CAPITULO XXIII


Del bombyz de la ínsula Coo


Dízese nacer también bombyces en la isla llamada Coo, animando el vapor de la tierra a las flores del aciprés, terebyntho, frexno y enzina, cuando las derriban las aguas. Y que lo primero se hazen unas maripositas desnudas, las cuales, no pudiendo sufrir el frío y despeluzado su vello, hazen unas camisas o vestiduras espesas contra el aspereza del himbierno, rayendo con la de sus pies el flueco de las hojas, formado dellos vellocinos, el cual aprietan y mezclan cardándolo con sus uñas y, llevado a poner entre los ramos, adelgazan como con peines y después, asido, se le arrevuelven al cuerpo, como nido portátil. Témanlos entonces los hombres y mantiénenlos en vasos de barro, abrigados con salvados, y ansí les salen unas plumas de su género, con las cuales, vestidos, los sueltan para que tornen a hazer otro tanto y mojando las lanas que les quitaron en agua, lo hilan con husos de junco. Y no tienen vergüenza de usurpar hasta los varones aquestas vestiduras para andar mas livianos y sin pesadumbre el estío. Que se ha mudado tanto la costumbre de traher a cuestas lorigas, que aun los ordinarios vestidos nos son ya pesados, aunque en el bombyx asirio damos hasta agora ventaja a las mujeres.





EL INTERPRETE


Evidentemente verá el que leyere este capítulo con alguna atención y tuviera alguna practica de los gusanos nuestros de la seda, no tener que ver con ellos (según que en el comentario pasado lo afirmamos) las mariposas de que se haze en este capítulo mención, las cuales dice Plinio nacer en Coo, de que en otras partes destos comentarios se habla más largo.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2