CAPITULO XXIX


De las lagostas


Paren las lagostas, enclavado en la tierra lo postrero del espinazo, sus huevos, arrazimados, por el otoño. Duran éstos todo el himbierno debaxo de la tierra, y el año siguiente, a la salida del verano, salen pequeñas {langostas} negras, sin piernas y rastreando con las alas. Y ansí perecen los huevos con las aguas del verano, y por el contrario cuando es seco hay dellas mayor abundancia. Otros dizen que ponen y mueren por dos vezes, que son otras tantas destrucciones,1 y que ansí paren en el nacimiento de las Vergilias,2 y luego se mueren, y nacen también y mueren, otras, cuando comienzan los Caniculares.3 Otros dizen que tornan a nacer en el nacimiento del Arcturo. Cierta cosa es morir las madres en haviendo parido, naciéndoles un gusanillo en la garganta que los ahoga. Mueren en el mismo tiempo los machos. Y muriendo con tan liviana causa una sola dellas mata, cuando le viene a mano, una serpiente mordiéndole la garganta. No nacen sino en llanos o en lugares que tengan rehendijas. Dízese haverlas de largo de tres pies en la India, y que sus piernas y muslos, después de secos, sirven de sierras. Mueren también de otra manera, porque, levantadas del viento en manadas, caen en el mar o en los lagos. Esto acontece acaso, no, según pensaron los antiguos, por mojárseles las alas con el rocío de la noche, pues los mismos afirman no volar de noche a causa del frío, no advertiendo que pasan mares asaz largos sufriendo hambre de muchos días. Y es maravilla que sepan irla a sufrir por gozar de los pastos estrangeros.

Tiénese proceder de la ira de Dios esta pestilencia, porque se ven muy grandes, y vuelan con tan grande ruido de sus alas, que se cree ser aves mayores, y quitan el sol, mirando los pueblos con grande congoja no les cubran sus tierras, porque tienen fuerzas bastantes, y como que fuese poco haver pasado la mar, penetran immensos espacios, y cubren con nube cruel las mieses, quemando grande parte dellas con su toque, y royéndolas todas con las bocas, hasta las puertas de las casas. Aquexan a Italia, viniendo por la mayor parte de Africa, y fuerzan muchas vezes la gente a que huya y se acoja a los remedios sybilinos, con miedo de la falta. Los de la región Cyrenaica tienen ley de hazerles, tres vezes en el año, guerra, quebrándoles primero los huevos, matando después los hijos y, finalmente, las ya crecidas lagostas y {es} considerado hombre que desampara a su patria {el que} esto no hiziere. Y aun en la ínsula Lemnos tienen determinada cierta medida de {langostas} muertas que cada uno está obligado a llevar a los magistrados y {allí} honran los grajos porque volando en contra dellas ocurren a su destruición. También son constriñidos en Syria a matarlas con exército formado: ¡a tantas partes del mundo se estiende este mal! Dan agradable manjar a los parthos.

Su voz parece salir del colodrillo. Y créese tener en aquella parte do se juntan las espaldas unos como dientes, los cuales heridos entre sí causan aquel sonido, principalmente por el tiempo de los dos equinoccios, como las cigarras por el solsticio. Témanse las lagostas de la manera que los demás insectos que usan destos ayuntamientos, llevando al macho encima la hembra y rebuelto hazia él lo postrero de la cola, con tardío apartamiento, y son en todo este linage menores los machos que las hembras.



EL INTERPRETE


1(Otras tantas destrucciones). Porque leo, como estava en los códices antiguos, geminumque exitium. 2(Las Vergilias). Estas, según quiere nuestro Plinio en el libro diez y ocho, nacían a 10 días de mayo (aunque Columella quiere que a los siete). 3(El nacimiento de la Canícula). A 26 de julio; pues no es posible que las lagostas que nacieron al poner de las Virgilias, mueran al nacer de la Canícula, como afirme Aristóteles en el libro quinto, capítulo XXVTII, y Plinio en el mismo capítulo, las madres morirse en haviendo parido, y al mismo tiempo los machos, y ansí leo Vergiliarum ex ortu parere, deinde obire, et ad Canis ex orturn alias renasci.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2