen de manos, se havían de inclinar a la tierra para tomar della su manjar y sustentamiento y, por tanto, se les dieron quixadas largas y prominentes de que usasen en lugar de manos. Lo contrario de lo cual, como aconteciese en el hombre, se pudo tener cuenta con su ornato y hermosura. Consta la quixada baxa, cuya parte media llamamos barba, de un solo hueso, puesto que Galeno y otros anatómicos han sentido que de dos, como verá el que lo mirare, no sólo en el hombre, pero también en los cavallos, perros, bueyes y aun en las simias, de quien suele Galeno pasar y atribuir no pocas cosas a los hombres. Tiene esta quixada baxa cuatro músculos. El primero es el timporal, que la cierra; el segundo, que ayuda a este mismo uso como tan necesario, el que Galeno dize estar escondido en la boca; el tercero es el maseter o mansanio, que la trahe a la redonda, y el cuarto el que abre la mexilla y la boca. Y esto basta para lo que toca al presente lugar. 13(Pero los de cuatro pies). Porque sobre la palabra “terrestres”, pues Plinio no quiso significarnos en las precedentes el crocodilo marino, antes el de la tierra que llaman scinco que difiere del de la mar en el sobredicho movimiento. Mueve, pues, la quixada inferior el hombre; la superior el crocodilo, y la superior e inferior el papagayo.




Parte quinta


De los dientes


Tres géneros hay de dientes: unos son como los de la sierra, otros continuados y otros salidos y prominentes. Los que son como sierra se juntan a modo de púas de peine, porque no se gasten con lo que les ocurriere, como acontece en las serpientes, pescados y perros. Los continuos son como los del hombre y cavallos; los salidos, como los de los javalíes, cavallos fluviales y elephantes. De los continuados, los que parten el manjar son anchos y agudos; los que lo mascan, doblados; los que lo desciernen y apartan se nombran caninos y colmillos, y éstos son muy largos en los animales que tienen los dientes semejantes a los de la sierra. Los continuos, o están en ambas partes de la boca, como en el cavallo, o no hay en la alta los primores, como en los bueyes, ovejas y en los demás que rumian; las cabras no tienen los altos, sacados los dos primeros.1 Ningún animal de los que los tienen como sierra tiene también los salidos, y las hembras pocas vezes y sin provecho, y ansí como los puercos monteses hieran, sus hembras solamente muerden. Ninguno de los que tienen cuernos tiénenlos exertos o salidos. Pero todos éstos los tienen huecos, como los demás los tengan macizos. Tiénenlos los pescados como sierra, sacando el escaro, el cual solo entre todos los acuátiles los tienen llanos. En lo demás, muchos los tienen en la lengua y por toda la boca para domeñar con muchas heridas lo que no pueden quebrantar mascando. Muchos los tienen en el paladar, y aun también en la boca, y otros acostados hazia la boca, para que no se les caigan los manjares, y éstos no tienen otra alguna ayuda para la retención. Tales son los de las áspides y serpientes, pero tienen dos muy largos en la parte derecha e izquierda de la boca horadados con una delgada canal, como los aguijones del escorpión, que lanzan de sí veneno, el cual afirman autores muy diligentes no ser otra cosa que la hiel de las serpientes, y que de allí va por unas venas, que están debaxo del expinazo, a la boca. Algunos quieren no ser más que un diente y que por ser acorvado se buelve hazia arriba en mordiendo. Otros dizen que se cae entonces y torna a crecer por ser fácil de caerse, y que no le tienen las serpientes que vemos ser tractadas. Y que los tienen las colas de los escorpiones y, muchos dellos, tres. Tiene la víbora sus dientes escondidos en las enzías. Esta misma, estando preñada de ponzoña, la derrama, hincados los dientes en la mordedura. De las aves ninguna los tiene sacado el murciélago. Sólo el camello2 entre todos los que no tienen cuernos carece de los dientes que llaman primores en la quixada alta. Ninguno de los que tienen cuernos tienen los dientes a modo de sierra. Tienen, ansimismo, dientes los caracoles. Esto se da a entender en que se ha visto vid roída de los más pequeños dellos. Pero en los animales marinos, me espanto de dónde se haya podido entender que los que se cubren de costra y los cartilagíneos tienen los primores, y cinco los erizos. Tienen los ceñidos, en lugar de dientes, aguijón. Las simias los tienen semejantes a los humanos. Los elephantes, dentro, para comer, cuatro, y aliende déstos los salidos, los cuales son torcidos en los machos y en las hembras derechos y caídos abaxo. El músculo marino3 que precede a la ballena carece dellos, pero en su lugar tiene la boca, por la parte de adentro, lengua y paladar sembrado de cerdas. Entre los de la tierra, los menudos de cuatro pies tienen de cada parte dos primores muy largos.

En los demás animales nacen los dientes con ellos, mas al hombre siete meses después de nacido. En los demás permanecen siempre, pero en el hombre se mudan, y en los leones, jumentos, perros y animales que rumian. Pero en los leones y perros solos los colmillos. El derecho del lobo aprovecha para grandes cosas. Las muelas, que se siguen tras los colmillos, en ningún animal se mudan. Nacen a los hombres los postreros que llaman genuinos casi a los 20 años, y a muchos a los 30. También es cierto caerse en la vejez a las mugeres, y tornarles a nacer, pero a solas aquellas que no los mudaron en la mocedad.4 Mutiano dize que vido Zancle, ciudadano de Samothracia,5 al cual le tornaron a nacer después de 104 años. En lo demás, los machos tienen mayor número que las hembras, en los hombres, ovejas, cabras y puercos.6 Timarcho, padre de aquel Nicocles, tuvo dos órdenes de quixadas; su hermano mudó los primores y a esta causa los tenía muy gastados. Hállase haver tenido otros un diente en el paladar; pero los colmillos, perdidos por algún desastre, nunca tornan a nacer. A los demás se les paran bermexos a la vejez y a solo el cavallo más blancos.

Conócese en los dientes la edad De los Animales de carga: el cavallo tiene 40. Cáensele a los 30 meses los dos primores, altos y baxos; el año siguiente otros tantos cercanos, cuando salen los que llaman columellares. Entrando en los cinco años, pierde dos, los cuales le tornan a nacer a los seis, al séptimo los tiene todos nacidos de nuevo, y que ya no se han de mudar más. Al cavallo que primero castran no se le caen los dientes. Piérdenlos ni más ni menos a los 30 meses los asnos, y después, de seis en seis, y si no paren primero que se les caigan los postreros, está la esterilidad cierta y en la mano. Los bueyes mudan a dos años, y nunca se les caen a los puercos. Acabado este indicio de los dientes, se entiende la edad en los cavallos y el resto De los Animales de carga, de tener los dientes acostados hazia fuera, las cejas canas y unas concavidades a par dellas. Tienen los dientes del hombre cierta ponzoña, porque empañan el resplandor de los espejos que están enfrente dellos destapados, y matan los palominos que aún no están cubiertos de pluma.

Las demás cosas que tocan a los dientes del hombre diximos cuando tractamos de su generación. Cuando salen hazen calenturas y otras indispusiciones a los niños. Los demás animales que los tienen al modo de los de la sierra, son con ellos muy perjudiciales y crueles.



EL INTERPRETE


1(Sacando los primores). Cuando interpretare primores se entiendan los dos de enmedio de la boca. Dize, pues, aquí, Plinio, que las cabras no tienen los dientes altos, sacando los primores. Las palabras postreras creo ser añadidas, porque Aristóteles en el capítulo I del libro segundo y el mismo Plinio en lo pasado afirman que ningún animal que tenga cuernos tiene en la parte alta los dientes que llaman primores. 2(El camello solo). Entiende el macho y los que no tienen cuernos machos, porque de otra manera sería falso lo que Plinio dize, como sea ansí que muchas hembras de animales cornígeros carecen de los dientes primores en la quixada alta, como parece en las ciervas. 3(El músculo marino). Qué pescado sea éste diximos en el libro nono, donde se puede acudir. 4(Las que no mudaron). Leo quibus in juventa non fuere nati. Ya se sabe haverle en nuestros tiempos nacido todos los dientes y muelas a una monja, después de haverlos perdido y siendo de 60 o más años. 5(De Samothracia). Porque leo Zanclen Sammothracem, y no Samotracenum.

6(Cabras y puercos). Porque leo capra, sue, no caprasue, de Aristóteles en el libro segundo De los Animales y capítulo III.




Parte sexta


De la lengua, agallas, landrezillas,

campanilla, epigloto, tragadero, gañón,

cerviz, cuello, espinazo, lomos y estómago


No es la lengua de todos los animales de una misma manera, porque las serpientes la tienen muy delgada y hendida en dos partes,1 movible,2 negra y, si la sacare, muy larga; los lagartos, hendida en dos y pelosa, y los bezerros marinos también doblada. Pero en los sobredichos es delgada, como cabellos, y en los demás apta para lamerse la boca a la redonda. Los pescados la tienen casi toda pegada, y los crocodilos toda.

Mas los pescados tienen, en lugar de lengua, para gustar, el paladar carnoso. Los leones, pardos y los demás de aqueste linage, y también los gatos, la tienen de una aspereza acanalada,3 y semejante a lima y que adelgaza, lamiéndole, el cuero del hombre. Y, esto, en golosina {que} combida a rabia y crueldad, aun a los domésticos y mansos, cuando la saliva llega cerca de la sangre. De las lenguas de las púrpuras ya havemos hablado. Las ranas tienen apegada la punta o pico de la lengua, y lo de dentro suelto de la garganta, con que forman los machos la voz, que llaman ololigon.4 Acontece esto en tiempo determinado, concitando las hembras a la generación, porque entonces, baxando el labio inferior para moderar cierta cuantidad de agua que han de recibir en la garganta, forman, palpitando allí la lengua, aquella manera de ulolato o gemido. Entonzes se trasluzen las concavidades extendidas de los carrillos, y los ojos, muy constriñidos del trabaxo, se encienden.

Los que tienen aguijón en la parte trasera tienen también dientes y lengua, la cual tienen muy larga las abejas y eminente las cigarras. Los que tienen en la boca pico hueco, ni tienen lengua ni dientes. Algunos insectos tienen la lengua dentro, como las hormigas. Los elephantes, principalmente, ancha y los demás en su género siempre libre. Sólo el hombre la tiene algunas vezes tan atada con venas que nos pone en necesidad de cortarlas. Dízese haverla tenido Metello, pontífice, tan impedida y de tan perplexa y obscura pronunciación, que se cree haverse atormentado muchos meses ensayándose para hazer un razonamiento en la dedicación del templo de la diosa Opi{s} Opífera. Los demás, casi a los siete años pronuncian las palabras, y muchos tienen tal maña que imitan sin diferencia alguna las vozes De los Animales y de las aves.

El sentimiento de los sabores tienen los otros en e! pico de la lengua, mas el hombre también en el paladar. Tiene el hombre agallas,5 el puerco glándulas o papada, y lo que entre éstas está colgado en lo postrero del paladar, llamado campanilla, solamente e! hombre, debaxo de la cual está la menor lengua que dizen epiglosis. No la tiene animal alguno de los que engendran huevos. Tiene dos oficios, estando puesta entre dos caminos, de los cuales, el de la parte de afuera6 se llama gaznate, y va a parar al pulmón y corazón; a este gaznate cubre mientras comemos la epiglosis, porque de otra manera, como sea el viage del aliento y voz, si el manjar y bevida entrasen por él causarían fatiga y trabaxo. El otro camino que discurre por la parte de adentro llamamos tragadero, y mediante él se traga lo que se come y beve. Va éste a parar al estómago, y éste al vientre.

Cubre también la epiglosis a vezes el tragadero, cuando solamente pasa haliento o voz, porque no regurgite del estómago sonido que la ofenda. Compónese el gañón {tráquea} de ternillas y carne, y el tragadero de carne y nervios.

Ningún animal de los que tienen cerviz carece de alguno de aquestos dos caminos. De los demás tienen cuello los que tienen tragadero sólo. Pero la cerviz, en los que la tienen, se fabrica con juncturas flexibles, para poder bolver a mirar a todas partes, con muchos huesos7 y chuecas redondas. Sólo el león, lobo y hiena la tienen yerta, indomeñable, y de un solo hueso derecho. En lo demás {la cerviz} eslavónase con el espinazo, y éste con los lomos. El {espinazo es} osuoso pero de compostura rolliza, descendiendo el tuétano por el agujero que está enmedio del cerebro. Entiéndese tener éste la misma naturaleza que el cerebro, porque luego que se hiere su delgada tela muere el animal.

Los que tienen largas las zancas tienen también largo el cuello, y también los {pájaros} acuáticos, aunque las tengan cortas. Y, por el contrario,8 corto los que tienen las uñas corvas.

A sólo el hombre y puerco se hincha el garguero,9 a causa de las malas aguas que beven. Lo más alto del tragadero se llama garganta10 y lo postrero estómago, y desta manera se nombra también un vazío11 carnoso debaxo del gañón, conjuncto al espinazo, estendido en ancho y en largo, a manera de un barril. Los que no tienen garganta no tienen estómago ni cuello, ni garguero, como los pesces, y tienen junta la boca con el vientre. La tortuga marina no tiene lengua ni dientes y muélelo todo con el agudeza de su hocico. Después tiene la tráchea, arteria o caña del pulmón y estómago, con un callo lleno de dientes como púas de zarza, para dividir los manjares, descreciendo éstas cuanto se va más allegando al vientre, de suerte que la postrera aspereza es como la escofina del carpintero.



EL INTERPRETE


1(Hendida en dos partes). Leo bisulca y no trisulca, de Aristóteles, en el libro segundo De las partes de los Animales. 2(Movible). Ansí traslado vibrans, que quiere dezir que se verguea, cual vemos ser el movimiento de las lenguas de las serpientes. 3(Acanalada). Ansí traslado imbricatim, aunque por ventura abunda esta palabra en el texto. 4(Ololigon) . Porque leo qua vocem imitunt mares quam vocant ololigonem, de Aristóteles en el libro cuarto de la Historia de los animales, capítulo IX. Sírvenos la lengua para comer, bever, hablar y gustar. Su fama y sitio es notorio. Muévese con ayuda de nueve músculos y aun, como quieren otros, de 11. 5(Agallas). Ansí llaman en Hespaña las dos eminencias de la garganta, que están de la una parte y de la otra de la úvea, que también se dize columella y en nuestro vulgar campanilla, llamadas de los latinos tonsillas y amígdalas, y paristhmia de los griegos.

6(El de la parte de fuera). Porque leo exterior, de casi todos los autores graves, y la misma verdad. 7(Con muchos huesos). Consta el cuello o cerviz de siete espóndiles, los cuales tienen añadiduras, cada uno casi diferente figura y número, como también los 12 del pecho o thórax, los cinco de los lomos, seis del hueso sacro, y cuatro del coxis, los cuales todos constituyen la sarta o espinazo, como se dirá en otra parte, junto con los movimientos de la cabeza y la causa y razón dellos. 8(Y por el contrario). Leo disimili ratione, no simili, de Aristóteles, en el libro cuarto De partibus animalium, capítulo XII, donde enseña: ninguno de los que tienen corvas las uñas ser de largo cuello. 9(El garguero). Ansí traslado gutur, otros le llaman gaznate, y principalmente en el ganso; otros, la nuez. En suma, es la cabeza de la arteria o caña del pulmón, la cual llaman gañón algunos hespañoles, como yo también lo llamo algunas vezes en el texto. 10(Garganta). Ansí traslado fauces, que Plinio cree ser la parte superior de la vía por do comemos y bevemos, llamada tragadero de algunos, como sea, según parecer de los médicos griegos y latinos más doctos, la concavidad que está entre las extremidades de los dos sobredichos caminos.

11(Un vazío). Entiende (según yo creo) el hueco que está entre el septo transverso, pulmón, costillas y espinazo. De manera que llame gula todo el tragadero o esóphago por do camina al estómago el manjar; fauces, su principio, stomachus su fin, venter o ventriculus el estómago y lo que acabo de dezir concavidad; por lactes o ile las tripas delgadas, y por alvus o colon las crasas. La cual doctrina es, según gran parte, agena de la verdadera y común a los más doctos de los médicos, los males llamaron pharinx o fauces el espacio que dixe; larinx o guttur la cabeza de la arteria; gula, el tragadero, que propriamente dizen los griegos στόμαχός; aspera arteria la vía por do respiramos; venter o ventriculus, que en griego se dize γαστήρ, el estómago, cuya boca dizen os ventris, e imus venter alvus el vientre {hondo}, do están tres tripas delgadas, que son el p íloro, portanatio o duodeno, el ieiuno y el íleon, y tres gruesas que son colon, monocolon y recto.



a. όλολυγών, canto de animales acuáticos.

Parte séptima


Del corazón


Todos los demás animales tienen enmedio del pecho el corazón;1 el hombre solo debaxo de la teta izquierda, levantado hazia delante, con forma puntiaguda, como de la del trompico. En solos los pescados mira hazia la boca. Este dizen ser lo primero que se forma en la madre, en los que se engendran, y después el cerebro, como lo que más tarde los ojos; pero que éstos mueren los primeros, y el corazón a la postre de todo. Este tiene el principal calor y palpitación, y muévese como otro animal, cubierto con una tela blanda y firme. Está fortalecido con un muro de costillas y pecho, para que engendre la principal causa y origen de la vida. Da, dentro de sí, los primeros aposentos al ánimo y sangre en una cueva, con senos, los cuales en los grandes animales son tres, y en ninguno menos que dos; allí habita la razón. Desta fuente salen dos grandes venas, para adelante y para atrás, y, desparzidas en órdenes de ramos, distribuyen por otras menores y riegan todos los miembros con sangre vital. Sólo este miembro no admite enfermedades, ni sufre los castigos de la vida, antes trahe, luego que es herido, muerte, como corrompidos los demás dure en el corazón la vida.

Tiénense por brutos los animales cuyo corazón es duro y hierto, por osados los que le tienen pequeño, y por temerosos los que muy grande. Tienen éste los ratones, en proporción del cuerpo, grandísimo, y también las liebres, asnos, ciervos, onzas, comadrejas y hienas, y todos los tímidos o que, de miedo, son dañosos. Tienen, en Paphlagonia, dos, las perdizes. Hállanse a las vezes, en el corazón de los cavallos y bueyes, huesos, y dizen crecer {el corazón} cada año con el hombre. Creen los egipcios, a los cuales es ordinario guardar los cuerpos humanos embalsamados, que se le allegan hasta los 50, cada año, dos dragmas de peso, y después hasta los 100 se le desminuye otro tanto, y que ansí no pasa el hombre desta edad por defecto del corazón.

Dízese también que algunos le tienen velloso, y que no hay otros de más fuerte industria, según que lo fue Aristómenes, messenio, el cual mató 400 lacedemonios, y siendo él herido y preso, escapó una vez por la cueva de los lautumios, siguiendo las cuevas de las raposas. Y otra vez que fue preso, dormidas las guardas, reboleándose en el fuego, quemó las prisiones junto con parte de su cuerpo, hasta que, asido tercera vez, le abrieron los lacedemonios el pecho estando vivo, y hallaron el corazón velloso.

Vese sobre él una gordura cuando en los agüeros o sacrificios es de buena significación, y no se ha tenido siempre por parte de las entrañas; siendo {L. Posthumio} Albinio rey de los sacrificios, después de la olympiada 123, partiendo el rey Pyrrho de Italia, comenzaron los adivinos a considerar también el corazón como parte dellas. A César, dictador, le faltó en el animal que sacrificava, dos vezes, el primer día que salió con vestidura de púrpura y se asentó en silla de oro, de donde se levantó grande cuestión entre los que disputavan de las adivinanzas, si pudo sin el corazón vivir la ofrenda o sacrificio, o si le perdió por algún tiempo.

Dizen no poderse quemar {el corazón} en los que mueren de mal de corazón, o de ponzoña, y a la verdad hasta hoy dura una plática de Vitellio, en la cual arguye a Pisón por culpado desta maldad, usando de semejante argumento, y afirmando públicamente que por esta causa no pudo quemarse el corazón de César Germánico. Mas, por el contrario, se defendió Pisón con el linage del mal que padecía.



EL INTERPRETE


1(El corazón). Es el corazón una de las principales partes del cuerpo, origen de las arterias y del calor vital, y donde se da perfección a los espíritus vitales, después de haverse fraguado en el pulmón. El asiento de su basis (aunque la punta inclina hazia el lado izquierdo y se acuesta hazia delante) es enmedio de thórax, ora se considere cuanto a lo diestro y siniestro, ora cuanto a lo anterior y posterior. Su forma no es de tan perfecta pirámide en los hombres como en los otros animales. Está embuelto en una tela, entre la cual y la propria del corazón se contiene un humor aquoso que estorva no se deseque demasiadamente con el ordinario movimiento. Tiene dos concavidades: en la derecha se contiene sangre natural y, en la izquierda, vital. No pasa la natural de la derecha a la izquierda porque va al pulmón por la vena arterial, y después de ser ahí (según que dixe) preparada y adelgazada, buelve, juntamente con el aire, por la arteria venal al ventrículo izquierdo. Largo sería contar aquí sus dos orejas, el discurso de las venas cava y arterial, que salen de su concavidad derecha, y de las arterias venal y aorta, que salen de la izquierda. Iten las 11 membranas que llaman tricúspides, y la arteria coronal, que sale de la aorta, y sus usos. Y cómo no tiene hueso el corazón, aunque lo pensó Galeno, reprehendiendo a Aristóteles por no haver hecho de él mención, engañado de la raíz de la arteria grande, la cual, puesto que parezca substancia de ternilla, no empero merece nombre de hueso, como cuanto dello se tráete de propósito se dirá, plaziendo a Dios, más despacio.







Parte octava


Del pulmón, hígado, hiel y diaphragma


Luego está el pulmón,1 oficina del haliento, el cual atrahe y expele el aire y, por tanto, es espongioso y cóncavo, con canales varios. Tiénenle (según que está dicho) pocos animales del agua, y los demás, si son de los que ponen huevos, pequeño, espumoso y no sanguíneo y, por tanto, no han sed. Esta es la causa por qué las ranas y bezerros marinos pueden estar mucho tiempo debaxo del agua. Tiénele también la tortuga sin sangre aunque muy grande y debaxo de toda la cobertura. Cuanto éste es menor, tanto son los animales de mayor velocidad. Tiénele el chameleón, en proporción de su cuerpo, grandísimo, como carezca2 de las demás entrañas.

Está el hígado3 en el lado derecho y es de grande variedad4 en aquello que llaman cabeza de las asaduras.5 A Marco6 Marcello, poco antes que muriese a manos de Aníbal, le faltó en su ofrenda, y en la siguiente le hallaron doblado. Echóle también de menos Cayo Mario sacrificando en Utica; iten Cayo, príncipe, el primer día de enero, recibiendo el consulado su sucesor en el mes que le mataron con veneno, y el divino Augusto sacrificando en Spoleto, en el primer día de su potestad, halló seis hígados de animales sacrificados doblados hazia dentro desde la ala7 o fibra más baxa, y le fue respondido que havía de doblar dentro del año el Imperio. La cabeza8 de las entrañas es también de triste demostración, si se halla herida, si no fuese en congoxa y miedo, porque entonces ahoga los cuidados. Tienen en Briletho9 y Tharnis las liebres dos hígados,10 y en el Chersoneso,11 a par del Propontis. Y es cosa de admiración, que llevadas a otra parte se les muere uno.

En el mismo está la hiel, no concedida a todos los animales. En Chálcide de Euboea no la tienen los ganados. En Naxo, la tienen grande y doblada. Y ansí es tenido por monstruoso lo de Chálcide por los de Naxo, y lo de Naxo por los de Chálcide. Los cavallos, mulos, asnos, ciervos, camellos, capreas12 y delphines no la tienen, y hay hombres, aunque éstos son pocos, que carecen della, cuya salud es más firme y vida más larga. Hay algunos que creen no tenerla el cavallo en el hígado, sino en el vientre, y el ciervo en la cola, o en las tripas, y que por tanto son tan amargas que no quieren los perros llegar a ellas. Y no es la hiel otra cosa sino superfluidad de la sangre, y ansí consiste en la materia13 do la sangre se haze y a la verdad ningún animal que de sangre carezca tiene hígado. Tómalo del corazón14 al cual se ayunta y derrámalo en las venas. Pero la cholera adusta suele ser a los hombres causa de locura, y totalmente de muerte15 expelida por cámaras. De aquí nace culpar las costumbres16 por causa de la cholera, tan grande ponzoña está en aquesta parte cuando se derrama en el ánimo. Y aun cuando se desparze algunas vezes por todo el cuerpo, quita el color a los ojos,17 y a las calderas si la vazían en ellas, parándolas negras cuando las toca: por lo cual nadie se espante sea ésta la ponzoña de las serpientes. Carecen della en Ponto los que comen axenxos. Pero en los cuervos, codornizes y faisanes18 se apega por la una parte solamente a los riñones,19 y en algunos a sola la tripa, como en las palomas, gavilanes y morenas. Pocas aves la tienen en el hígado, y las serpientes y pescados, en proporción de su cuerpo, copiosa. Algunos animales la tienen en toda la tripa, como el halcón y milano. Tiénenla, ansimismo, en el hígado todos los pescados grandes que llaman cetae y los bezerros marinos,20 para muchas cosas provechosa. Con la hiel de los toros, doran; tiénenla los agoreros consagrada a Neptuno, y a la potencia de la agita. Hallóla Augusto César doblada en el sacrificio el día que fue vencedor a par de Accio.

Dizen corresponder las alas del hígado del ratón a los días de la luna en el mes, y que se hallan otras tantas cuanto número tiene ella de lumbre, y que crece por la bruma. Hállanse las asaduras21 de los conejos, en Andaluzía, muchas vezes dobladas. A la una alilla del hígado de los sapos no tocan las hormigas, por causa de su ponzoña, según se piensa. Es el hígado el miembro que más presto se conserva, porque se halla en los exemplos de pueblos sitiados haver durado 100 años. Tienen las serpientes y lagartixas las asaduras largas. A Cecina, volaterrano, cuentan haver salido, de una asadura, dragones, con significación de alegría. Y por cierto no se hará nada increíble a los que truxeren a la memoria que, el día que murió el rey Pyrrho, anduvieron las cabezas cortadas de sus sacrificios rastreando por el altar, y lamieron su propria sangre.

Distínguense las asaduras del hombre de la parte baxa de las entrañas con una tela que llaman precordio,22 a causa de estenderse delante del corazón, que los griegos llaman phrenas; encerró la propria vida Naturaleza las entrañas en proprias telas, como en bainas. Désta fue causa particular la vezindad del vientre, porque con el manjar no se entorpeciese el entendimiento. A ésta se atribuye la subtileza de la razón,23 y ansí no tiene carne sino una delgadeza nerviosa. En ella está el principal asiento del alegría, lo cual se entiende en las coxquillas que se hazen en los sobacos a do allega, porque no es en otra parte el cuero del hombre más delgado y, por tanto, está cerca la dulcedumbre del rascar. En las guerras y fiestas de los lanistasa se ven causar las heridas de los precondios, o diaphragma, muerte, con risa.



a. Entrenadores de los gladiadores.



EL INTERPRETE


1(El pulmón). El asiento del pulmón es en el thórax, o pecho, donde está asido de las vértebras, corazón y áspera arteria. Divídese en dos partes: diestra e izquierda, por lo cual han creído algunos ser dos pulmones y no uno. Su figura es por de fuera esphérica, y cóncava por de dentro para dar lugar al corazón, al cual abraza con cuatro alas en los hombres, y en los brutos con más. Su substancia es rala y porosa y rodeada de una tela porosa y delgada, y sembrada de la áspera arteria, vena arterial y arteria venal. Su provecho es resfriar el corazón y preparar los espíritus vitales, y es de poco sentimiento, por sembrarse pocos nervios por la tela que le cubre. 2(Como carezca). Esto es falso porque yo, abriendo un chameleón, vi dentro de su vientre no sólo una grande sarta de huevos, pero una tripa larga vazía que discurría por medio de él. 3(Está el hígado). Es este miembro uno de los principales del cuerpo y aun, según la más verdadera opinión, el que primero se engendra. Está en la parte derecha del vientre, atado con ciertos ligamentos al septo transverso o diaphragma. Su figura no es perfectamente esphérica o dividida en alas (aunque lo sintió de otra manera Galeno) como en los demás animales, por la razón que en otro lugar declararemos, donde también se dirá cuán mal hazen los que pensando que aplican medicinas o ungüentos a la boca del estómago los ponen en el hígado (según evidente se ve en las anatomías), porque por aquella parte cubre el hígado al estómago. Su substancia no es sino una sangre majada, entretexida con muchas venas y algunas arterias. Su uso es engendrar la sangre, aunque lo haya sentido de otra manera Aristóteles, y, ansí, es el origen y fuente de todas las venas, y no los espíritus naturales. De las venas, cuya declaración parecía pertenecer a este lugar, se dirá en otra parte. 4(Es de grande variedad). Porque unas vezes falta, otras se halla cortada y otras doblada. 5(En aquello que llaman cabeza de las asaduras). Señalavan los agoreros, en los hígados De los Animales que sacrificavan, dos partes, que llamavan por otro nombre fisos. Una dellas, por ventura la derecha, se llamava pars familiaris, la otra pars o fisum inimici, y en cada una destas partes havía su cabeza que era lo más alto del hígado. Si esta cabeza faltava en la parte familiar era muy mal indicio para el que sacrificava, y si se hallava muy grande era agüero de muy buena fortuna.

6(A Marco). Cuenta esta historia Tito Livio en el libro veinte y siete, y Plutarco en su Vida, y Valerio M. en el libro primero y capítulo VI, de los cuales parece haverse hecho ambos sacrificios en un día, y por eso leo “en la siguiente” y no “el día siguiente’’. 7(Ala). Ansí llamamos en hespañol las fibras. 8(La cabeza). Dize que es ésta de mal agüero si se halla cortada en parte familiar, y lo mismo afirma Tito Livio en el libro octavo. 9(Brileto). Monte es de Africa, acerca de Tharne. 10(Dos hígados). Al parecer de algunos, porque tienen el hígado grande, como parece de Aristóteles.

11(Chersoneso). Aunque hay muchos Chersonesos, aquí habla del cercano a Propontis, del cual Propontis ha vemos hablado en otras partes. 12(Capreas). Ansí leo y no caprae, porque las cabras la tienen. 13(En la materia). O entiende en los manjares o en el hígado, porque se sigue, y a la verdad ningún animal que de sangre carezca tiene hígado. 14(Tómalo del corazón). Habla conforme a la opinión de Aristóteles, que no se tiene por verdadera. 15(Y totalmente de muerte). Porque leo morsque in totum reddito. Y alude Plinio a aquel aphorismo de Hippocrates, que dize disenteria si ab atrabile inceperit laethale.

16(Culpar las costumbres). Porque llaman a los hombres en quien reina este humor con vocablo innominioso; también a la condición y costumbres. 17(A los ojos). Como se ve en la ictericia. 18(Phaisanes). Poco más abaxo dize carecer de riñones todos los que ponen huevos, sacando las tortugas, lo cual afirma también Aristóteles en el libro segundo De los Animales, capítulo XVI. 19(A los riñones). Esto es falso porque carecen las aves de riñones y vexiga, según lo siente Aristóteles, por lo cual en lugar de renibus se deve substituir otra cosa. 20(Bezerros marinos). Por el contrario, Aristóteles en el libro cuarto De partibus animalium, capítulo II, cuenta éste entre los animales que no tienen hiel.

21(Asaduras). Ansí traslado exta, y eran corazón y pulmón, dichos ansí abextando por estar los más altos, aunque después se llamaron ansí hígado, bazo y estómago. Pero viscera, llamo entrañas, entendiendo también las tripas. 22(Precordio). Entiende el diaphragma o septo transverso, el cual distingue los miembros vitales y animales de los naturales por conservarlos inmunes de los vapores que en el cozimiento de los manjares se levantan, y llámanle phrenas, no porque en él consiga la razón, sino por la comunicación que tiene con el cerebro donde ésta tiene su asiento, y esto baste para el entendimiento deste capítulo. 23(La subtileza de la razón, y ansí no tiene carne). Ambas a dos cosas son contra el parecer de Galeno y de Aristóteles.




Parte novena


Del estómago, tripas, redaño, bazo y riñones


Está debaxo el estómago, que se dize en latín venter, en los {animales} que tienen lo que se llama en griego stomachos, que es el cabo de tragadero. El cual estómago es en los demás senzillo, {pero} cuatro doble1 en los animales que rumian, y ninguno en los que carecen de sangre. Porque comenzando en algunos el intestino o tripa2 de la boca, se redobla o buelve por cierta vía hazia el mismo lugar, como en la xibia y pulpo. En el hombre está continuado con lo más baxo dél, que se llama estomachos, semejante al de los perros. En sólo estos animales es más angosto por la parte inferior, y ansí ellos solos vomitan, porque en llenándose, a causa de su angostura, rebosa el manjar, lo que no puede acontecer en aquellos cuya espaciosa concavidad le embía abaxo.

Deste estómago proceden las que llaman lactes en el hombre3 y en la oveja, por do se desliza el manjar, y en los demás ile. Después de las cuales proceden los intestinos más capaces hasta el fin del alvo, y en el hombre con rebueltas muy flexuosas y, por tanto, son más golosos aquellos que tienen desde el alvo mayor espacio. Son de los mismos menos diligentes los que tienen el vientre muy lleno de gordura. Tienen también algunas aves dos senos, uno do se encierra lo que de nuevo comen, como el gutur o papo, y otro donde se embía de aquí hecha la digestión según que lo tienen las gallinas, palomas domésticas y silvestres y perdizes. Porque casi todas las demás carecen dél, aunque tienen más ancha la gula o tragadero, como los grajos, cuervos y cornejas. Otras, ni tienen lo uno ni lo otro, pero tienen el estómago cerca; algunas {de ellas} son de cuellos largos y angostos, como el calamón. El estómago de los que tienen las patas enteras {solípedos} es áspero y duro. De los terrestres, unos le tienen de cierta aspereza, con dientes; {en} otros {es} mordaz, y canceladoa en los que no tienen de ambas partes dientes ni rumian. Aquí {en el estómago} se cuezen los manjares y de aquí van al que llaman alvo. Está éste enmedio del cuerpo, asido al ombligo en todos, semejante al del puerco en el hombre por la parte baxa, y llamado de los griegos colon, donde no hay grande causa de dolores. Tiénenle muy angosto los perros y por esta razón no le descargan sin grande fuerza, y aun no sin algún tormento.

Entre los animales, son insaciables aquellos en que pasan los manjares del estómago por una tripa derecha, como se haze en los lobos cervales y, entre las aves, en el cuervo marino. El elephante tiene cuatro estómagos,4 en lo demás es semejante al puerco, y su hígado cuatro tantos mayor que el del buey.5 Tienen las aves el estómago calloso y carnoso. Hállanse en los estómagos de los golondrinos ciertas pedrezuelas de color blanco o bermexo, dichas chelidonias, de quien se haze mención en las artes mágicas, y en el segundo vientre de las novillas unas pelotas6 negras y redondas, de ningún peso, y singular remedio para las mugeres que no pueden parir, si no huvieren tocado la tierra.

Cúbrense el estómago7 y tripas con el redaño, el cual es delgado y grueso, salvo en los que ponen huevos.8 A éste se ata en la parte izquierda el bazo, puesto al contrario del hígado, aunque trueca con él el lugar algunas vezes, puesto que sea esto cosa contra natura. Algunos creen tenerle, los que ponen huevos y las serpientes, muy pequeño; y a la verdad ansí parece en los lagartos, crocodilos, lagartixas y ranas. Y es cosa sabida no tenerle el ave que llaman aegocaephalos, o cabeza de cabra, o alguno de los que de sangre carecen. Y hay en él algunas vezes particular impedimento de la carrera, por lo cual le cauterizan a los correos.b Y aun dizen que se puede vivir sin él, cuando acaso le sacasen del cuerpo por alguna llaga. Algunos hay que creen quitarse junctamente con él la risa al hombre, y que nace de su grandeza ser ésta desenfrenada. Llámase Scepsis una región de Asia donde se dize tenerle los ganados muy pequeño, y de allí se han tomado remedios para el bazo.

Pero en Brileto y Tharnis tienen cuatro riñones los ciervos y, por el contrario, ninguno los que tienen plumas o esquamas. Lo que toca a su asiento, ellos están puestos sobre los lomos, el derecho más alto y con menos gordura y más seco, y sale a ambos cierta gordura9 de enmedio, sacando los {riñones} del bezerro marino. Todos los animales tienen mucha gordura en los riñones, y en las ovejas tener gordura cuaxada es cosa mortal. Y hállanse algunas vezes piedras en los riñones, los cuales tienen todos los de cuatro pies que paren animal, y de los que ponen huevos sólo el galápago, el cual tiene también todas las otras entrañas. Pero el hombre {las tiene} semejantes a los del buey, y como compuestos de muchos riñones.



a. Enrejado, aparrillado.

b. Peatones.



EL INTERPRETE


Bien pudiéramos en este lugar estendernos en contar particularmente los nombres del estómago, su sitio, figura, orificios, telas, virtudes y fibras. Iten, en mostrar cómo no se mantiene de chilo, antes de sangre, como las demás partes del cuerpo humano. También se puede dezir en el mismo comentario, no sin grande ocasión y propósito, el número de las tripas, según las tienen repartidas los autores, el uso, substancia y sitio del redaño y riñones, y cómo en esto se confunden las venas imulgentes, de manera que, sin poner coladero (como quisieron los árabes), se cuele de tal manera el liquor de la orina, que la sangre no salga según acontece en los que tenen flaqueza destos miembros, o relaxación en los poros destas venas. Pero, porque algunas cosas déstas se han dicho y las que quedan por dezir se guardan para mejor comodidad, principalmente por la largura desta obra, no hablaremos más dello.

1(Cuatro doblado). Ansí leo de Aristóteles, en el segundo libro De los Animales, capítulo XVII, do pone cuatro nombres de estómagos, de que en otras partes ha vemos hecho mención. 2(La tripa). No leo intestinis quibusdam, sino intestinum quibusdam. 3(Lactes, en el hombre). Llama Plinio lactes, en el hombre y oveja, y en los demás ile, las tripas delgadas, como colon o alvo las gruesas que llegan hasta la vexiga, puesto que se llamase colon o lactes, principalmente, alguna porción particular de las unas y de las otras. 4(Cuatro estómagos). Entiéndase: al parecer. 5(Cuatro tantos mayor que el del buey). Del hígado lo dize Aristóteles en el segundo de la Historia de los animales, capítulo último.

6(Pelotas). Vense éstas comúnmente, y sirven, aliende de lo que Plinio dize, de preservar la ropa de polilla, según que yo lo tengo experimentado. 7(El estómago). No todo, como se ve por experiencia en los hombres que cortamos, sino el vientre, comenzando a cubrir una pequeña parte del estómago.

8(Los que ponen huevos). Al contrario, el mismo Aristóteles en el cuarto De partibus animalium, capítulo II y IV, da redaño a todos los animales que tienen sangre, ansí de la tierra como del agua. 9(Cierta gordura). Cierta concavidad dize Aristóteles, porque la gordura dize cubrirlos todos.




Parte décima


Del pecho, costillas, vexiga, madre, ubre, gordura y enxundia


Cercó Naturaleza con el pecho,1 quiero dezir con huesos, el diaphragma y los miembros que llaman vitales, quitándolos al estómago,2 que era necesario se dilatase. Ningún animal tiene huesos sobre el estómago. Sólo el hombre tiene el pecho llano, todos los otros corvo, a modo de la parte baxa de los navios, y más las aves, principalmente del agua. Son las costillas, en sólo el hombre, ocho; en los puercos, 10; en los que tienen cuernos, 13, y en las serpientes 30.

Baxo del que llamamos alvo,3 o vientre inferior, está por la parte de delante la vexiga,4 la cual ningún animal de los que ponen huevos tiene, sacada la tortuga, o de los que no tienen sanguíneo el pulmón, o de los que carecen de pies. Entre la vexiga y extremidad del vientre hay arterias que van a ella, llamadas ilia. Hállase en la vexiga del lobo la piedra que dizen syrites, pero en algunos hombres piedras, que muchas vezes se les crían con cruel tormento, y cabellos como cerdas. Compónese la xexiga de una tela, la cual, rompida, no se suele soldar, como ni tampoco aquellas con que se cubre el cerebro y el corazón, porque hay muchos géneros dellas.

Tienen las hembras todo lo sobredicho de la misma manera y mas, y aliende la madre,5 junto a la vexiga, de do se llamó útero, y aun por otro nombre locos, y en los otros animales vulva. Esta tienen las víboras, y los demás animales que ponen dentro de sí, doblada.6 En los que engendran huevos está atada con los praecordios o diaphragma. Tiene en la muger dos senos, uno de cada lado, y causales desmayo7 todas las vezes que se tuerce, encerrando en sí ventosidad. Dízese no traher las vacas los hijos, sino en sólo el seno derecho, aun cuando se empreñan de dos. Es mejor la madre cuando se malpare el hijo, que no cuando se pare. Aquélla se llama en latín eiecticia, y ésta porcaria, y es mejor la de la puerca primeriza y peor la de la que está harta de parir. Después del parto, si no es de la que se mata el mismo día, es cárdena y flaca. Ni aun se tiene por buena la que es de puerca moza, si no fuese primeriza. Y antes se apruevan las de las viejas, con que no estén cansadas de parir, ni sea dos días antes o después de haver parido, o en el día que movieron. Cercana es en bondad a la del mal parto la de aquella que se mata un día después que paría. Y de ésta es también muy buena la ubre, como no la hayan los hijos mamado. Y la de la abortada {es} la más ruin. Llamávanla los antiguos abdomen, no acostumbrando a sabiendas, antes que hiziesen callo, matarlas.

Los {animales} que tienen cuernos y dientes, por la una parte, y los que tienen carnicoles en los pies, engordan {acumulando} sebo, y los patihendidos, o que los tienen divididos en dedos y carecen de cuernos, con ádeps. Este está cuajado8 y se desmorona en {enfriándose, y si está en el fin de la carne y el cuero, el ádeps es líquido, con zumo. Algunos animales hay que no engordan, como la liebre y la perdiz.9 Todos los que son más pingües son más estériles, ansí en los machos como en las hembras. Envejecen más presto los muy pingües. Todos los animales tienen cierta gordura en los ojos. Es el ádeps o gordura, en todos, sin sentido alguno, porque ni tiene arterias ni venas, y aun la pingüitud carece también en algunos de sentimiento, de donde dizen que ha acontecido haver sido roídas puercas vivas de ratones, y que el hijo de L. Apronio, varón consular, le quitaron la enxundia,10 y ansí libraron su cuerpo de aquella pesadumbre, que le tenía lisiado.



a. Sensibilidad.



EL INTERPRETE


1(Con el pecho). Aunque pecho propiamente sea el hueso scutiforme que vemos delante de el, junto con las ternillas en que las costillas se terminan y acaban, y el hueso del pecho o esternón, el sobredicho, porque al pecho mismo llaman los griegos στερνόν pero comúnmente se toma por lo que llaman los mismos thórax, que contiene las vértebras que están entre la cerviz y lomos, que son 12, las costillas y todo lo que diximos constituir el pecho. Y éste contiene dentro de si los miembros vitales, como Plinio dize, porque como los miembros interiores se dividan en animales , que se contienen en el cerebro, y “naturales”, que están debaxo del diaphragma, cual es estomago, bazo e hígado, etc., los vitales, que son el corazón y pulmón, están encima del diaphragma en la concavidad del thórax que al presente llamamos pecho. 2 (Quitándolos al estómago). Pero aunque esto sea comúnmente así, yo vi en un hombre que abrimos en Guadalupe tener cubierto todo el estomago y también el hígado y bazo con las costillas, las cuales eran más largas y de mayor número que las ordinarias. Porque dado caso que las costillas sean ordinariamente 24 como las vértebras, 14 verdaderas que se atan con el pecho y diez mendosas, conviene a saber, 12 de cada parte, pero algunas vezes se hallan 11 y otras 13, aunque antes se halla el mayor número que el menor, e igual en las mugeres que en los hombres, aunque vulgarmente dizen que la muger tiene una costilla más. Está, pues, comúnmente el estómago sin baluarte de huesos o ternillas —porque pueda, cuando lo que se come y beve lo pidiere, dilatarse—, puesto debaxo del septo transverso y llega casi hasta el ombligo, y ansí se coloca poco menos que enmedio del cuerpo, entre ambas ijadas, atravesado, aunque su mayor parte ocupe la izquierda, puesto que lo sienta de otra manera Galeno. Su figura es como la de una calabaza redonda y larga. Tiene dos orificios, uno alto o izquierdo y otro baxo o derecho; por el primero recibe lo que se come y beve y por el segundo le da salida, después de convertido en chilo. Constitúyese de tres túnicas nerviosas, aunque una dellas es algo carnosa. De éstas las dos son proprias del estómago y la una común, partida del peritoneo, que llaman sifach los árabes, y es sin fibras algunas. La primera tiene éstas obliquas para retener el manjar, hasta que se haya digerido, y la segunda transversas, para que después de cozido le expela. Las derechas fueran por demás, aunque varones gravísimos se las atribuyen, pues el esóphago atrahe el manjar al estómago. Puesto caso que tenga el estómago su facultad y virtud de atraher, retener, cozer y expeller, a sus tiempos {diremos} lo que en él se contiene. No se mantiene éste de chilo, según que algunos pensaron, ni se deve pensar que haya miembro que se mantenga de otra cosa que de sangre. Esto es lo que del estómago me pareció que sería bien al presente se advertiese, dexado lo demás para su tiempo y sazón. 3(Que llamamos alvo). Ya tengo advertido que Plinio llama ile las tripas delgadas, y alvo o colon las gruesas, sin mayor distinción, o a la parte más principal dellas. 4(La vexiga). Está la vexiga debaxo del hueso que llaman pubis, con el cual está muy bien ligada. Defiéndela por detrás de lo que puede ocurrirle el intestino recto y el hueso que llaman sacro. Su figura es redonda, aunque prolongada, porque acaba en una manera de cuello o cerviz, por donde la urina se expele. Su substancia es nerviosa y gruesa, y tiene sus tres géneros de fibras o hilos, derechos, aunque atrahe obliquos con que detiene, y transversos con que expele. Tiene una túnica propria (la cual entendió Plinio cuando dixo componerse de una tela), la cual se estiende y encoge, aunque tiene otra comunicada del peritoneo con que se cubre. Y aunque faltavan algunas cosas para dar a entender perfectamente la naturaleza deste miembro, sólo diré una digna de no dexarse de saber, y es que las criaturas que están en el vientre expelen la urina por una vía de lo hondo de la vexiga al ombligo, la cual en naciendo no haze más aquel ministerio. 5(La madre). Su sitio es entre la vexiga y el intestino recto; aquí se engendran los hombres de la simiente del hombre y de la muger, con quien el mundo no puede valerse. Fortalécenla, de la parte de delante, el hueso pubis, de la de detrás el sacro, y de los lados los que llaman iliumo de las ijadas. Su figura (según lo vi en Guadalupe en una preñada que anatomizamos) es de un redondo prolongado. Harto diferente de la de las vacas, cabras y ovejas, contra el parecer de Galeno. Su substancia es de carne y nervios, y los tres géneros de hilos o fibras que tiene la vexiga se hallan también en ella. Tiene una sola concavidad en que se engendran algunas vezes dos y más criaturas, no distantes, según el número de diversas celias o apartamientos, que no los tiene, sino de las proprias telas o membranas. Tiene la madre hondo y cerviz o cuello, nimphas y alguna vez, en las vírgenes, himen. Item, ciertas vías o vasos que desde dos cuernos van a parar a la boca que llamamos de la madre; y llevan la simiente de la muger al lugar do se echa de ver, al tiempo desta obra, una uña, depudendo o verga, pequeña, semejante a la del varón, y otras cosas y usos, que ni son para poner en lengua vulgar ni toca a este lugar declararse más particularmente.

6(Doblada). Entiende partida. 7(Cáusales desmayo). Llaman esto sufocación, o estrangulación y, en hespañol, mal de madre. Tiene diversas causas este mal, diferencias, señales y cura, de que hablan los médicos tan difusamente que no hay para qué al presente lo repitamos. 8(Está cuajado). Siente Plinio que hay en los animales lo que se llama enxundia, lo que gordura, y sevuz. Gordura llama lo que está entre el cuero y la carne, enxundia lo que está al cabo de la carne, cual es el sebo, riñonada y enxundias, lo cual se yela de presto y helado se desmorona, desapega y desuñe, y esto llama el adeps porque la gordura nombra pingüedo, y saevum lo que se halla en los animales que tienen cuernos. 9(Como la liebre y la perdiz). Esto se ha de entender por la mayor parte, pues se ve, no pocas vezes, por experiencia, lo contrario. 10(Le quitaron la enxundia). Esto havemos visto en nuestro tiempo practicar en algunos. Pero bolviendo a los nombres de la gordura, se traiga a la memoria lo que más arriba tenemos anotado: conviene a saber, que la gordura y pingüeda y la ádeps no difieren en doctrina de Galeno o de Aristóteles, sino en ser la gordura más húmida y menos gruesa, y el ádeps, por el contrario, más grueso y menos húmido, y que la diferencia que Plinio asigna entre estas dos maneras de gordura, la asigna Aristóteles entre el sevo y ellas. A Plinio le pareció que el sebo sólo difería dellas en ser de animales que están formados de cuernos, o porque no advertió a la doctrina de los más antiguos o porque le parecía que ésta fuese más conveniente propriedad destas palabras. Como quiera que sea, va en ello poco, como se entienda lo que Plinio y los demás autores nos quisieron dar a entender usando de las unas o de las otras.




Parte undécima


Del tuétano y de los miembros simples


El tuétano parece ser también desta misma naturaleza. El cual es en la mocedad bermejo, y en la vejez se torna blanco. No se halla éste sino en los huesos cóncavos, y falta en las canillas de los jumentos y perros, y a esta causa, quebradas, no se consolidan, porque esto se havía de hazer acudiendo allí el tuétano. Es graso o pingüe en los que tienen la que dizen ádeps, y de naturaleza de sebo en los que se arman de cuernos y nervios, o en sólo el espinazo en los que no tienen huesos,1 como se ve en los pescados. Los osos no le tienen; el león, en pocos huesos de los muslos y de los brazos, y muy poco. Los demás de sus huesos son tan duros que se saca dellos fuego, como de pedernal. Tiénenlos, ansimismo, duros los que no engendran. Los de los asnos son muy buenos para flautas. Los delphines tienen huesos y no espinas, porque paren animal, y las serpientes2 espinas. De los del agua, no las tienen los blandos. Pero házese firme su cuerpo con unos cercos de carne, como acontece en la xibia y calamar. También se dize no tenerlas los que llaman insectos o ceñidos. Entre los aquátiles, los que tienen ternillas tienen tuétano en el espinazo. Los bezerros marinos tienen ternilla, y no huesos. Iten, las orejas y narizes de todos los animales, que están algo levantadas, son de una blandura flexible, con providencia de Naturaleza, porque no se quiebren. La ternilla, desipada, no se consolida, ni los huesos cortados tornan a crescer si no es en los animales de carguío, desde la pata hasta la corva. Cresce el hombre en largo hasta los 21 años, y desde ahí en adelante barnece. Y entiéndese cuando comienzan a barbar, desatar un nudo,3 principalmente de enfermedad.

Los nervios, naciendo del corazón, y embueltos también al del buey, tienen la misma naturaleza y causa {que la ternilla} en todos aplicados a los deleznables huesos, atando los nudos de los cuerpos, que llaman juncturas, unas partes interviniendo,4 en otras rodeando,5 y en otras pasando.6 Aquí rollizos7 y allí anchos, según que lo demanda su figuración. Estos no se consolidan una vez cortados, y con todo esto padeciendo, cuando son heridos, grandísimo dolor. Cortados del todo no sienten alguno.8 Hay ciertos animales sin nervios,9 como los pescados, porque constan de arterias, de las cuales carecen los blandos. En los que tienen nervios de la parte de dentro están doblados y {por} la de fuera los estienden.

Están entre éstos escondidas las arterias, que son sendas de los espíritus. Sobre éstos están nadando las venas, que son arroyos de la sangre. Echase más de ver el latir de las arterias pulso10 en las extremidades del cuerpo, que es indicio de las enfermedades, con cierta música y leyes, medidas por cada una de las edades, estable, apresurado o tardo, descrito de Heróphilo, autor de medicina, con admirable artificio y desmamparadoa por su estrafia subtileza. Y tiempla el govierno de la vida con sus golpes frecuentes o raros. Carecen las arterias de sentido11 porque, ni tienen sangre, y aun no todas se hallan con espíritu vital, y cortadas se entorpece sola aquella parte del cuerpo. Las aves tienen arterias y venas;12 iten las serpientes, galápagos, lagartixas, y muy poca sangre. Desparzidas las venas en sus extremos en hebras muy delicadas, debaxo de todo el cuero, se adelgazan en tan angosta subtileza, que no puede penetrar la sangre ni otra cosa alguna salvo una delicada humidad que della mana, la cual en los poros, que son infinitos, se llama sudor. Júntanse y anúdanse en el hombligo las venas.



a. Por desusado.



EL INTERPRETE


1(Tienen huesos). Entiéndase cosa proporcionada a ellos, que son ternillas, lo cual parece entender Plinio de otros lugares, pues confiesa en ellos parir animal los cartilagíneos. 2(Y las serpientes). Aristóteles les atribuye, no espinas, sino huesos de espinosa naturaleza. 3(Un ñudo). Creo lo dize porque entonces crescen más conocidamente. 4(Interviniendo). Como acontece en la articulación que llaman “sin neurosis”. 5(Rodeando). Como cuando se dilatan en ligamentos.

6(Pasando). Como cuando se conforman en tendines. 7(Aquí rollizos). Como los tendines, o los que salen del cerebro o espinazo, allí anchos como cuando se hazen ligamentos y ataduras. 8(No sienten alguno). Y ansí se cortan algunas vezes por remedio. 9(Sin nervios). Déstos no carecen los pescados, pues tienen sangre, y los que tienen sangre no pueden carecer de nervios, según parece de Aristóteles en el tercero De Historia Animalium. 10(O pulso). Cuyas diferencias, causas, señales y pronósticos prosiguió tan difusamente, en los libros do tracto esta materia, Galeno.

11(Carecen las arterias de sentido). Vicio es del texto, porque ni carecen las arterias de sentido ni de sangre. 12(Las aves tienen pulso). Quito el non y leo ut venas et arterias habent minimum quae sanguinis, porque la lección de mi códice contradize a lo que escrive Aristóteles en el capítulo IV del libro tercero De los Animales, donde dize que todos los que tienen sangre tienen también venas.



TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2