CAPITULO XX


De cómo se han de tener y reparar las abejas


Gózanse con el sonido y reteñir del metal y a ellas llaman, de do parece claro que no carecen del sentido del oír. Acabada su obra, sacada su cría y cumplido con todo su oficio y lo que les toca, hazen un exercicio solemne, y haviéndose espaciado por el aire libre y descubierto y subido en alto, volando a la redonda se vuelven a sus mantenimientos.

Viven, a lo más largo, por solamente que les sucedan todas las cosas contrarias y casuales, siete años. Dízese no haver durado jamás colmena alguna arriba de diez. Algunos creen revivir, si las guardan muertas en lugar cubierto el invierno, y después las calientan al sol del verano y las refocilan por un día entero con ceniza de higuera. Y que, perdidas del todo, se reparan con vientres frescos de bueyes, cubiertos de estiércol.

Virgilio afirma criarse de bezerros muertos, como las avispas y tabarros de los caballos y los escarabajos de los asnos, mudando Naturaleza algunas cosas de unas formas en otras. Pero de todos éstos se conocen ayuntamientos y son, en lo que toca a la cría, de la misma naturaleza que las abejas.

TOMO V. HISTORIA NATURAL DE CAYO PLINIO SEGUNDO 2